'Tesoros' ocultos en el estadio de La Victoria, el Castillo, la Vía Verde o la antigua cárcel
Los aficionados al 'geocaching' persiguen cajas de plástico con sorpresas ayudados de un GPS, un juego que oculta en la capital cerca de 80 cofres
N 37° 46.282 W 003° 54.488. ¿Qué hay detrás? La mayoría de mortales sólo verán una críptica serie numérica y, sin embargo, en ... realidad, esconde un tesoro. Al menos, para los aficionados al 'geocaching', la pista para hallar un preciado tesoro. Uno oculto en una pequeña caja en la Vía Verde de Jaén. Km 11,6: Vía Verde del Aceite (empezando la ruta en el km 0).
Además de este hay otros 74 de estos 'tesoros' ocultos geolocalizados esperando ser encontrados solo en la capital. En La Menorá, en la Catedral, en el estadio de La Victoria, en la plaza de la Constitución, en el antiguo parque de bomberos, en la escultura del Lagarto, en la calle Real Jaén, en el castillo de Santa Catalina, en la antigua cárcel provincial... Si ampliamos el radio a 50 kilómetros alcanzan los 599. Invisibles a los ojos de los cientos o miles de jienenses y visitantes que transitan por estas vías pero muy codiciado por los amantes de este hobby nacido en la red hace ya 17 años.
Más allá de lo que se halle en el interior de las cajas, habitualmente de plástico, el verdadero tesoro está en el disfrute del proceso de encontrarlo, del entorno, conocer sitios nuevos en algunos casos e intercambiar recuerdos y objetos más o menos valiosos y apuntarse otro logro en esta particular competición, que la hay. Lo importante es el viaje, no el destino.
Si alguien no iniciado lo descubre por casualidad, un 'muggle', una nota le explica lo que ha hallado
Especialmente fuera de nuestras fronteras, donde para muchos se ha convertido en una nueva forma de hacer turismo activo ¿Sus atractivos? Combinar el fetichismo tecnológico con la necesidad primitiva de desentrañar tesoros ocultos.
Su funcionamiento es sencillo: se basa en ocultar en cualquier lugar una cajita con un libro, un lápiz y algunos regalos de reducido tamaño -como monedas, peluches, chapas llaveros, pins, pegatinas, propaganda, canicas, de todo-, y compartir sus coordenadas en una página web (www. geocaching.com), para que otros usuarios la localicen ayudados de su gps, firmen en el libro de visitas y dejen otro obsequio a cambio. Son las reglas (de juego).
A partir de aquí se sigue una senda a través del GPS y se van encontrando pistas que llevan a la resolución de la ubicación exacta del geocaché, mientras se disfrutan de unas maravillosas vistas, verbigracia, del Valle del Guadalquivir o de la Vía Verde.
Durante varias horas se van descifrando las claves hasta llegar al lugar en el cual se halla el geocaché, el tesoro.
Se suele colocar bien disimulado, por ejemplo, entre piedras, o en un rincón de poca visibilidad, se encuentra el tesoro. También puede haberlos múltiples, que implican dos o más localizaciones o un 'puzzle' en el que es necesario resolver una cadena de pistas para obtener las preciadas coordenadas.
Qué hay dentro
Nadie puede ver a los participantes levantar o descubrir el tesoro. Si algún no iniciado descubre por azar el tesoro (se le denomina 'muggle', en Harry Potter estos eran aquellos que no tenían capacidad para hacer magia) se le recuerda lo que ha encontrado con una breve descripción. Dentro del contenedor no hay nada de valor económico, tan sólo simbólico. También se encuentra en el interior un papel o libreta para que el descubridor anote su firma o alias.
Luego todo se devuelve al mismo sitio con la debida precaución de no ser descubierto por un «muggler». Una vez en casa se conectan a internet y se registra en la página el logo.
Pese a que para muchos aún es un gran desconocido, el 'geocaching' es una actividad que ha ido multiplicando adeptos en sus casi dos décadas de rodaje. De hecho el 'Pokemon Go' y las 'pokequedadas' no dejan de ser una evolución de este divertimento, que incluso se ha utilizado ya por centros de enseñanza.
Bill Clinton y su origen
Sus orígenes se remontan a principios de siglo. El 1 de mayo de 2000, el presidente Bill Clinton dictó un decreto para eliminar la degradación de la señal de gps. Dos días después, alguien ocultó una pequeña caja llena de objetos en las afueras de Portland (Oregón). El 6 de mayo, el tesoro fue encontrado por dos personas. Así nacía un movimiento que hoy suma millones de estos tesoros escondidos en todo el mundo.
«El juego está muy extendido en el extranjero, hay muchos turistas que aprovechan sus vacaciones para buscar los tesoros de la provincia», detalla Lucía Soria, aficionada desde que estuvo en Estados Unidos y lo descubrió. Para otros tantos, esta actividad se ha convertido en un estímulo para realizar senderismo. «Siempre me ha gustado andar por el monte, pero me terminaba aburriendo. Sin embargo, con este juego tienes una meta, sabes que al final del camino te espera un tesoro. Es muy divertido coger el GPS, preparar tu ruta, bajar las coordenadas de Internet y descubrir nuevos parajes», expone otro usuario.
No siempre es fácil, por ello es bueno comprobar antes de escoger un tesoro el nivel de dificultad de la ruta, el tipo de terreno y el tamaño del recipiente que buscamos, todo ello detallado en el listado al que se puede acceder desde la web.
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