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Ana Moya. IDEAL
La iliturgitana de corazón que revoluciona las redes

La iliturgitana de corazón que revoluciona las redes

Jóvenes talentos ·

Modelo, influencer, empresaria, youtuber y colaboradora de televisión, no hay faceta que se le resista a este 'todoterreno' que presume de su acento por el mundo

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Domingo, 30 de diciembre 2018

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Cuando se tienen casi 337.000 seguidores todo da un poco de vértigo. Son demasiados ojos mirando. Pero a Ana Moya (nacida en 1989), no parece importarle. Su relación con las redes sociales es casi una simbiosis: relata con naturalidad y gracia su día a día. En su caso, esta relación va más allá. Pertenece a ese selecto grupo llamado influencers, y las redes están tan integradas en su mundo que son su herramienta de trabajo. Una forma de vida que la hace feliz, y de la que nunca esperó vivir. Ni de ello, ni del mundo de la moda, donde empezó hace ya unos años. Y es que a la joven, que aunque nació en Algeciras se crió en Andújar, la vida no ha dejado de darle sorpresas.

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Se trasladó a Sevilla para estudiar Magisterio. Por aquel entonces, ya hacía sus pinitos como modelo, pero todo «a nivel andaluz». «Tenía 19 años cuando me vio una agencia de Barcelona, Elite, y me propusieron irme allí a trabajar», relata la joven. Allí pasó un par de años, para luego seguir su trayectoria como modelo con una agencia de Milán, donde aprendió a hablar italiano a la perfección. «Me pensaba ir para un mes y de todo el trabajo que tenía estuve cinco años. Era mi base, pero luego estaba siempre viajando. Londres, París, Nueva York, Miami... Me he recorrido el mundo entero», bromea. Y tras vivir un tiempo al otro lado del charco, decidió hace tres años volver a España. Actualmente vive en Madrid, y aunque su faceta como modelo continúa, la mayor parte del tiempo la dedica a ser influencer, lo que le proporciona la mayor parte de los ingresos.

Ser influencer es un trabajo relativamente novedoso. Para los despistados, consiste en publicar post en redes sociales, acudir a eventos o realizar viajes, donde detrás se esconde una marca que patrocina. En otras palabras, las marcas descubren nuevas formas de publicitarse, y eligen a personas activas en redes y con cierta influencia para llegar a un público más concreto. «Me gusta mucho, porque cada día es diferente, nunca es el mismo trabajo», indica.

Su 'pequeña gran revolución'

Antes estaba continuamente viajando. «Cogía prácticamente un avión cada día», recuerda Ana. Eso era antes, porque desde hace dos años llegó a su vida la 'pequeña gran revolución', como dice la canción de Izal, que lo cambió todo. Mateo, su hijo, es ahora el centro de su mundo. «Todo lo que hago de eventos lo hago aquí, estoy centrada en él. Ya no viajo por trabajo, como mucho un par de ellos al año por gusto, pero lo que quiero es estar todo el tiempo con él», señala. Mateo, o como él mismo se nombra, 'Mateto', tiene revolucionadas a las redes. «La gente está enamorada de él, de lo guapo y simpático que es, recibo muchos comentarios», añade. A juzgar por lo cómodo que se siente ante la cámara, no es de extrañar que sea un potencial influencer.

Lo sé, mi hijo aún no ha cumplido dos años y ya está casi más alto que yo 😂♥️

Publicada por Ana Moya Calzado en Sábado, 6 de enero de 2018

A juicio de Ana Moya, el sector de la moda está más limitado en España, con poco trabajo, algo que no ocurre con el de los influencers. «Cuando las marcas cogen a una modelo es solo a una, pero en el tema de los influencers siempre cogen a varias personas. Empezar es difícil, pero personalmente no me costó mucho, porque cuando empecé ya tenía seguidores. Cuanto más tiempo pasa, más te conocen y más trabajas», aclara.

Pero la joven no se ha limitado a estos dos sectores, que no es poco. En su vida profesional ha trabajado en televisión -tanto en España como en Italia, donde es muy conocida-, tiene un canal de Youtube -lo tiene aparcado por el momento, aunque no descarta volver en un tiempo-, está preparando un libro que saldrá publicado sobre mayo, y hasta ha salido en un videoclip de Alejandro Sanz. Y en su intento de ver hasta dónde puede exprimir las 24 horas del día, ahora ha puesto en marcha su propia empresa de joyas. «Quería hacer algo más, tener algo mío, y ahora que podía abrirla me he lanzado. Es un sector que siempre va a estar de moda, y estoy contentísima», indica la ahora empresaria, que afirma que aunque esperaba tener éxito, la realidad de las ventas la ha sobrepasado.

Por ello, si tiene que elegir los tres grandes logros de su carrera, estarían relacionados con sus principales facetas profesionales: «haber sido modelo internacional, abrir mi propia empresa y poder ser reconocida en España y fuera», apostilla.

Toda moneda tiene dos caras. En el trabajo de la joven, las redes sociales esconden también los comentarios negativos e insultos que a día de hoy se escriben. «La mayoría de lo que recibo es bueno, pero siempre está el típico que se mete contigo. Me da igual, no me suele afectar mucho, pero sí que suelo hacerle pantallazo y subirlo para que la gente vea quién hay detrás de esas palabras», explica.

Ana Moya lleva el acento andaluz por bandera. Vaya donde vaya, no lo pierde. En este sentido, explica cómo hizo dos castings para trabajar como actriz, pero que le dijeron que tendría que cambiar el acento si quería salir en la gran pantalla. «Creo que el andaluz debería estar presente en todos lados y se debe cambiar nuestra imagen, nos siguen poniendo a veces como que somos catetos o no sabemos hablar», reclama.

KARMA 👊🏼

Publicada por Ana Moya Calzado en Domingo, 28 de febrero de 2016

Muy unida a su Andújar, adora pasar aquí Semana Santa, Navidad y, como no, la Romería de la Virgen de la Cabeza. «Desde pequeña he ido con la tienda de campaña y los amigos. He estado unos años sin ir, y este año he podido volver. A la gente le da curiosidad, me preguntan por la romería e incluso vienen aquí a vivirla», admite la joven. Una de sus fotos, en la que aparecía vestida de flamenca a juego con su hijo, tiene más de 28.000 'me gusta' en Instagram.

Ana desprende energía y positividad. «Siempre le veo el lado bueno a las cosas y a las personas», indica en una de sus publicaciones. Y si algún o alguna joven quiere seguir sus pasos, tiene claro el consejo: «que tenga los pies en la tierra, que a mucha gente se le sube a la cabeza, y que sea humilde. Yo soy una persona normal, por eso y porque he trabajado mucho creo que me ha ido bien», indica. De las redes sociales a las joyas pasando por las fotos de modelo: queda Ana Moya para rato.

Si explicásemos hace 20 años a qué se dedica Ana Moya, nadie lo entendería. Básicamente, porque no existía. Su trabajo nace de la mano de las redes sociales, en las que promociona marcas o acude a eventos, esa nueva forma de publicidad que ha derivado en la figura de los influencers. Una profesión que le gusta, pero que también conlleva estar expuesta a los comentarios negativos. Y Andújar, donde se crió, no falta en su Instagram: la romería de la Virgen de la Cabeza llega a miles de personas a través de sus fotos.

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