La ruta histórica de Granada entre pasarelas, pinturas rupestres y un castillo

Se trata de la conocida como Ruta del Gollizno, un sendero circular perfecto para conocer la historia de Moclín que tiene una distancia de aproximadamente ocho kilómetros y que pueden completarse en unas tres horas y media siendo de fácil dificultad, por lo que es posible completar el recorrido con perros y niños. Eso sí, para evitar el calor del verano y hacer más llevadero el recorrido es imprescindible madrugar para comenzar la ruta temprano.

El inicio de la ruta tiene lugar en la calle Real, desde donde hay que descender por la calle Esperanza hasta el final del municipio. A partir de ahí se iniciará un paseo por una vereda empinada que, a través de la sierra y los pinares, lleva hasta la localidad de Olivares. En la bajada hacia el pueblo se disfrutará de una impresionante vista del valle del río Velillos, enmarcado en un gran olivar.

Tras atravesar Olivares será el momento de adentrarse en los Tajos de la Hoz, una garganta natural excavada por el agua que llevará a los senderistas hasta la antigua Presa de la Luz, un puente que permite seguir disfrutando del paseo y que lleva hasta una pequeña alameda, un lugar perfecto para hacer una pausa para descansar y beber algo.

El siguiente punto del recorrido lleva hasta la Fuente de Corcuela y adelante se localizan las pinturas rupestres de Corcuela, que son de época Neolítica. Continuando el recorrido los senderistas se acercarán de nuevo a la villa de Moclin, donde tiene punto final la Ruta del Gollizno. Eso sí, una vez de vuelta en el municipio es imprescindible pasear por sus calles y visitar la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, la Casa del Pósito y el Castillo de Moclín.

El inicio de la Ruta del Gollizno se encuentra en Moclín, un municipio situado a 33 kilómetros de Granada. El acceso a él se hace a través de la carretera N-432 en dirección hacia Córdoba, siendo un recorrido de unos 40 minutos en coche desde la capital.