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José Manuel muestra los pollos del asadero. A. Aguilar
Pollos asados y otros platos cocinados cada día

Pollos asados y otros platos cocinados cada día

Abierto por coronavirus ·

Los asaderos ofrecen menús con propuestas culinarias muy diferentes

Jesús Lens

Granada

Viernes, 17 de abril 2020, 00:45

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Recuerdo que el primer domingo de confinamiento fui por el periódico y, a la vuelta, compré una rueda de churros en el asadero de pollos de debajo de casa. Pensé, con un punto de egoísmo, que mientras abriera sus puertas, podríamos comer rico y variado sin muchas complicaciones. El lunes ya no abrió. Tampoco lo hizo el otro de los populares asaderos de la avenida de Cádiz. ¡Lógico y normal, a nada que lo pensemos! Son locales pequeños que acumulan a la mayor parte de sus usuarios en un corto lapso de tiempo. Además, con todo el mundo encerrado en casa y las calles vacías, la costumbres culinarias de una gran parte de la gente iban a cambiar y mantener los asaderos abiertos era bastante quimérico.

De ahí que sea una alegría topar con el Asadero Avenida. Hablamos con José Manuel, la persona que atiende el negocio. «De los cinco locales que tenemos, solo sigue abierto este, sobre todo para el reparto a domicilio, dado que por la calle apenas pasa gente y no hay mucha venta».

En ese momento aparece un cliente. Le oigo pedir un pollo. José Manuel le dice que son 70 céntimos. Levanto los ojos del teclado, estupefacto, y compruebo que no. Que el cliente no se lleva un pollo, sino un bollo... de pan. Paga en una máquina que da el tique y el cambio exacto, de forma que José Manuel no tiene que tocar el dinero. «La teníamos de antes del confinamiento, pero ahora nos viene especialmente bien ya que solo manipulamos la comida, sin tener que tocar tarjetas, monedas y billetes». La oferta del asadero es muy variada. Un plato para cada día de la semana laboral (empedraíllo de habichuelas, lentejas, estofado de ternera, cazuela de fideos y cocido) y, los fines de semana, paella, migas y papas a lo pobre.

«Repartimos a domicilio sin cargo añadido. Tenemos unos 10 clientes fijos a los que le llevamos todos los días el almuerzo, tanto de Granada capital como de algún pueblo cercano. Además, muchas personas mayores nos llaman para que les llevemos diferentes cosas», señala José Manuel. ¿Y qué tal fue la Semana Santa? «Bien. Hicimos bacalao con tomate y el tradicional potaje de bacalao y tuvieron bastante éxito y demanda». ¿Han cambiado las pautas de consumo a lo largo de este mes? «Sí. Hemos puesto boquerones en vinagre, por ejemplo. Y empanados como los flamenquines». Son platos menos habituales en las casas, permiten romper la monotonía de los menús y, algún día, incluso olvidarse de cocinar.

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