Endulzar el final de la Semana Santa

Es una buena fórmula de compartir tiempo en familia». ¡La de jóvenes aprendices de pastelero que van a salir de este confinamiento! En mates y lengua no sabemos cómo terminarán el curso, pero en cuestión de hornear bizcochos y sacar bandejas de galletas caseras no habrá quien les tosa en el futuro.

A Miguel Ángel también se le ha caído la facturación en más de un 80%, como a buena parte de los comercios que siguen abriendo en estas semanas de cuarentena. «No hay nadie ahí fuera. No viene a Granada la gente de los pueblos, ni los estudiantes o los turistas que, en Semana Santa, abarrotaban las calles». Aun así, ha hecho los dulces típicos de estas fechas. «Y los seguiremos preparando en las próximas semanas. Nos encanta la repostería tradicional y artesana, que se estaba perdiendo. Tratamos de recuperarla poco a poco. No hacemos nada industrial. Por ejemplo, unas croquetas de arroz con leche, una receta tradicional granadina con más de 70 años; y las tartas de la abuela, con galletas, basadas en antiguas recetas familiares».

Miguel Ángel también nos anima a comprobar en internet la alta puntuación de sus tartas de queso, elaboradas por su primo Nicolás, socio en esta aventura. «En plantilla somos doce, pero hemos tenido que pedir un ERTE para ocho trabajadores. Cerramos por las tardes y las cuentas no nos salen».

Entre las especialidades de Semana Santa que se podrán seguir degustando desde hoy, Lunes de Pascua, hay tres modalidades de torrija: las más tradicionales, de vino, hechas con pan; y otras de azúcar y canela o de relleno casero de pionono, en las que se utiliza la masa de roscón de reyes. «Aunque tienen lo esencial de la torrija tradicional, son como un pastel», explica Miguel Ángel. Las que tendrán que esperar al 2021, que este año no estaba el horno para bollos, son las torrijas envueltas en chocolate o en Nutella. «No hemos querido embarcarnos en muchas variedades».

También seguirá habiendo roscos fritos y una amplia variedad de pestiños: «de azúcar, melados, melados con chocolate y unos chiquitos hojaldrados. Los rellenos de chocolate (a modo de canutillo) y los de crema solo estarán unos días más. Los otros duran todo el año. Como la Torta de la Virgen o el Roscón. Lo tradicional, lo mantenemos siempre». Y ojo a una masa de pizza que le traen de la tahona de Alfacar con la que trabajan el pan y los bollos de aceite. «Aconsejo extenderle un par de cucharadas de aceite de oliva por encima y meterla en el horno 5 minutos. Sacarla, ponerle el relleno y volver a hornear. Las pizzas salen de lujo».