Uno de los integrantes del equipo policial de investigación de las muertes violentas que ocurren en la capital extrae el legajo del crimen de Castillo Higueras. Pepe Marín

En los entresijos del Grupo de Homicidios de Granada

La Policía Nacional resuelve el cien por cien de los crímenes frustrados y consumados de los últimos años

Yenalia Huertas

Granada

Domingo, 1 de enero 2023

Adentrarse en las oficinas del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Granada es hacerlo en una de las salas de máquinas más importantes ... de la Brigada Provincial de Policía Judicial, que tiene sus dependencias en el complejo policial de la Palmita. Sus cinco integrantes son quienes se rompen la cabeza para encajar todas las piezas cada vez que alguien comete el peor delito que se puede cometer: matar.

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La muerte es el ingrediente común de todos los legajos que descansan en las estanterías del grupo que encabeza el inspector Óscar M., cuyo nivel de efectividad se refleja en la estadísticas: en los últimos años se ha resuelto el cien por cien de los crímenes frustrados y consumados en Granada.

En total, desde 2019 ha habido nueve homicidios y 18 tentativas de homicidio, 27 delitos de sangre que han hecho trabajar a destajo a este equipo para poder afirmar que todos han sido resueltos. Unos se cometieron con pistolas, otros con cuchillos o navajas y otros sin intervención de armas.

En unos se ha precisado de más tiempo que en otros, pero todos son hoy por hoy casos cerrados. En 2019, fueron tres los homicidios y dos tentativas. En 2020, hubo dos homicidios y ocho tentativas. En 2021, se cometió un homicidio y cuatro tentativas. Y en 2022 se registraron tres homicidios y cuatro tentativas.

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En los casos cerrados este año figuran desde el homicidio del exconcejal Castillo Higueras hasta el puñetazo letal recibido por un varón en la Chana

¿Y cuánto se suele tardar en resolver un crimen? «No hay un criterio, unas pautas a seguir. Hay algunos que han tardado cuatro meses y otros que se han esclarecido sobre la marcha; no hay ningún patrón», subraya el jefe del grupo. Lo que sí es cierto, como añade el subinspector Luis S., es que como una muerte violenta no se resuelva en los primeros días o semanas, se alarga».

Golpe de suerte

Además del esfuerzo, rapidez y pericia de los agentes, que se ponen manos a la obra y sin dilaciones con las pesquisas en cuanto tienen conocimiento del hecho, también influye que haya «un pequeño golpe de suerte», como ocurrió en el caso de la desaparición de Manuel Alabarce, un vecino del barrio de la Paz cuyo cadáver fue hallado por los agentes en el interior de un bidón en un paraje próximo a la Fuente de la Bicha, a 18 kilómetros de su casa. «Si no llegamos a inspeccionar bien la zona nos podríamos encontrar ante otro caso Marta del Castillo», afirman.

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La única inspectora del grupo es especialista en 'peinar' redes sociales para seguir el rastro de los sospechosos. Pepe Marín

El cuerpo de Manuel Alabarce, que había desaparecido dos meses antes, estaba escondido en un depósito de agua, en mitad de una vaquería, y lleno de vegetación. Había mucho trabajo detrás y gracias a ese «pequeño golpe de suerte», el cadáver fue localizado el pasado mes de mayo. No es este, no obstante, el último crimen resuelto en 2022. Otro fue el de la muerte de un chaval sudamericano, que al regresar de fiesta se vio inmerso en una pelea y lo mataron «de un puñetazo mal dado». El suceso tuvo lugar en el barrio de la Chana en la segunda quincena de julio. El tercero de los crímenes resueltos en este 2022 fue el del exconcejal José Miguel Castillo Higueras. Sufrió un robo que por desgracia resultó mortal. Ocurrió en la calle Frailes del Centro de la ciudad. El exedil recibió un golpe que le hizo caer al suelo y no pudo superar la gravedad del impacto. «Vimos más de cien horas de cámaras», resalta el subinspector, al tiempo que recuerda que tras días de intensas gestiones, el esfuerzo dio su fruto y fue identificado y detenido el presunto ladrón homicida, un chico de origen árabe.

Casi una treintena de delitos de sangre en solo cuatro años son muchos, como admiten los miembros del grupo, sobre todo si se tiene en cuenta que en medio ha habido un confinamiento por la pandemia de la covid-19. En muchos de los casos de las tentativas hubo puñaladas y en otros (al menos cuatro), tiros. «El arma blanca es más habitual», reconocen los agentes, a la vez que indican que los disparos se están produciendo más en otros municipios de la provincia y están cada vez más asociados a los asuntos de droga, es especial al oscuro negocio de la marihuana. «En los pueblos hay muchos más tiroteos», aseveran.

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Tan solo tres muertes violentas antiguas y una desaparición inquietante continúan en el archivo de legajos sin autor conocido

En cualquier caso, no se puede considerar a Granada una ciudad insegura ni mucho menos. Depende de las zonas, pero en general, según los integrantes de Homicidios, «es segura» y ello se debe a la «respuesta» que se está dando a los distintos fenómenos criminales tanto desde la Policía Nacional como desde la Guardia Civil.

Pese a ser solo cinco los integrantes del grupo de Homicidios (los inspectores Elena M. y Óscar M., el subinspector Luis S. y los policías Ismael B. y Antonio L.) y no contar, indican, con más medios y una especialización reglada específica en materia de homicidios, son pocos los casos que no han podido cerrar. Solo una desaparición inquietante y tres crímenes ocurridos años atrás.

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