La falta de materias primas para piensos afecta ya a la producción de los animales en Granada
El déficit de valores nutricionales básicos puede perjudicar a su salud, ya que fábricas y ganaderos se ven obligados a alterar las fórmulas para poder elaborar el alimento
Vacas que hace dos semanas daban 40 litros diarios de leche ahora no llegan a los 35. La huelga de transportistas está teniendo un ... efecto directo en la producción de los animales por la escasez de pienso. Las materias primas no llegan, así que los fabricantes tienen que hacer malabares para elaborarlos cambiando la fórmula. Si la situación continúa, alertan de que los animales no volverán a producir como antes y, lo más grave, su salud puede verse afectada.
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Cuando la huelga comenzó, la Plataforma para la Defensa del Sector del Transporte emitió un comunicado en el que informaba de unos servicios mínimos. En él indicaba que se debe respetar el reparto de materias destinadas a la sanidad; el transporte de pienso para animales con descarga directamente en las granjas y la retirada de leche en ganaderías. En los dos últimos casos solo se puede hacer con vehículos de máximo dos ejes, en ningún caso de mayores dimensiones. Antonio Casas, gerente de la cooperativa Alba Ganaderos, que agrupa a los 26 que se dedican a las vacas de leche en la provincia, asegura que se está cumpliendo. «La recogida de leche está normalizada, en Granada no se ha tirado nada. Agradecemos el esfuerzo a los transportistas», asegura.
«Si faltan las materias primas más importantes, como el maíz o la soja, no tendremos qué echarles a los animales»
Antonio Casas-cooperativa Alba Ganaderos
Y aunque el reparto de pienso está incluido en estos servicios mínimos, la gran preocupación es que no hay materias primas para elaborarlo. «Estamos restringiendo las raciones y sustituyendo unos alimentos por otros, así que no se cubren sus necesidades. Las vacas están perdiendo ya cinco o seis litros al día, lo que se traduce en pérdidas económicas para los ganaderos. Es un dineral», recalca Antonio Casas. Esa carencia de los nutrientes necesarios tiene sus efectos a corto plazo: los animales no volverán a producir igual a no ser que vuelvan a dar a luz.
Al margen de las pérdidas económicas, lo que más preocupa es la salud de los animales. Aún no está comprometida, pero lo estará si la huelga continúa la próxima semana. «Si faltan las materias primas más importantes, como el maíz o la soja, no tendremos qué echarles. Esperemos que se solucione antes», apostilla el gerente de Alba Ganaderos.
Por otro lado, la subida de los costes de producción y la nula rentabilidad se está supliendo, en muchos casos, con el sacrificio de animales para poder pagar las facturas. «Si a un ganadero le faltan 15.000 euros al mes y lleva diez vacas al matadero puede compensar de alguna manera. Esto se va a traducir en la pérdida de producción a medio-largo plazo», lamenta.
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Disminución de la calidad
Las granjas más grandes compran en muchos casos las materias primas y elaboran ellas mismas el pienso, pero hay otras que lo adquieren a empresas como la de Miguel Morales. La Cooperativa Piensos Pisur lleva 26 años en activo y jamás ha vivido una época peor que la actual. Elaboran alimento para gallinas, cabras, conejos y vacas de campo, principalmente con maíz, cebada, trigo y soja.
«Ante la escasez reformulamos el producto con lo que tenemos, por lo que baja la calidad. Los clientes se quejan, pero no podemos hacer nada. Es eso o dejar de fabricar», indica el presidente de la cooperativa. Esa bajada de los valores nutricionales influye en la producción. Una gallina, por ejemplo, pondrá menos huevos y de menor tamaño si no consume un pienso equilibrado, según alerta.
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Miguel está preocupado. Se encuentran al 20% de su producción y han tenido que reubicar a algunos trabajadores. Al no haber apenas trabajo en la fábrica, ahora se dedican a repartir el pienso a las granjas. «Si la huelga sigue tendremos que cerrar y hacer un ERTE, ¿para qué vamos a venir si no podemos trabajar?», lamenta.
Materias primas
Por otro lado, los que venden las materias primas están atados de pies y manos. Ganaderos y fabricantes de pienso acuden directamente a estos almacenes, pero encuentran muy poco producto. José Antonio Losada, administrador de Leycegra S. L., explica que están dejando de ingresar dinero, pero su producto no caduca al día siguiente, pueden venderlo. Los ganaderos no corren la misma suerte. «Son los que están sufriendo las pérdidas más importantes, leche que tira un cabrero es leche perdida», manifiesta.
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José Antonio Losada pone el foco en los precios, e insiste en que empezaron a subir mucho antes de la guerra. Hace un año, el maíz se compraba a 180 euros la tonelada, mientras que ahora está a 420 euros, más del doble. Se incrementan estos precios, pero no se traducen en el producto final. «La leche, los huevos o el pollo que se venden al consumidor no suben en proporción. La pérdida al final es para los ganaderos», concluye.
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