La empresa granadina que triunfa en Reino Unido con los bimis de la vega

Mitad brócoli y mitad col china, esta hortaliza de la familia de las crucíferas es cada día más demandada en el mercado internacional por sus propiedades saludables y está creciendo de forma exponencial en la vega de Granada, donde ya son treinta agricultores los que se han sumado al carro de este cultivo alternativo, que rotan con las calabazas en verano.

Detrás de este éxito que crece en la vega está la empresa Frutas Alhambra y su propietario, el inglés Julian Isaacson, que en 1996 se instaló en la capital granadina con una oficina de compras y exportaciones, principalmente hacia Inglaterra y ahora dirige una de las empresas líderes en su sector, con producciones en Almería, Málaga y Alicante.

El empresario inglés y el biólogo granadino Miguel Ángel Moya, director técnico y de producción de Frutas Alhambra, se propusieron revitalizar la vega de Granada y ahora están recogiendo los frutos de años de estudios y ensayos.

«En 2016 cuando detectamos un declive en cuanto a la producción y sostenibilidad de la vega de Granada, principalmente como consecuencia de la caída de la producción de tabaco, cultivo primario durante tantos años, decidimos ponernos en contacto con agricultores con la finalidad de introducir nuevos cultivos alternativos que dieran nuevamente riqueza a la agricultura de la zona», explica Moya.

Fueron años de pruebas para estudiar el comportamiento de los diferentes cultivos hasta que, en el 2020, lograron un ciclo completo de producción con 20 hectáreas de calabaza para la campaña de verano y 16 hectáreas de bimi en invierno.

Con el apoyo del Ayuntamiento de Vegas en Genil, se pusieron en contacto con los agricultores para convencerles de que les sembraran sus producciones y, a día de hoy, tienen un modelo de éxito que garantiza cultivos rentables para el agricultor y sostenibles, que enriquecen el suelo con las diferentes rotaciones.

«No fue fácil que confiaran en nosotros pero ahora ya son ellos los que nos llaman, han comprobado la rentabilidad y seriedad de la empresa», comenta orgulloso el director técnico de Frutas Alhambra, que compra el 100% de la producción a precios fijos a sus agricultores.

«A mi me interesa que sigan plantando nuestros productos así que buscamos la rentabilidad del agricultor al mejor precio. Apostamos por un trato directo, les damos confianza y esto nos ha permitido crecer y alcanzar en tres años cotas de producción que eran impensables», resume Moya.

Toda la producción de los agricultores está programada y supervisada técnicamente por Frutas Alhambra que la destina a clientes europeos, entre ellos las principales cadenas de supermercado de Reino Unido.

«El agricultor sabe que todo lo que está produciendo acorde con esta programación y con los parámetros de calidad previamente establecidos tendrá una buena salida», subraya. «Además, evitamos la sobreexplotación de productos con poca demanda de fitosanitarios y mantenemos el suelo de la vega fértil y sostenible» , apunta el director técnico.

El pasado año, Frutas Alhambra alcanzó una producción total de 400 toneladas de calabaza y 250 de bimi en la vega granadina, unas cifras que esperan duplicar en esta campaña y seguir aumentando para las siguientes.

La empresa, que tiene su sede central en Granada, tiene producciones de hortícolas en Almería y de subtropicales en las costas de Málaga y Granada mientras que los cultivos de la vega granadina se pensaron como la prolongación de las 250 hectáreas propias que tienen en Novelda (Alicante) donde producen hortícolas poco conocidas en España, como las verduras chinas pak choi, choi sum y kai choi.

También tienen un departamento de importaciones de ultramar que vende aguacate y mango de Perú y Colombia y son uno de los mayores importadores nacionales de jengibre de China.

En la vega de Granada, Frutas Alhambra cuenta con un gran proyecto de crecimiento futuro y expansión. «La vega es un lienzo en blanco con muchísimas posibilidades, tiene un gran potencial. No todo funciona porque le falta la modernización de los sistemas de riego pero nuestra idea es poder seguir creciendo de forma exponencial hasta llegar a las cien hectáreas de producción entre los diferentes cultivos que actualmente se están desarrollando», concluye.

Otro de los grandes handicaps para crecer -lo está sufriendo el campo granadino en general- es la falta de trabajadores para recoger las cosechas. En el caso del bimi, el cultivo, que se recoge entre noviembre y junio, es un alto demandante de mano de obra y Frutas Alhambra ya ha creado más de sesenta empleos. Son íntegramente jornaleros, mujeres y hombres por igual, de origen boliviano que se han instalado en Granada gracias a este trabajo.

Es el caso de José Luis que empezó como jornalero y hoy tiene su propia producción en una finca arrendada. «El año pasado aprendí la manipulación y el cultivo y ahora soy yo el que enseña a la gente, porque es importante el punto de corte del bimi. Me abrieron las puertas, me dieron la oportunidad y ahora yo soy el responsable», relata orgulloso. Entre el bimi y la calabaza, esta pequeña colonia boliviana tiene nueve meses de trabajo -duro pero garantizado- en la vega de Granada. «Muchas compatriotas que han visto nuestra experiencia me echan el teléfono porque se quieren venir», concluye.