El padre de María Pérez, Luis, posa con su bisabuela María en la casa familiar. R. I.
Campeona del mundo otra vez

La noche sin dormir del padre de María Pérez: «Trabajo de lo que sea»

«Vi la carrera entera y me fui a las cinco a recoger residuos de la feria chica de Orce y sus anejos; somos humildes», comparte Luis

Sábado, 13 de septiembre 2025

El padre de María Pérez, Luis, vio la carrera en la que su hija revalidó su título de campeona del mundo en 35 kilómetros marcha ... y se fue a trabajar sin pegar ojo a las cinco de la madrugada. «Somos una familia humilde y nos debemos a nuestros trabajos, y yo hago de lo que sea. Suelo estar en la obra pero esta vez tenía que recoger residuos urbanos de la feria chica de Orce y sus anejos, y si se me acabara el trabajo aquí, me iría a otro sitio. No por ser María quien es dejamos de currar todos los días, como su madre, que se dedica a la ayuda a domicilio», comparte con IDEAL, aún despierto de la euforia por el nuevo éxito de su niña.

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Luis tuvo que quedarse a solas en el domicilio familiar de Orce mientras su esposa, Paqui, disfrutaba de la carrera con amigos de María Pérez en su casa de Pulianas. «Fuimos mensajeándonos para que no me quedara dormido. Le pedí que me llamara si dejaba de responder», apunta. «Sabía que mi hija iba a dar guerra y la vi muy tranquilo, a gusto. Si no hubiera sido por la paleta amarilla que siguió a la tarjeta roja, habría sacado más ventaja aún a la segunda. Yo creo que quería revalidar su propio récord del mundo, aunque se quedó a muy poco», reseña.

Antes de irse a trabajar en plena madrugada, Luis procuró que María Pérez intercambiara unas palabras con su bisabuela María. «Le mandé una foto y me llamó al momento porque estaban dándole un masaje. Le reconoció que se quedó dormida durante la última vuelta, pero ella le contestó entre chascarillos que demasiado era ya que hubiese aguantado hasta entonces», confiesa el padre.

Luis dejó Orce y sus anejos limpios antes de que apretara el calor y, tras atender cuantas llamadas de enhorabuena recibió, se fue a tomarse una cerveza y una chuletilla de cordero segureño al pueblo. «La ocasión lo merecía, ya está la siesta para descansar», anticipó. El padre de María Pérez espera disfrutar con más tranquilidad de la carrera de 20 kilómetros el sábado que viene, no sin currar primero: «Empezaremos a las nueve de la noche y espero terminar a tiempo de engancharme pronto».

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