Cazorla recibe repleto de gente el ciclo de 'Calle' de su FIT

De tal modo que los cinco espectáculos de la tarde del viernes fueron disfrutados por miles de personas, ofreciendo aquí y allá en el casco urbano cazorleño esa estampa tan maravillosa y estimulante de la multitud rodeando a los actores y actrices. Sobre todo, dada la gran cantidad de niños y niñas que, sentados en el suelo lo más cerca posible del escenario, mostraban la mejor de sus sonrisas por lo que allí veían y oían.

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Como ocurrión en la primera propuesta de la tarde, la de La Banda de Otro y su particular 'Rodeo' en el espacio escénico de las Ruinas de Santa María. Donde los toros fueron sustituidos por otros elementos en apariencia inanimados pero que los tres actores, Rafael Díaz, José Alberto Foncubierta y Daniel Foncubierta, se encargaron de darles vida. Ruedas y bicicletas eran los objetos domados con maestría. Las grandes cualidades de este espectáculo no solo eran apreciables en la forma, también en el fondo. La música instrumental en directo, el humor y la ironía del speaker resultaban inspiradores para grandes y pequeños, como ocurrió con la aparición de dos inesperados colaboradores elegidos de entre el público. Madre e hijo se acoplaron a la compañía como si en verdad fuera una trampa y formaran parte de ella, si no fuera porque eran conocidos por ser cazorleños.

En la Plaza de la Corredera esperaba Clara Reina Meneses y su obra '361 grados'. Creado e interpretado por ella misma, resultó ser un trabajo performático con tintes circenses y dancísticos. Muy conceptual e introspectivo, pretendió que el público concluyera que no es necesario entenderlo todo, que es posible sentirse invadidos por sensaciones nuevas; observar objetos, colores o sonidos que pueden ser descifrables o no pero que producen placer, sosiego o alegría. Curiosamente, quienes más entendieron el espíritu de este espectáculo fueron los niños y las niñas. No había más que ver sus caras.

Desde la Plaza de la Corredera al Auditorio del Parque, donde el público disfrutó del Seat 600 de Javier Ariza, y desde allí de nuevo al espacio escénico de las Ruinas de Santa María. Allí estaban los ya muy conocidos aquí Vaivén Circo, que en esta ocasión presentaron su obra 'Anónima'. Con un perfil claramente flamenco, José María Martín, Raquel Pretel y Miguel Ángel Moreno 'Bolo', recorrieron sus habituales números acrobáticos y circenses con la maestría habitual en ellos. Para disfrute de un público siempre entregado.

Para finalizar la noche, llegó la ya tradicional en este festival 'sesión gofa'. En esta ocasión protagonizada por el showman Alex O'Dogherty, que también repetía en el Teatro de la Merced. Siendo el único espectáculo de pago del ciclo de 'Calle', las entradas se vindieron en tiempo récord y el Teatro se llenó hasta la bandera. O'Dogherty, con su habitual ironía y su afán por buscar los límites del humor, se enfundó el traje de 'Imbécil' con el que se subió al escenario. Contó los aplausos y las carcajadas del público, y aplicando una ecuación matemática por él patentada probó que el espectáculo fue un gran éxito. Pero en teatro, la prueba del éxito es sin lugar a dudas el aplauso final del público. Y este no dejó la más mínima duda.