Timos y pisos turísticos, los escollos que encuentran los Erasmus de la UAL

Los más de 600 estudiantes Erasmus que desde Almería han viajado al resto de Universidades europeas han tenido que lidiárselas de nuevo, después de dos años de restricciones, con la escasez de oferta de alquileres, con los pisos turísticos e incluso con los intentos de fraude que campan en redes sociales, ya que muchos, desgraciadamente, se aprovechan para sacar rédito de la necesidad y de la desesperación de estos jóvenes por encontrar casa con la mayor celeridad posible.

Afortunadamente, no ha sido el caso de Lucía, una estudiante almeriense que este curso ha viajado hasta Ferrara, el epicentro del terremoto informativo acaecido esta semana. «Tuve la precaución de buscar el alojamiento en abril», revela a IDEAL, «aunque en mi piso, donde vivimos cuatro personas, solemos acoger para comer a compañeros y compañeras que aún no han encontrado nada, y en el salón nos llegamos a juntar hasta 15 personas, si no lo ves, no te lo crees».

Pero en otras ciudades italianas, como Milán, sí que hay estudiantes de Almería que aún no han tenido la misma suerte que Lucía, y todavía a estas alturas, con el curso académico ya empezado, siguen teniendo que llamar de puerta en puerta para lograr conseguir un alojamiento digno, sorteando timadores.

Situación análoga en España

El pasado jueves, el Ministro de Universidades, Joan Subirats, responsabilizó a las universidades de acogida de las dificultades de los estudiantes Erasmus para encontrar alojamiento en ese país, aunque también reconoció que esta situación también se produce entre los universitarios europeos que llegan a grandes ciudades españolas. «El problema es que el éxito del programa Erasmus, que ha hecho que muchas universidades se hayan incorporado, no siempre va acompañado de cuidar los detalles del alojamiento, y es responsabilidad de éstas ayudar, facilitar y tener un servicio de colaboración en esta línea», explicó Subirats.

No obstante, admitió que los problemas que están sufriendo los estudiantes españoles en Ferrara (Italia) también «lo sufren los que viajan a Barcelona, Granada, Salamanca o Madrid» por el encarecimiento de los alquileres. En opinión de Subirats, «no es algo que esté alejado de problemas más generales como país».

En este sentido, el presidente de la Asociación Erasmus Student Network (ESN) Almería, Jesús Martínez, apunta que «este año ha habido bastantes problemas con la búsqueda de alojamiento, de hecho algunos incluso han sido víctimas de un estafa». El caso más flagrante, el de dos chicos de Bulgaria que buscaron piso en Almería a través de páginas de Facebook para venir a estudiar a la capital y a los que les han estafado, a cada uno, mil euros por una casa que no existía, y que ahora difícilmente podrán recuperar. «Básicamente, les ha volado la mitad de la beca», lamenta Martínez, a pesar de que voluntarios de esta asociación han hecho todo lo posible por ayudarlos y tratar de que recuperasen el dinero.

«Hay gente que sabe que a los Erasmus les cuesta bastante encontrar alojamiento, y se aprovecha de esta situación», puntualiza Martínez, «hacen perfiles falsos y les engañan porque están desesperados». Aunque tratan de advertir a todos los estudiantes que llegan, cada año se encuentran con este tipo de problemas. «Hay falsos perfiles en redes sociales, cada vez más sofisticados, que consiguen llamar la atención de quienes buscan casa», denuncia. De media, los estudiantes suelen tardar una semana hasta encontrar un lugar de residencia, alojándose temporalmente en sitios como el Albergue Inturjoven Almería, en el Zapillo, o en la residencia universitaria Civitas.

De los 464 estudiantes internacionales que este cuatrimestre han llegado a la UAL, al menos 30 han acudido a ESN Almería para solicitar ayuda para buscar alojamiento, donde siempre se verifica la autenticidad de los anuncios que envían.