Festividad de la Inmaculada en la Brigada de La Legión

El general Marcos Llago Navarro, jefe de la Brigada 'Rey Alfonso XIII' II de La Legión, ha presidido la conmemoración en esta ocasión marcada por las medidas contra la pandemia del Covid-19. Con importante limitación de personal, celebradas sin público a puertas cerradas.

Superando las dificultades, el 8 de diciembre, y siguiendo la tradición ha sido jornada para la veneración, reconocimiento, convivencia, de homenaje a los caídos y de exaltación de los valores patrios que encara la Infantería española, fielmente reflejada en su historia y en su himno.

Previamente al acto central tuvo lugar una misa en honor de la Inmaculada en la capilla de la Base.

A mediodía, el general Marcos Llago llegaba a la Plaza de Armas, de la Base, recibiendo los honores de ordenanza y revistando la Fuerza que los rendían (Escuadra de Gastadores, Banda de Guerra, Unidad de Música, una Sección de la VII Bandera, de la VIII Bandera y de la Plana Mayor del Tercio 'D. Juan de Austria' 3º de La Legión). Además formaban portaguiones y acompañantes de las unidades de la Brileg.

El general Llago, ocupó la presidencia del acto acompañado del jefe del 3º Tercio, coronel Pablo Gómez Lera que pronunció un discurso (se ofrece resumidamente en espacio aparte).

Homenaje

'Por la Patria morir fue su destino, querer a España su pasión eterna, servir en los ejércitos su vocación y sino'. Entrañable y emotivo resultó el Homenaje a 'los soldados de todos los tiempos, encuadrados en los ejércitos de España, que un día lucharon con valor, sirvieron con lealtad y murieron con honor'. Dos legionarios ofrendaron una corona de laurel al Cristo de la Buena Muerte. Toque de Oración, plegaria del capellán y salva de fusilería.

Al Homenaje a los Caídos siguió la interpretación y canto de los himnos de Infantería y Canción del Legionario. Recitado de dos espíritus del Credo Legionario. Un marcial y brillante desfile de la Compañía de Honores, puso broche de oro a la festividad de la Inmaculada, en la sede de la Brigada de La Legión.

Patronazgo

La protección de la Inmaculada Concepción como Patrona del Arma de Infantería nace de un hecho acaecido en el siglo XVI, cuando la guerra que los Tercios Españoles de Flandes mantenían en los Países Bajos. En la pequeña población de Empel, los infantes españoles resistían heroicamente las acometidas de los infantes holandeses, y en esos momentos un soldado al excavar una trinchera encontró una imagen de la Inmaculada, tal hallazgo sembró un gran revuelo y fue interpretado como un feliz augurio, atribuyendo a la protección de la Inmaculada la salvación y la victoria. Allí mismo se le proclama Patrona de los Tercios de Flandes y se funda la Cofradía de los Soldados de la Virgen Inmaculada. Con la fecha del 8 de diciembre se celebra la Inmaculada Concepción, Patrona de la nación española desde que, en 1760, Carlos III consiguió una bula especial del Papa Clemente XIII.

«Si la proclamación oficial del patronazgo es de hace 128 años, la veneración de la Infantería española por su Inmaculada Concepción se remonta a 1585, con motivo del denominado 'Milagro de Empel'», ha indicado en su discurso el coronel Gómez Lera, jefe del Tercio 'D. Juan de Austria'.

En su alocución, tras referirse a los patronazgos de la Inmaculada Concepción, ha citado los fragmentos de un artículo del Premio Nobel Camilo José Celá: «Quien no haya sido soldado de Infantería no sabe, que cuando el hombre se lanza, cuando al hombre se le calienta la sangre, lo más difícil es pararlo y enfriarlo. Porque el otro secreto de la Infantería es el de calentar el aire con la mirada y darse cuenta de que la batalla terminó cuando el soldado crea que estaba empezando».

Se refirió Gómez Lera a los muchos motivos para estar orgullosos «en este año que ha transcurrido desde la última Patrona, pues la pica, la ballesta y el arcabuz han paseado, en el año de nuestro centenario con honra y honor por Líbano, Malí, Irak y Afganistán, y también en el suelo patrio en ayuda directa a la sociedad de la que nacemos y a la que servimos, en las operaciones 'Balmis' y 'Baluarte', haciendo realidad tangible esos valores que movieron al soldado de los Tercios de entonces y que guían a los de los Tercios de ahora».