La asesina confesa, aislada en prisión y con una 'presa sombra' condenada por homicidio
Ana Julia, que preguntó ayer a su abogado por el estado del padre del niño, Ángel Cruz, está bajo un protocolo antisuicidios y otras medidas especiales para evitar agresiones
Ana Julia Quezada, la mujer de 43 años y origen dominicano acusada de acabar con la vida del pequeño Gabriel Cruz tras la comisión de ... un «macabro plan criminal», vivió ayer su primer día en el módulo de mujeres de la prisión almeriense de El Acebuche.
La presa llegó a su nuevo destino tras permanecer durante su primera noche en la prisión en el módulo de ingresos. En esta ubicación fue sometida a un reconocimiento médico, donde se le explicó las normas que rigen en el centro penitenciario y fue entrevistada por un equipo multidisciplinar, entre los que se encuentra un trabajador social o un psicólogo, tal y como es habitual con la llegada de todos los nuevos internos.
Fuentes consultadas por este periódico confirmaron que la dirección del centro penitenciario ha decidido aplicar a la autora confesa del crimen de Gabriel el protocolo antisuicidios y otras medidas especiales para evitar agresiones o problemas de seguridad en la cárcel.
En este sentido, Ana Julia ha quedado «aislada» en una celda apartada de la del resto de usuarias y está acompañada las 24 horas por una interna de apoyo, conocida popularmente por «presa sombra». Se trata de una mujer que se ha presentado de manera voluntaria, lo que le repercutirá en beneficios penitenciarios, y que fue condenada por un delito de homicidio, según las fuentes consultadas.
La asesina confesa recibe, además, las comidas en la celda con el objetivo de evitar acceder al comedor y su habitación es una de las que la ventana está orientada hacia una reja en la que es imposible el acceso por el resto de internas.
Las primeras 24 horas de Ana Julia han sido «completamente normales», según el testimonio de algunos trabajadores del centro consultados por este periódico, quienes añadieron que la autora confesa baja al patio por la mañana únicamente acompañada por la interna de apoyo y cuando el resto de las presas ya han desayunado y se encuentran en sus celdas . Su abogado, Esteban Hernández, reveló ayer que Ana Julia le preguntó por el estado de ánimo de Ángel Cruz, padre del pequeño de tan sólo ocho años al que decidió quitar la vida el pasado 27 de febrero.
Parte de estas medidas están contempladas en el artículo 75 del Reglamento Penitenciario, donde se establece, entre otros aspectos, que la dirección de la prisión puede proceder al levantamiento de las limitaciones regimentales exigidas por el aseguramiento de un interno.
Riesgo de fuga
El ingreso en prisión de la mujer acusada de acabar con la vida del pequeño Gabriel, crimen que ha conmocionado a todo un país, pone punto y final a la estancia de Ana Julia en los calabozos de la Comandancia de la Guardia Civil de Almería. Un total de 96 horas en las que la ya interna de El Acebuche se derrumbó y confesó el crimen, al igual que se ratificó el pasado miércoles en sede judicial.
Cabe recordar que en el auto en el que ordena el ingreso en prisión, el juez Rafael Soriano dice que Ana Julia Quezada asfixió al niño con sus manos siguiendo una «malvada voluntad» y señala que el hecho de que la detenida sea originaria de la República Dominicana, con familia en dicho país, «hace evidente un elevado y patente riesgo de fuga caso de quedar en libertad».
Incide además en que es «preciso evitar que por la detenida puedan destruirse pruebas o indicios que aún no han sido descubiertos por los investigadores judiciales.
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