Abla esconde rutas con un rico patrimonio cultural e histórico
Los visitantes pueden conocer sus monumentos, pasear por la naturaleza o degustar sus platos típicos y repostería
J. L. PASCUAL
ALMERÍA
Lunes, 4 de junio 2018, 02:34
Entre un denso olivar, se descubre el pueblo de Abla en el que el visitante podrá contemplar a su entrada, el antiguo Mausoleo romano, que ... se conoce en la localidad por la Ermita de los Moros. Su datación ronda el siglo II antes de Cristo y durante años ha esperado una ansiada restauración. Del pasado árabe permanecen los restos de una alcazaba, que puede observarse en lo más elevado del pueblo. Tan sólo algunos cimientos, un aljibe y parte de sus muros, recuerdan el esplendor de esta edificación que defendía la entrada al valle.
Una vez llegados a este punto, los viajeros podrán contemplar el barrio del Castillo, con una arquitectura tradicional de gran valor, caracterizada por la planitud de sus tejados de launa y los aleros. También se pueden acercar hasta la iglesia de La Asunción, del siglo XVI, y factura mudejar. Si quiere seguir contemplando otros ejemplos de la arquitectura religiosa, se puede hacer visitando las cuatro ermitas de la localidad, bajo la advocación de: Los Santos Mártires, San Antón, San Roque y La Maravilla. Antes de abandonar el lugar, también se puede adquirir alguna jarapa en sus talleres artesanos que servirá de alfombra o recuerdo de la visita. Esta ruta ofrece al visitante un recorrido al aire libre por las diversas fuentes tradicionales de la localidad, que antiguamente abastecían de agua al pueblo y cortijadas.
Entre sus diferentes rutas turísticas, se puede citar la de las Fuentes, partiendo de la calle Albaicín y descendiendo por el inmediato callejón hacia la rambla de Los Santos siguiendo el curso de las aguas. Desde allí se toma el primer barranco a la derecha que conduce a Fuente Agria. La fuente se encuentra cruzando el nuevo camino de los Olivares junto a un risco, cuyo caudal abastece al embalse de regadío contiguo. Antiguamente este paraje era un merendero tradicional bastante frecuentado en las tardes estivales. Tomando el curso de la rambla, bajo la cuesta del mismo nombre, se localiza la Fuentecilla de Los Santos mencionada en el siglo XVIII como 'Fuente de Guzmán'. Se encuentra semienterrada debido a la sedimentación de arena, motivada por las sucesivas crecidas de la rambla. Para reponer fuerzas, nada mejor que alguno de sus platos típicos, que van desde las migas con tropezones hasta las gachas, pasando por el pimentón con pescado, el guisado de cardonchas, el guisado de trigo con hinojos o los gurullos».
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