Confusión, dudas y algún que otro retraso: Así ha sido el primer día sin buses en el Paseo
Los usuarios se acostumbran a la nueva realidad de la principal arteria de la ciudad, por donde ya no circulan las habituales líneas de transporte urbano
David Roth
Almería
Martes, 14 de enero 2025, 13:48
El Paseo de Almería, ha iniciado su transformación para convertirse en la prometida 'Ciudad de Plazas'. Con una inversión de más de 11 millones de ... euros y un plazo de ejecución de 12 meses, las obras pretenden revitalizar, mediante su peatonalización, la arteria comercial y social de Almería. Este ambicioso proyecto, que abarca desde la Puerta de Purchena hasta Navarro Rodrigo y calle Ricardos en su primera fase, busca dar un nuevo dinamismo económico a la ciudad.
Sin embargo, los primeros días del cambio están siendo complicados para los ciudadanos almerienses. La reorganización del tráfico y los desvíos de las líneas de autobús han generado desconcierto, especialmente entre quienes dependen del transporte público para hacer su día a día. Durante este martes, primera jornada en que los usuarios están viviendo en sus carnes estos cambios, mientras que la zona acotada para las obras ha amanecido desierta en cuanto a vehículos y pasajeros se refiere, las paradas alternativas se han tornado en puntos de concentración donde los usuarios, muchos de ellos desorientados, aguardaban explicaciones y transporte.
La reubicación de las líneas L2, L6, L11 y L18, que ahora no pasan por el Paseo, ha obligado a los pasajeros a buscar sus autobuses en nuevas ubicaciones en la avenida Federico García lorca en sentido descendente, como el IES Celia Viñas o la calle General Segura. Sin embargo, la falta de información previa ha hecho que el primer día esté lleno de inconvenientes.
En una de las nuevas paradas, precisamente frente al Celia Viñas, una usuaria desgrana su frustración: «He estado esperando 15 minutos en la parada que ponía en el cartel, pero no se para ningún autobús. He bajado a otra más abajo y tampoco. Aquí no pasa nadie». Su relato se repetía en otras zonas, donde la confusión era la tónica general.
Otra ciudadana, Lola, que suele utilizar el Paseo como punto de partida para sus desplazamientos, expresa su sorpresa ante el cambio: «Llevo años cogiendo el autobús en el mismo sitio, y de repente me dicen que han cambiado todo. No sabía nada hasta que ayer me lo comentó una amiga. Es un cambio raro, la verdad», lamenta.
Para algunos, el impacto del cambio es evidente, no solo por la mayor distancia que deben recorrer, sino por la falta de información previa. «Tienes que adivinar dónde van a parar los autobuses. He perdido el 11 porque no se paró donde estaba la gente esperando», comenta Belén, quien aguardaba en la parada que da la calle General Segura.
Otros intentan mantener una actitud comprensiva. «Es incómodo, claro, pero si es para mejorar la ciudad, habrá que aguantar», opina un hombre que esperaba junto a su hija en una parada alternativa.
No obstante, también se producen críticas al proyecto en sí. «Sinceramente, no creo que sea necesario todo esto del Paseo. Había cosas que mejorar, pero no a este nivel. Es una molestia que durará un año entero», argumentaba otra pasajera, visiblemente contrariada.
Mientras tanto, la ciudad se adapta a marchas forzadas. La oficina de atención al ciudadano habilitada por el Ayuntamiento, junto con otras herramientas como un correo electrónico y códigos QR, intentan dar respuesta a las dudas de los vecinos. Sin embargo, muchos ciudadanos aún no están al tanto de estas iniciativas.
La concejala de Urbanismo, Eloísa Cabrera, ha defendido la importancia de las obras, subrayando que «no podemos dejar morir el Paseo». Aunque ha reconocido que los cambios generarán molestias, ha insistido en que este proyecto es esencial para revitalizar la economía local. Además, ha asegurado que se tomarán medidas para minimizar los inconvenientes, incluyendo una campaña de dinamización para los comercios afectados.
La primera fase de las obras se extenderá hasta mayo, y para entonces se espera que los almerienses se hayan habituado a la nueva dinámica. Durante este periodo, se realizarán trabajos de señalización, poda de árboles, y reubicación de elementos icónicos como la estatua de Nicolás Salmerón o El Cañillo de Puerta de Purchena.
Por ahora, la confusión reina en el día a día del Paseo, donde los ciudadanos intentan adaptarse a una realidad que, aunque temporal, será el preludio de una transformación que promete marcar un antes y un después en el corazón de Almería.
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