Aitor Sánchez, autor del blog 'Mi Dieta Cojea'
«Creo que la restauración colectiva en España se puede legislar»Como nutricionista considera que el trabajo desarrollado en materia de legislación en Portugal puede servir de guía para su implantación en España
Inmaculada Acién
Madrid
Viernes, 6 de octubre 2023, 13:09
El dietista-nutricionista y divulgador Aitor Sánchez, autor del blog 'Mi Dieta Cojea', colaborador de UNICAGroup, estuvo presente el miércoles en la presentación de los ... nuevos snacks lavados y cortados con untables vegetales de la cooperativa de segundo grado, en el marco de Fruit Attraction 2023. Un acto en el que también se presentó la puesta en marcha del proyecto de snacks saludables en máquinas de vending, tras sus primeras pruebas.
–Lo he escuchado decir muchas veces que comer sano no tiene que ser aburrido ni requiere de mucho tiempo.
–Sí, ese concepto se debe un poco a la percepción social de las frutas y las verduras, y también a otros condicionantes sociales que lo perjudican y que no ayudan, como por ejemplo que las verduras hay que cocinarlas o hay que prepararlas, aunque sea mínimamente. Pero hay veces que cuando estamos faltos de ideas o estamos estresados y volvemos del trabajo a casa, ni se nos ocurre que podemos partir un tomate al medio o que podemos hacer una ensalada en prácticamente un minuto. Cuando estamos ahí en el mundo de la inmediatez parece que la verdura no es tan atractiva y la gente sigue teniendo esa percepción o de que es cara o de que no me aporta mucho, cuando verdaderamente es mucho más llamativa y es mucho más resultona que por ejemplo un plato de arroz o un plato de pasta, que son más lentas y que, al final, muchas familias las acaban haciendo como comidas de batalla.
Creo que tenemos que empezar a cambiar el discurso y darnos cuenta que dentro de las verduras y las hortalizas, también de las legumbres, hay muchas modalidades y muchos formatos que nos permiten comer sano y hacerlo de manera ágil y muy conveniente. Es decir, nada más práctico que tener zanahorias en el frigorífico, que tener unos tomates cherry que incluso te puedes llevar al trabajo o a la escuela. Es decir, hay que empezar a mirarlo con otros ojos, porque el discurso lo ha ganado muy bien el alimento malsano. Y el colegio es un lugar fundamental desde el que empezar a enseñar.
–¿Hace falta un mayor trabajo en el colegio e incluso talleres de alimentación o cocina?
–Yo creo que el profesorado está a tope con mil cosas y el profesorado necesita tener sus dudas resueltas de una manera más cómoda y poder contar con recursos educativos que se lo pongan fácil. También es cierto que muchas escuelas no tienen a veces las instalaciones para poder hacer un buen taller o es más cómodo generalmente dar una clase sobre la pirámide alimentaria en lugar de hacer un smoothie que puedan hacerse por ejemplo los pre-adolescentes cuando se quedan solos en casa.
–¿Cómo ve la educación?
–Yo creo que es importante que la educación, desde el punto de vista de la salud, sea más capacitante, que enseñe acciones que puedan ser útiles para la vida, como poder hacerte una tostada diferente, un batido distinto, una macedonia cuando estás solo en casa y que nos dejemos tanto de teoría, que nos la sabemos todo muy bien, es el momento de pasar a la práctica.
–Estamos en una sociedad en la que la clase media alta cada vez se cuida más.
–No estamos en una sociedad que cada vez se cuida más, estamos en una sociedad que cada vez es más dicotómica, que tiene una parte de la población que sí que está más concienciada y se cuida más, y una que, desgraciadamente, tiene otras prioridades vitales como es normal: prioridades laborales, prioridades con el transporte, pagar su hipoteca... Y no están pensando si hacer deporte o comer sano. Todos sabemos que cuando una familia es más estable ya puede pensar y planificar mejor su compra y planificar mejor su menú.
Lo que estamos viendo es esta diferenciación y creo que es importante que el personal sanitario y las campañas de salud intenten hacer ver que comer sano no es ni complicado ni caro y que es igual de atractivo. Yo creo que las campañas tienen que ir en esa línea, porque si no va a parecer que comer sano es snob, que comer sano solo se lo pueden permitir ciertos hogares o ciertos niveles adquisitivos y ni muchísimo menos. Es muy barato tomar de postre mandarinas, es muy barato tomarte tu tomate al medio, es importante tomar fruta y verdura de temporada que al final es la más accesible, la más saludable y también la que está más rica.
–¿Por qué hemos normalizado entrar en un pabellón de deportes o en un campo de fútbol y encontrarnos con una máquina de vending con productos dulces?
–Pues no sé porqué lo hemos normalizado, se ha conseguido a base de sobreexposición. Hace años era impensable y llamaba la atención el que hubiese una maquina de vending en un instituto o que lo hubiera en un hospital. Y encima no solo que esté la máquina de vending, sino que estuviera llena de malas elecciones. Ha sido un poco por asalto. Ha sido un poco de manera progresiva en la que esta industria con mucho marketing y con mucha penetración ha conseguido darle la vuelta y hacerse prácticamente la protagonista del snacking y también del desayuno.
–Ha apuntado también en alguna ocasión a la Legislación.
–La administración puede hacer mucho para que todas estas elecciones sean más llamativas y más convenientes. Ya no sólo con una política fiscal, política de precios, como se ha hecho en otros países de manera muy efectiva, también lo puede hacer controlando e invitando a que sobre todo en restauración colectiva haya elecciones más saludables. Lo que no tiene sentido es que los comedores escolares no siempre sean sanos. Lo que no tiene sentido es que los hospitales no siempre tengan buenos catering. Lo que no tiene sentido es que hay gente que come en su empresa como público cautivo y que no tenga ofertas que sean saludables. Entonces yo creo que la restauración colectiva se puede legislar. Se ha hecho muy cerca de nosotros, como por ejemplo en Portugal, con una excelente experiencia y creo que podemos aprender mucho de nuestros vecinos.
–¿Y eso también se puede llevar a las máquinas de vending, y obligar a que haya un porcentaje de comida sana y saludable?
–Por supuesto y no estamos prohibiendo la comida malsana. Se trata de que podamos escoger y que haya una gama igual de implementada. Si en la máquina de vending solo hay dulces, la gente pedirá dulces. Si en las máquinas de vending invitamos y legislamos para que tenga que haber también buenas opciones, seguro que de manera natural y de manera espontánea iremos a tener mejores elecciones y obviamente más saludables.
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