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TONELES CONSERVADORES. Los grandes toneles protegen el vino del terreno. / S. C.
Sólo quedan dos tabernas de vino del terreno en todo el municipio alcalaíno
ALCALÁ LA REAL

Sólo quedan dos tabernas de vino del terreno en todo el municipio alcalaíno

En la época de esplendor de este vino, durante mediados del siglo XX, había 18 tabernas, donde se reunían los parroquianos a tomar el vino, tras el trabajo

SANTIAGO CAMPOS

Martes, 27 de enero 2009, 14:01

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Los tiempos para el vino del terreno han cambiado considerablemente. Este famoso caldo que aliviaba los fríos inviernos alcalaínos, ha quedado casi de forma testimonial en un par de tabernas que aún sigue sirviéndose para los nostálgicos de esta bebida. Se trata del Lagar de los Vinos, en la calle Real y la taberna del MIracielos, en uno de los barrios altos alcalaínos.

Según el responsable del Lagar de los Vinos, las costumbres han cambiado y los clientes de este vino han ido desapareciendo, pues ahora no van a este lugar a beber el vino del terreno durante varias horas, sino que compran por litros para poderlo degustar en los domicilios.

La producción de este vino no está cotejada porque hay muchos agricultores que lo elaboran en sus propias casas, por lo que no existe una estadística que pueda avalar la producción. Otros, llevan las uvas a una cooperativa o lagar para que sean estrujadas y posteriormente fermentadas en grandes vasijas, toneles o garrafas y el vino lo guardan en botellas para su posterior degustación.

Las uvas se cosechan en septiembre y octubre y el vino puede estar listo para los últimos días de diciembre. Es un caldo joven, afrutado con gran fuerza y con una graduación de unos 11º, que combina bien con los productos de la matanza.

A nivel industrial, el único lugar que lo elabora, es la cooperativa vinícola La Martina que desde hace unos meses es propiedad de un alcalaíno, pero que en los últimos años ha estado dirigida por unos 60 socios de los diversos municipios de la comarca que elaboraban vino del terreno a través de un proceso industrial, más tarde era embotellado en envases de plástico de unos 5 litros y se comerciaba en los diversos establecimientos de la comarca y en algunos lugares de Andalucía.

El punto culminante de este vino del terreno, es la Jornada del Vino de Frailes, que generalmente se celebra en el mes de marzo en la villa frailera, donde el vino del terreno es servido por el Ayuntamiento de una forma gratuita.

En las antiguas tabernas alcalaína, los parroquianos bebían este vino en botellas de medio y de un litro. Reunidos en una habitación, a veces compartían el vino y lo acompañaban con tapas de matanza, raspas de bacalao o algún fruto seco. Alrededor de una mesa camilla o del fuego de una lumbre, pasaban las largas tardes y noches del invierno, en las 18 tabernas que había en todo el municipio alcalaíno. Muchas de ellas alcanzaron una gran fama por el sabor de sus vinos y era una costumbre de los jóvenes más modernos poder recorrer las diversas tabernas los días que salían a divertirse.

Hasta hace poco, la elaboración de este vino se hacía de modo artesanal. Una vez que se hacía la corta de las uvas, se llevaban al lagar correspondiente, donde se pisaban a través de un pisaor que con los pies descalzos intentaba sacar todo el líquido a las uvas. El mosto iba a parar a unos toneles, vasijas o tinajas para su fermentación que duraba unos 2 meses y estaba expuesto a las fases de la luna. Una vez fermentado el vino, se dejaba reposar para evitar los desperdicios y más tarde, se trasegaba de unos toneles a otros para purificarlo aún más, hasta que llegaba el mes de diciembre y ya se podía consumir.

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