BM Keymare Almería empieza a añorar el cielo

Recibe a Pórtland San Antonio, en lo que antaño era un partido para que la afición disfrutase con nombres ilustres del balonmano mundial y, al mismo tiempo, soñase con el milagro.

Hoy no habrá nada de eso. La afición hace tiempo que ha dado la espalda a un equipo que desde que aceptó la plaza vacante que quedó en Asobal el pasado verano tenía todo el aspecto de hacer una temporada nefasta, como así ha sido, y en las últimas semanas se han visto entradas con menos de 100 espectadores en el Pabellón Rafael Florido.

Como si estuviera ajeno a toda esa realidad, el presidente, Antonio Miras, se ha mostrado convencido esta semana de que «nuestra afición estará con nosotros» e incluso ha llegado a decir que «el equipo no tirará la toalla», repitiendo un mensaje que se lleva escuchando toda la temporada, pero que ya está invalidado, con el descenso consumado.

Los almerienses llegan con la única baja de Álex Criado respecto al plantel que se les ha quedado, tras la marcha de varios jugadores, buscando un destino mejor.

Acaso lo más reseñable de un partido en el que Pórtland se está jugando sus opciones de tercera plaza y los almerienses nada de nada, sea lo emocional para algunos de los jugadores. Por ejemplo, se verán las caras sobre la pista el local Juanjo y el visitante Carlos Ruesga, mientras que regresa al Rafael Florido el extremo Adrián Crowley, que comenzó la campaña con Keymare y luego regresó a su club, Pórtland, para cubrir la baja de un ex-naranja como Ivan Nikcevic.