Las tres situaciones que te permiten cobrar el paro aunque hayas dejado tu trabajo

Pese a esto, la normativa al respecto señala algunas excepciones, esto es, casos en los cuales el trabajador(a) sí que tendrá derecho a esta ayuda. Para esto, deben cumplirse ciertos requisitos, por ejemplo, que la empresa haya introducido cambios sustanciales en las condiciones de trabajo. De modo que el empleado considere afectada su situación laboral y por ende decida desistir de continuar con su labor.

Con todo, las situaciones en las cuales una persona puede renunciar a su empleo y aun así mantener su derecho al paro son:

· Modificaciones sustanciales: se considerarán como tal, aquellas condiciones que se implementen sin respetar el artículo 41 del Estatuto de los Trabajadores. Además, que se consideren «un menoscabo de la dignidad del trabajador», por ejemplo, cambios en jornadas de trabajo. Así como modificaciones en horarios, distribución de jornada laboral, régimen de trabajo a turnos, sistema de remuneración. O bien, sistema de trabajo y rendimiento o las funciones desempeñadas.

· Falta de pago: como su nombre lo indica refiere a retrasos continuados a la hora de abonar el salario pactado

· Otros incumplimientos graves: situaciones que demuestren una falta de compromiso con las obligaciones del empresario o negativas a restablecer las condiciones de trabajo anteriores. Excepto en los casos de fuerza mayor que no involucren la voluntad del empleador.

Finalmente, de cumplirse y demostrarse alguna de estas condiciones, el trabajador tendrá derecho a abandonar voluntariamente su empleo. Esto con la garantía de poder recibir la misma indemnización que en caso de haber sido despedido. Además de estos casos, el Servicio Público de Empleo (SEPE) también reconoce estos beneficios para las personas víctimas de violencia de género o sexual. Es decir, personas que por esta razón se vean obligadas(os) a dejar su trabajo.