Cómo ahorrar en la factura de la luz con el calor extremo que llega a Andalucía

Por eso, es importante conocer una serie de factores que pueden ayudarnos a ahorrar dinero en la factura de la luz en días como estos, en los que apenas se puede salir de casa por el calor asfixiante, por lo que nuestro nivel de consumo de electricidad puede aumentar considerablemente.

En concreto, el consumo de luz en una ola de calor extremo puede aumentar hasta más de 140 kilovatios hora (KWh) al mes si el usuario mantiene el aire acondicionado en funcionamiento durante una media de siete u ocho horas al día.

Este aparato es, probablemente, el mayor culpable de que la factura de la luz nos de un buen susto. De hecho, según el comparador Selectra, un mal uso puede suponer un aumento de hasta el 8% en la cantidad a pagar. Sin embargo, también hay algunas claves para hacer un uso eficiente del mismo, así como de otros electrodomésticos.

Cada grado por debajo de la temperatura ideal, que suele ser entre 23 y 25 grados en espacios cerrados, implica un incremento en el consumo de entre el 5% y el 7%. Por lo tanto, por debajo de los 23 grados el gasto eléctrico será mayor.

Según los expertos, si el objetivo es disminuir el consumo, esta sería la temperatura ideal. Sin embargo, también es la mejor para nuestra salud. Lo más importante es que la diferencia entre la temperatura externa y la de la vivienda no sea superior a los 12 grados.

También es importante comprar un aparato de aire que sea eficiente, con etiqueta A o incluso A+++, que permitirá ahorrar hasta un 40% de energía, aunque su precio será superior, evidentemente. Asimismo, es recomendable programarlo durante la noche para evitar un consumo excesivo y cuidar nuestra salud. Algunos modelos incluso ofrecen el modo 'Eco', que permite ahorrar hasta un 30%.

De todas maneras, para ahorrar en la factura de la luz en días de calor extremo siempre ayudará hacer cosas tan sencillas como abrir las ventanas durante la noche, cuando las temperaturas descienden; quitar la colcha de la cama y dormir únicamente sobre una sábana ligera; preparar comidas frescas que apenas requieran cocinado, como ensaladas, y aprovechar para leer un libro, en lugar de abusar de Netflix o de la televisión.