El expreso de medianoche
Los pocos trenes vuelven a llenarse, pero fiascos como el de Espelúy claman al cielo. Y no es el único. La próxima legislatura tiene que traducirse en avances o será un fracaso doble.
A principios de los ochenta salía de noche cerrada un tren de Linares-Baeza que, cuatro horas y media después, te dejaba en Granada pasadas ... las diez de la mañana. Era de compartimentos de madera y puerta corredera, cuadros de fotos en blanco y negro aún más antiguos, asientos corridos de escay y altillo con red para poner el equipaje. Como el Orient Express pero sin lujos ni asesinatos, ni Hércules Poirot, ni Penélope Cruz. Paraba en todas las estaciones, y hasta donde no había estaciones, con tramos tan lentos que podías bajarte y volver a subirte. Y con trasbordo en Moreda, en mitad de las vías y con cuidado de no terminar en Almería. Los trenes mejoraron con los 'camellos' de azul y amarillo, cuyas jorobas eran los aparatos de aire acondicionado, todo un avance, aunque el trazado era el mismo. De hecho, casi no ha cambiado desde 1899.
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En la segunda mitad del XX, el rey era el coche y las carreteras. Con Felipe González se completó la autovía A-4 Madrid-Cádiz pero el tren en Jaén se olvidó y siguió su lenta agonía. También para las mercancías. El ferrocarril se veía como un medio antiguo, como cuando se hizo el tranvía jienense y sus detractores decían que era un transporte del siglo XIX. Menudos lumbreras.
Con González empezó el progresivo desmantelamiento del tren en la provincia (sin tener la exclusiva). En 1984-1985 se cerraron varias líneas que partían de Linares-Baeza, entre ellas el Tren del Aceite a Puente Genil, ahora vía verde contemplativa. Y la puntilla fue en 1992 con la línea AVE Madrid-Sevilla por Córdoba y Ciudad Real para evitar Despeñaperros. Para los fastos del 92 nos contentaron con una exposición de maquetas, que encima se perdió. Desde Sevilla, a veces da la sensación de que ven a Jaén como eso, como una maqueta de cartón piedra, sin realidad, y encima se olvidan de dónde la dejan.
Una 'cobra', un dribling ferroviario en toda regla para el que nadie tuvo la visión o la fuerza para reclamar al menos un palillo con el que defenderse de la bicha del aislamiento: una conexión recta, nueva y ágil con el corredor AVE. Se apostó por la línea de altas prestaciones Madrid-Alcázar de San Juan-Jaén, que está bien porque sin ser AVE acortará el viaje y además permite las mercancías. El problema es que la primera traviesa se puso hace dos décadas, y lo que te rondaré morena.
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La agonía siguió con Aznar y no cambió mucho con Zapatero aunque se renovaron 12 trenes, se licitaron tres tramos de a línea de altas prestaciones y se puso en marcha un intercambiador en Alcolea con 'paradiña' para cambiar el eje y poder utilizar el corredor AVE para llegar a Córdoba y, sobre todo, a Sevilla. Un intercambiador que se inauguró por todo lo alto (8,8 millones de euros) y se eliminó a cencerros tapados en 2013, ya con Rajoy. Y antes, en 2007, con ZP, entró en servicio el AVE de Málaga y, acto seguido, los trenes procedentes de la capital de la Costa del Sol dejaron de pasar por Jaén. Y lo mismo ocurrió en 2019 con el inicio del AVE de Granada. Fue ya demasiado y hubo movilizaciones, caravanas de coches, dictámenes y mesas de diálogo con Renfe, Adif y el Ministerio, pero la realidad es que con Sánchez tampoco se ha traducido de momento en nada tangible.
Dos tramos de la nueva línea a Madrid se toparon con importantes restos arqueológicos y el trazado alternativo está en estudio. Para agilizarlos, el Ministerio se comprometió con la Diputación a que ambos figuren en los Presupuestos Generales del Estado como uno solo, pero a ver qué pasa, si hay presupuestos y si hay gobierno, y qué gobierno. Y la conexión con el corredor AVE en Montoro, que tenía que haberse decidido hace mucho, está ahora terminando su estudio de viabilidad.
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La única buena nueva en este paisaje desolador de estaciones cerradas, demolidas o descuidadas es que los pocos trenes que quedan van ahora llenos, o casi, gracias al abono gratuito de Media Distancia. De hecho, Jaén es la provincia andaluza que más lo utiliza, lo cual es un síntoma de cómo está la economía local pero también una esperanza – ¿efímera? – para el futuro del tren, ahora que la UE apuesta por el transporte público y que el Gobierno, en funciones, se ha comprometido a ello a cambio de no poner peaje en las autovías.
Tirados y a oscuras
Sin embargo, ahora que los trenes se llenan, se suceden los retrasos, averías, trasbordos y desajustes. El colofón fue el martes noche en Espelúy: una incidencia en la vía en el tramo de Jaén, un viaje alternativo por carretera, un autobús que llega tarde y 40 pasajeros que se quedan tirados casi dos horas en una estación cerrada y a oscuras.
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Se conoce que las averías y retrasos no son tampoco exclusiva de Jaén. Adif y Renfe alegan, a nivel nacional, que al aumentar la demanda hay más tráfico y además ha coincidido que las compañías privadas han empezado a operar. Por aquí, pocas. Y trenes, los mismos. Eso sí, tenemos tramos a 30 kilómetros/hora, no a 300.
La gran obra del Linares Baeza-Utiel se empezó en 1927 y se abandonó en 1964 cuando estaba al 78%. Sus túneles se dedicaron a la cría del champiñón y, su trazado, a vías contemplativas. Fue por falta de voluntad política.
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Pues eso.
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