María Corina Machado logra viajar a Oslo pero no llegará a tiempo para recoger el Nobel de la Paz

A primera hora de la mañana, el portavoz del Instituto Nobel, Erik Aasheim, ha confirmado que los innumerables esfuerzos para tratar de que la galardonada pudiera burlar la vigilancia del aparato de seguridad de Nicolás Maduro y viajar hasta Europa habían sido infructuosos. «Simplemente no sé exactamente dónde está», ha declarado en televisión. «Hay un régimen represivo dispuesto a usar todos los medios posibles contra la oposición en su propio país», ha añadido.

A esas horas las autoridades, en contacto con el círculo que acompaña a la opositora, no había podido precisar si la exdiputada de 58 años había logrado salir de Venezuela. A la líder de 'Vente Venezuela' se la esperaba el martes para una rueda de prensa, que debió suspenderse creando un manto de pesimismo en el Instituto. Por razones de seguridad, la planificación de todo su viaje ha permanecido en el más estricto secreto y solo en conocimiento de su equipo personal. Sobre las 12.00 horas, la versión ha virado hacia la confirmación del viaje.

La opacidad de los movimientos de María Corina le han permitido mantenerse en la clandestinidad desde las elecciones del verano de 2024 que Nicolás Maduro se atribuyó a su favor sin mostrar las actas electorales. Precisamente, en la ceremonia noruega sí estará presente Edmundo González, quien obtuvo la mayoría de los votos en aquellos comicios pero terminó exiliándose a España para evitar ser represaliado. Su yerno ha sido condenado hace menos de un mes a treinta años de cárcel.

La ausencia de Machado recuerda a la de Narges Mohammadi en 2023. La ingeniera iraní y activista a favor de los derechos humanos no pudo recoger su Nobel porque estaba encarcelada en Teherán.

María Corina no aparece en público desde el pasado 9 de agosto por miedo a ser detenida. Tampoco se presentó ayer en la rueda de prensa prevista en la capital noruega, lo que aumentó la inquietud entre sus seguidores, incluidas su madre, Corina Parisca, su hermana Clara y sus hijos Ana y Ricardo. Mientras la cuenta atrás para la ceremonia avanza, los simpatizantes de esta ingeniera de 58 años aguardaban su llegada entre expectación, esperanza y temor a que ocurriese lo que finalmente ha pasado. «El Nobel es nuestro», coreaban. De la Venezuela que se opone a Nicolás Maduro.

El pasado 10 de octubre, el Comité del Nobel anunció que el premio de la Paz era para Corina Machado «por su incansable labor en favor de los derechos democráticos del pueblo venezolano y por su lucha en favor de una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia». Tras las elecciones presidenciales de julio de 2024, las protestas llenaron las calles del país caribeño. Los manifestantes, encabezados por Machado, denunciaron el fraude cometido por el chavismo con las actas de los comicios en las manos.

El candidato opositor, Edmundo González Urrutia tuvo que pedir asilo en España y Corina Machado se vio obligada a ocultarse. «Esas actas que confirman el triunfo arrollador de Edmundo y María Corina las tenemos en Panamá», dijo ayer José Raúl Mulino, presidente de Panamá y presente en Oslo junto a sus homólogos de Ecuador (Daniel Noboa), Paraguay (Santiago Peña) y Argentina (Javier Milei).

Desde entonces, Machado ha trabajado en la sombra para acabar con el régimen de Maduro. «Estados Unidos es el mejor aliado para que volvamos a ser libres», dijo en febrero. Según 'The Washington Post', la líder opositora ha aprovechado este año en la clandestinidad para crear grupos de trabajo que han diseñado 'el día después' a la caída del chavismo. También han sondeado a los mandos militares y sólo han encontrado a una veintena de oficiales «irredimibles». El resto son apolítico o críticos con Maduro. Todo este material lleva tiempo en manos de Donald Trump y, por tanto, del Pentágono.

Desde agosto, desde que Machado desapareció de la escena pública por miedo a ser detenida, el presidente de EEUU carga directamente contra el actual Gobierno venezolano. Lo tacha de organización «narcoterrorista» vinculada a grupos criminales como el Tren de Aragua y el Cártel de los Soles. De las palabras, Washington pasó en septiembre a los proyectiles:inició una campaña de hundimiento de narcolanchas que ya suma casi noventa muertos. Trump, además, anunció hace unos día que «muy pronto» habrá acciones militares en suelo venezolano, donde están las mayores reservas de petróleo del mundo.

Desde que regresó a principios de este año a la Casa Blanca, Trump ha reclamado el Nobel de la Paz. Pero la elegida ha sido Machado, su aliada contra Maduro. El Instituto noruego ha sido siempre consciente de las dificultades que podía tener la entrega del galardón. «La propia María Corina Machado ha declarado en entrevistas lo difícil que será el viaje a Oslo. Por lo tanto, en este momento no podemos proporcionar más información sobre cuándo y cómo llegará a la ceremonia de entrega del premio», dijo ayer una fuente del Comité.

El Ejecutivo chavista ha extremado la vigilancia en las fronteras, los aeropuertos y los muelles en las últimas semanas. También permanecen reforzados los controles en las calles aledañas a las embajadas de Estados Unidos y Argentina, donde medios de la Inteligencia nacional creen que Machado podría haberse refugiado antes de volar a Noruega. «Hablamos con ella la pasada noche y nos dijo que estará en Oslo», señaló el portavoz del Instituto Nobel, Erik Aasheim. Aun así, no llegó para la rueda de prensa prevista para ayer. La espera seguía.

«Todos los días le rezo el rosario a Papa Dios, a la Virgen, porque tengamos a María Corina aquí», declaró su madre, que ya se encuentra en la capital noruega. Con Parisca está Ana Corina Sosa, hija de la líder opositora y en el exilio desde hace años por motivos de seguridad. «Queremos aprovechar esta ocasión para resaltar la lucha que llevamos los venezolanos desde hace 26 años», subrayó emocionada ante la posibilidad de reunirse con su madre, «de volverla a ver, de abrazarla».

La ceremonia de entrega del Nobel se celebra hoy a la una de la tarde en la sede del Ayuntamiento de Oslo. A las 17.45 horas, tendrá lugar la marcha de las antorchas y luego Machado acabará la jornada en una cena de honor con la Corona y el Gobierno noruego.

Pero para que se cumpla ese programa, tiene que estar en Oslo. La líder del partido Vente Venezuela ha ocultado todos sus pasos. El cierre impuesto por Trump al espacio aéreo del país caribeño ha supuesto la cancelación de la mayoría de los vuelos internacionales, aunque parece improbable que Machado optara por esta vía para salir. Le fue retirado el pasaporte y la vigilancia se ha incrementado en las terminales. Por tierra, los pasos fronterizos con Colombia están muy controlados.

Una tercera opción es que lleve tiempo fuera de Venezuela. Su equipo, apoyado en diversos contactos internacionales, habría conseguido sacarla del país en previsión de que fuera detenida. El ministro de Interior, Diosdado Cabello, sugirió la semana pasada que la exdiputada ya se encontraba en Noruega. Si es así, el Instituto Nobel lo ha mantenido en secreto para garantizar la seguridad de la galardonada.

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