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Pegada y paradones para ganar fuera al fin
El Granada rompe su racha de casi medio año sin vencer lejos de casa con estreno y gol de Weissman, el primer tanto de Uzuni como visitante y una gran actuación de Raúl ante un Villarreal B negado
Domingo, 5 de febrero 2023, 16:13
Casi medio año después, el Granada rompió su mala racha lejos de Los Cármenes. Lo hizo prendiendo la dinamita extra que ahora esparce en ataque ... tras el mercado de invierno, todo un polvorín. 175 días pasaron desde la última victoria fuera, en Ibiza. Apenas cinco necesitó Weissman para inaugurar su casillero de tantos como rojiblanco, el debut soñado. Estimuló a Uzuni, que tampoco había marcado fuera del hogar, y lo demás pasó por Raúl, Batman luchando contra los enemigos de Gotham, inmenso para contener, a veces con la mirada, las salvas del Villarreal B en sus acercamientos, un filial negado. No fue un partido brillante de los nazaríes ni mucho menos y hubo momentos de franca debilidad atrás pese a la acumulación de tropas, pero supieron manejar su ventaja con orden a ratos y la temprana pegada de sus estrellas hizo el resto. Así se imponen los que tienen un fondo de armario largo y selecto. Así puede remontar posiciones el equipo.
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Desde luego, el Granada ha firmado mejores partidos como forastero en los que regresó de vacío. Tiene el fútbol esto, que quien golpea primero, adquiere una ventaja que, bien gestionada, puede resultar capital. Weissman sacó el revolver antes que nadie y Uzuni tiró de gatillo cuando el Villarreal B empezaba a espabilar. Desde entonces, los amarillos sacaron una metralleta con balas de fogueo. Unas las repelió Raúl como si tuviera armadura. Otras, se desperdigaron como una bandada de pájaros. Los rojiblancos fueron como esos porteros de discoteca que se despistan mientras se echan un cigarro y se les cuelan los menores. Por fortuna para ellos, Raúl estaba en la puerta de la pista; es un chico sano.
Villarreal B
Iker Álvarez; Carreira, Dela, Mbacke, Carlos Romero; Carlo Adriano (Millán, m. 67), Ramón Terrats, Diego Collado (Ontiveros, m. 67), Lozano (Pacheco, m. 83); Álex Forés (Thiago, m. 67) y Fer Niño (Haissem, m. 46).
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Granada
Raúl Fernández; Ricard Sánchez (Quini, m. 75), Víctor Díaz, Miguel Rubio, Ignasi Miquel, Carlos Neva; Bodiger (Pol Lozano, m. 56), Óscar Melendo (Sergio Ruiz, m. 66), José Callejón (Meseguer, m. 56); Uzuni y Weissman (Diédhiou, m. 75).
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GOLES: 0-1, m. 4: Weissman; 0-2, m. 28: Uzuni.
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ÁRBITRO: Raúl Martín González Francés (comité grancanario). Amonestó a los lccales Ramón Terrats (m. 27) y Sergio Lozano (m. 66); y al visitante Bodiger (m. 50).
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INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 26 de LaLiga SmartBank, disputado en el estadio de La Cerámica ante 2.255 espectadores.
Hay partidos que se empiezan a ganar en el sorteo de campo. Víctor Díaz, astuto y en connivencia con Raúl, eligió el lado de la moneda que quedó para arriba y seleccionó el terreno a la sombra para que Iker Álvarez fuera el que se enfrentara al sol de cara. La estratagema fastidió al joven portero local durante todo el primer acto. A ello añadió el Granada un plus de intensidad efervescente, pero clave. En su primera llegada, rompió la piñata. Callejón, convertido en una suerte de Michael Laudrup, filtró un pase para Shon Weissman, que tuvo prisa en justificar su fichaje. Su recorte dejó a Mbacke clavado en el piso. Su disparo de zurda, ajustadísimo al poste, petrificado al arquero rival. Primera celebración para el israelí, que ponía en el camino de la ruptura de la secuencia depresiva a los rojiblancos. No hizo mucho más, pero se le paga por noquear.
Se armaban los nazaríes con defensa de tres centrales, aunque esta vez era Miguel Rubio el que se ponía en el núcleo de la zaga, lo que le incomodó como una china en el zapato. Bodiger volvió al 'once' de improviso por la baja de Petrovic debido a su paternidad. Callejón y Melendo se pusieron cerca del francés y el ataque quedó para Weissman y Uzuni.
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La dupla ha hecho buenas migas desde la llegada del 'ex' del Valladolid, pero quedaba por verificar su complicidad sobre el campo y cómo reaccionaría el albanés a un arrebato protagonista de su aliado. Uzuni lo hizo de la mejor manera, superando el cenizo como forastero. De una jugada circense de la retaguardia amarilla, apareció en una anticipación Bodiger para habilitar al albanés, que sacó un derechazo que se elevó sobre Álvarez. El astro rey, desde el cielo, seguramente influyó cegando al cancerbero.
El 0-2 allanó el camino, poco antes de la media hora, pero el Granada ya había comenzado a sufrir achaques. Era el Villarreal B un conjunto fracturado, con grietas atrás pero dinámico arriba. Fer Niño empezó a flotar por el frente y descoordinó a los centuriones rojiblancos. En una correría, tocó para Lozano, que obligó a una reacción felina de Raúl abajo. Arrancaría una serie de duelos de esgrima entre Niño y el del antifaz, en los que siempre salió indemne el vasco, con temple de argentino para lanzarse a sus pies.
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Fer Niño siguió con sus amenazas, con un tiro y otro mano a mano, pero entre medias llegó la muesca de Uzuni y el Granada validó su propuesta algo pragmática, con temblores en la base. Era un encuentro disfrutón en las áreas, apetecible para un espectador imparcial. Perdonó Uzuni en otra liada del enemigo en la que solo vio portería, pero en la que Álvarez despejó con el hombro.
Las complicaciones de los de la línea de protección siguieron. No mezclaban bien Víctor Díaz y Miguel Rubio. El madrileño erró en una salida y el granadino Collado casi recorta diferencias, pero de nuevo Raúl sacó un guante salvador.
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Mbacke seguía siendo un amigo entre los adversarios y una asociación entre Weissman, Uzuni y Callejón no la mandó a la red el motrileño, que prefirió devolvérsela al israelí, pero le cogió demasiada altura.
Collado siguió chequeando la agilidad de Raúl para planear sobre césped y se convirtió en un dolor de muelas en un apoyo con Lozano que el paisano echó fuera. También Haissem, que entró tras el descanso a toda mecha, pretendía arrebatar al de los guantes otra puerta a cero, pero no estaba dispuesto a ello.
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Paco López temía que el reguero de ocasiones acabara en la red y reclutó a dos pivotes, Lozano y Meseguer, para levantar una empalizada en el centro del campo y no renunciar al poso con el balón. Se tuvieron que remangar, aunque al murciano le sentó muy mal escorarse y no fue de demasiada ayuda para Neva.
El Villarreal B siguió con su presencia osada en el sector de los visitantes, con ese amplio ramillete de creativos talentosos que no siempre protege su guarida. El Granada dio una gran respuesta con un misil de Carlos Neva, en una buena acometida. Paco López ajustó a Sergio Ruiz por Melendo para rellenar de argamasa en el ecuador del campo y Miguel Álvarez continuó reclutando jóvenes futbolistas de buen pie pero contagiados del día aciago en el remate. Por falta de insistencia no fue.
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Uzuni reclamó un penalti en una escapada en la que le pisaron un poco y en el último cuarto de hora debutó Diédhiou por un agotado Weissman. El senegalés defendió como todos y se convirtió en un faro para esféricos perdidos. Buscó a Uzuni en una arrancada, pero el albanés ya había quemado toda su pólvora. El Villarreal solo anotaba en fuera de juego y los rojiblancos fueron justo lo contrario, eficacia en grado sumo, pegada para derribar un muro psicológico. Hundida la estadística adversa, remontar en la clasificación ya no se ve como una quimera. Sin el trauma y con nuevos soldados todo es posible.
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