Sergio Barcia trata de despejar el balón ante la presión de Januzaj. LALIGA
Granada CF

El sueño de Sergio Barcia se cumplió lejos de Balaídos

Debut en Primera ·

El central vigués, una de las promesas del mejor Juvenil de la historia del Celta, saltó de Tercera a Primera en apenas cuatro meses y sin pisar la Segunda B

Chema Ruiz España

GRANADA

Jueves, 12 de noviembre 2020, 00:58

Como el de otros muchos jóvenes vigueses que comienzan a patear un balón, el sueño de Sergio Barcia (31 de diciembre del 2000) era jugar ... en Balaídos. Pisó por primera vez la casa del Celta en 2019, como capitán del mejor equipo juvenil de la historia del club celeste, para disputar la semifinal de la Copa de Campeones, en la que los célticos fueron eliminados. La segunda vez fue el pasado 25 de julio, cuando se quedó a un gol de ascender a Segunda B con el Ourense, conjunto en el que pasó cedido su primer año como sénior. Apenas un mes después, se desvinculó de la entidad de su corazón para recalar en el filial del Granada, con el que aún no ha debutado en encuentro oficial. Sí lo ha hecho con su primer equipo, en la máxima categoría del fútbol español, de la mano de un vigués que, como él, también soñó con jugar un día en Balaídos.

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El gallego fue uno de los reclutas llamados a filas para cumplir en la visita al Reale Arena, que completó para el joven defensa un salto de tres categorías en apenas cuatro meses. Aunque es central por naturaleza -y lo evidenció sobre el césped-, le tocó jugar un tiempo en cada lateral, sin cometer errores pero sí haciendo anotar a la afición un nuevo nombre a seguir. Bailó con Oyarzabal y capeó las incursiones de Merquelanz, despejando entre medias cada balón que se le cruzaba con inquina.

Dejó entrever las cualidades que permitieron que su nombre se conociera pronto en la cantera del Celta, sin evidenciar shock por el aterrizaje en Primera. Sí le costó dar sus primeros pasos en el club celeste, al que se incorporó siendo un alevín, procedente del modesto Colegio Hogar. «El primer año lo pasé mal, estaba en un equipo de barrio, jugábamos en tierra y éramos cuatro chavales pasándolo bien», explicó en una entrevista en el perfil oficial de Instagram del Ourense. Un ambiente muy distinto de la profesionalidad céltica. «Era otro rollo. Con once años, ya tienes que entrenar y ganarte el puesto, porque, si no, no juegas», agregó.

Acostumbró la mente a la competitividad y empezó a crecer. Asumió el brazalete y no se dejó un peldaño sin pisar en su camino hasta el Juvenil A del Celta, con el que entró en los anales celestes en la campaña 2018/2019. El conjunto dirigido por Jorge Cuesta superó la puntuación histórica del primer equipo de la cantera céltica y disputó tanto la Copa del Rey como la Copa de Campeones. Incluso, fue convocado por el filial del cuadro vigués, pero se quedó con la miel en los labios. También al comenzar en la siguiente pretemporada, cuando, tras casi un mes de preparación, supo que haría las maletas.

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Sergio Barcia celebra el gol que metió al Juvenil A del Celta en los octavos de final de la Copa del Rey en la temporada 2018/2019. CELTA DE VIGO

«Ficharon a otro central y ahí me imaginé que me iban a decir que saliera cedido», relató en dicha entrevista. Su destino fue la Tercera división. «Sergio Barcia, una de las mayores promesas del Celta de Vigo, llega cedido al Ourense», comunicó el club gallego, en el que recaló y cató el fútbol de 'los mayores'. Aseguró percibir este nuevo paso en su carrera, pero sobre el césped no hizo ni una mueca. Jugó 24 partidos de Liga, 23 de ellos como titular, y otros dos en el 'play off' de ascenso a Segunda B, ambos desde el inicio.

No logró promocionar, pero sí esperaba jugar en la categoría de bronce con el Celta B esta campaña para mantener viva la esperanza de ser recordado en Balaídos, aunque siempre tuvo claro que «si no llega a suceder, no pasa nada». Se puso a disposición del club, pero, ante lo que presumiblemente sería otro año sin oportunidades, se despidió. Firmó hasta 2023 con el Granada, dispuesto a afrontar aquí su primer curso en Segunda B, pero encontró antes el debut en Primera. Allí espera recalar de forma definitiva en un futuro este fan declarado del carácter de Hugo Mallo, que también se deleita con la magia de Iago Aspas y lo hizo con la de Mostovoi. Diego Martínez, que también sabe lo que es salir de Vigo para triunfar, le observará atento.

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