El Granada es humillado en Vallecas
Imagen depresiva de un equipo irreconocible y sin reacción ante un Rayo majestuoso, que le destroza de principio a fin
Domingo, 29 de agosto 2021
Una humillación sin paliativos deja al Granada de Robert Moreno rumbo al diván en este parón de selecciones. Tiene muchísimo que corregir el nuevo entrenador. ... El Rayo Vallecano masacró a un equipo que no supo reaccionar a los golpes, casi sin pulso, irreconocible. Toda esa competitividad exhibida en los últimos tres años se desvaneció de pronto, como un chasquido. Hubo algunos partidos malos en tiempos de Diego Martínez, sobre todo aquellos que afrontó cargado de suplentes y entre duelos importantes, pero pocas veces los rojiblancos dieron una imagen así, de dimisión irrevocable. Plantearon mal el duelo en Vallecas, se llevaron una tunda de cuidado en el primer tiempo y ninguno de los ajustes solucionó la gris papeleta en la segunda mitad.
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El Granada pareció sumido en la melancolía. Jamás se encontró cómodo en la cita. Las caras de sufrimiento de sus jugadores delataban la angustia interna. Nada funcionaba, todo lo que podía salir mal ocurría y nadie ofrecía un rendimiento acorde. El prestigio se gana poco a poco y se pierde con trompazos así. El Rayo llegó con una inercia del ascenso y atropelló a un contrincante despersonalizado. Los de Vallecas no habían marcado un solo gol en las dos primeras jornadas y esta vez firmaron cuatro.
Robert Moreno tiene que reflexionar mucho al respecto de lo ocurrido. Ha toqueteado algunas teclas, pero esta vez saltó al tapete con diez futbolistas de la temporada pasada. Sin embargo, no funcionó ninguno de esos automatismos que hicieron popular a esta escuadra, donde lo colectivo siempre prevaleció sobre lo individual. No hubo ni eso, algún destello ilusionante particular, más allá de que se pudo estrenar en el tramo final Rochina.
Rayo Vallecano
Dimitrievski; Balliu, Saveljich, Catena, Fran García; Pathé Ciss (Óscar Valentín, m. 56), Santi Comesaña, Trejo (Andrés Martín, m. 70), Merquelanz (Isi, m. 70), Álvaro García (Bebe, m. 83); y Randy Nteka (Kevin Rodrigues, m. 83).
4
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0
Granada
Aarón; Víctor Díaz (Quini, m. 63), Domingos Duarte, Germán, Neva; Gonalons, Milla (Eteki, m. 63), Montoro (Monchu, m. 78); Puertas, Luis Suárez (Rochina, m. 78) y Carlos Bacca.
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GOLES 1-0, m. 3: Álvaro García; 2-0, m. 23: Trejo, de penalti; 3-0, m. 43: Nteka; 4-0, m. 58: Santi Comesaña.
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ÁRBITRO Jesús Gil Manzano (comité extremeño). Amonestó al local Ciss (m. 37); y a los visitantes Luis Suárez (m. 27), Antonio Puertas (m. 33), Luis Milla (m. 33) y Quini (m. 94).
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INCIDENCIAS Partido correspondiente a la jornada tres de LaLiga Santander, disputado en el estadio de Vallecas, ante 583 espectadores.
El partido se escurrió por el sumidero desde bien temprano. No había roto a sudar el Granada y ya había chutado Ciss ante Milla, que pegó los brazos y evitó que le pitaran penalti. Azuzaba el Rayo, que no luce ya aquellas abejas de Rumasa en el pecho, pero que pica como si fueran avispas cabreadas. Andaba somnoliento el Granada y eso lo aprovecharon los locales para plantar un balón para el primer duelo de Álvaro García con Víctor Díaz. Su zigzag le engatusó y chut con la derecha rozó la bota del capitán, combándose para superar a Aarón.
Álvaro García es un 'ex' que fue despreciado por parte del respetable rojiblanco. Con 20 años debutó con esta camiseta, lo que algunos consideraron un trato de favor del entonces entrenador, Lucas Alcaraz, con el que compartía representante. Álvaro, con el paso de los años y sin el abrazo del preparador granadino, ha demostrado que es un extremo explosivo, hábil y con un disparo letal. Destripó a su enemigo y le cortó la cabellera.
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El Granada intentó fortalecerse con el balón, engatusarlo como seña de estilo, pero parecía algo impostado. Su plan no distraía al Rayo, frenético para provocar pérdidas. Los de verde se asomaron solo una vez ante Dimitrievski en la primera mitad, con un centro lateral. Lo demás, puro Vallecas. Ritmo alto y hostigamiento de los anfitriones, también pericia a balón parado, pues a punto estuvo Merquelanz de materializar un córner de laboratorio. En cuarto de hora, seis tiro en dirección a Aarón Escandell. Nadie entendía nada.
Domingos Duarte tuvo una tarde que querrá borrar de la memoria de los ojeadores. Si la toman de referencia, difícil tendrá llegar algún día a la Premier. Se enredó en un recorte ante Trejo en el centro del campo que ocasionó un contragolpe repleto de pólvora. El argentino se apoyó en Nteka, que pese a su corpachón es dado al culebreo. Mareó la perdiz buscando que le trabaran lo más mínimo y Domingos le dio ese roce necesario para que Gil Manzano pitara el penalti. Repetido, parecía que el portugués trataba de quitar la pierna, que su impacto no pudo ocasionar la caída, pero González González, de nuevo en la sala VOR, lo dejó todo igual. Trejo ajustó al milímetro el lanzamiento, que dio en el poste y entró. Otra carambola que derretía las opciones rojiblancas.
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El Granada estuvo condescendiente en defensa e inconsistente en ataque, con Luis Suárez rozando la expulsión en dos faltas alevosas. De la primera salió amonestado. El equipo se frustraba, cometía torpezas extrañas. La apatía se extendía en los duelos, en una barrera que se abría y en otra pifia de Domingos al ir a una pelota aérea ante la que se anticipó Trejo para que Nteka encarara a Germán Sánchez. Lo enredó, el gaditano le sostuvo el amago, pero el atacante local vio el panorama lo suficientemente despejado para ajustar un tiro cruzado.
Robert Moreno sacrificó a Puertas, otro más en una terrible nebulosa, y recurrió a Jorge Molina al descanso. Suárez se fue a la derecha, Montoro se inclinó hacia la izquierda y el de Alcoy se emparejó con Bacca. El colombiano quiso reivindicarse saliendo del entramado enemigo y penetrando desde lejos. Canalizó un pase ideal para su compatriota Suárez, pero su lanzamiento rozó en un central y acabó rebotado por el larguero. Era la opción de recuperar el hálito en el partido, pero se esfumó.
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El Rayo reclutó efectivos y salió en llamaradas que le acercaban al cuarto tanto. Tras un primer aviso, irrumpió Álvaro García como una flecha para poner un centro de exterior que complicó a Aarón y que rebañó Comesaña en una llegada sorpresiva. El tormento sobre los locales derivaba en humillación. Moreno, resignado, eliminó a Víctor Díaz y Milla, fundidos, para intentar recuperar vigor al menos con Quini y Eteki. Mantuvieron la pulcritud en sus minutos al menos.
Bacca era de los pocos que conservaba la fe del cazador, pero el balón seguía huyendo de la red. Balliu salvó uno de los pocos que se iba a colar. Varios saques de esquina rondaron a Dimitrievski, pero sin fruto. Fue un mero espejismo. Hubo lugar a que 'redebutara' Rochina y compareciera Monchu con la máscara, en medio del carnaval macabro en el que se transformó Vallecas. Toca una profunda terapia de grupo y saber qué quiere ser de mayor este nuevo Granada que conserva muchas caras pero con amnesia respecto a unos valores que parecían grabados a fuego. El Rayo reventó todas sus costuras.
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