Un Granada sin alma y de pifias no forzadas
La desidia a partir del 1-0 es tan grave como el error en la cesión a Mariño, un rasgo más de esta temporada que se escurre por el sumidero
1. La expedición del Granada desfiló como en un cortejo fúnebre a su salida del estadio Nuevo Mirandilla. Caras largas en los futbolistas y los ... dirigentes, la seriedad propia de una crisis enorme. Por allí pasó la presidenta, Sophia Yang. Más tarde, Javier Aranguren, Alfredo García Amado y Miguel Melgar. Este último, miembro de la estructura deportiva que, sin cargo superior oficial, parece actualmente el más cercano a la cúpula de mando, aunque también estaban por allí Javi Alonso, que era la mano derecha de Matteo Tognozzi, o Lucas Alcaraz, quienes ya viajaron a Córdoba.
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2. Casi al final, apareció Fran Escribá junto a su segundo, David Generelo, varios minutos después de despacharse en una rueda de prensa algo incendiaria para su talante, sobre todo en relación a Martin Hongla. Su puesto, pese a la situación y el nerviosismo en el entorno, parecer no peligrar de momento. Dirigirá al equipo con el Real Oviedo salvo giro inesperado. Lo demás se sabrá el sábado a partir de las 23 horas.
3. Escribá tuvo un arranque fulgurante como rojiblanco, pero no ha logrado alcanzar la velocidad de crucero con el equipo, muy a su pesar. Estancado en la octava plaza, a la misma distancia del 'play off' a la que le dejó Abascal el conjunto, cinco puntos, pero a tres más de los siete que separaban al sevillano del ascenso directo, el Granada del valenciano se ha quedado en el limbo desde aquel alargue con el Zaragoza en el que una victoria merecida con diez futbolistas durante más de una hora quedó en un mero empate. Después vino el bochorno de Córdoba y un triunfo cómodo pero sin lucimiento ante un adversario cadavérico como el Racing de Ferrol. El test real se celebraba en Cádiz y el suspenso se grabó en rojo.
4. La desidia a partir del 1-0 fue tan grave como el error cometido por Hongla en la cesión a Mariño. Una escuadra sin alma, mentalmente fragilísima, incapaz de recuperar la compostura para atacar, sin planes alternativos ni soluciones en el banquillo para revertir la situación. El portero se quedó muy tocado y a punto estuvo de liarla más tarde en un intento de regate. Rubén, que se asomó en ataque durante la primera mitad, ya no subió tanto, aunque siempre más que Neva, que ha adoptado una prudencia tremenda para eludir exposiciones. Rubio se siente bien en la marca, pero inseguro con el balón, algo que pesa menos a Lama, de los pocos que mantiene la concentración.
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5. Hongla se quedó aturdido y apenas se impuso en los balones divididos. Villar, contagiado, se metió en varias trampas sin que prevaleciera su capacidad distributiva, obsesionado con las conducciones. Manu Trigueros tampoco le mejoró. Por las bandas, Tsitaishvili le puso ganas, pero volvió al olvidarse de que tiene pie derecho. Rebbach cayó de pie en Los Cármenes, pero lleva unas citas insípidas.
6. Stoichkov parece un primo lejano, como se comprobó en el poste de Giorgi, en el que en lugar de alejarse de su compañero para darle una opción, se desmarcó hacia su lugar. Los 2,5 'kilos' pesan como toneladas.
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7. Ni siquiera Boyé supo qué hacer en el emparedado que le montaron Kovacevic y Víctor Chust. Tampoco con Weissman y Borja Bastón en el arrebato final. Reinier salió antes que Rodelas, obligado este a jugar de lateral largo, a la desesperada. Sin Giorgi el sábado, veremos si llega su turno de extremo.
8. Los amarillos, con un bloque cada vez más bajo y en ventaja, encontraron el confort. Un cuadro con las ideas claras, como el líder Levante, que tiene a Ignasi Miquel, un descarte rojiblanco, como titular en su zaga, señal de que en un contexto favorable, los futbolistas son otros. Ya no se comporta como aquel día en La Romareda.
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9. En el Granada, el fallo es multisistémico, pero nace de zonas localizadas. Aquel balón que dejó pasar Insua en Oviedo. El estacazo de Hongla en Eibar. La pérdida de Villar con el Levante, sin falta posterior. El patadón de Ricard a Soko. El plantillazo de Villar a Keidi Bare. Y ya, lo del Nuevo Mirandilla.
10. Lo demás, muchos nombres que no compiten bien en conjunto, sin colmillo para quejarse. Un entrenador achicharrado. Ruina de temporada, que se escurre por el sumidero.
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