Ucranianos en Granada: «No queremos ni la guerra ni la paz de Putin»

«Shche ne vmerla Ukrayiny i slava, i volia». «¡Ni la gloria ni la libertad de Ucrania han muerto todavía!, es el comienzo del himno nacional de Ucrania. Los ucranianos, lo entonan al cielo de Granada, con todo su orgullo y honor. Los granadinos que los arropan, los escuchan en profundo silencio. Hay lágrimas y rabia por todo Plaza Nueva ante lo que todos consideran «una agresión injustificada por parte de Rusia».

La música del himno nacional de Ucrania fue compuesta en 1863 por Mikaylo Verbitski, un compositor ucraniano de música y un padre greco-católico. Y un sacerdote greco-católico, responsable de la comunidad de Ucrania en Granada con sede en la iglesia del Santo Custodio del Zaidín, les ha acompañado en la tarde de este viernes.

Los greco-católicos es la comunidad de cristianos de rito bizantino, que reconoce la soberanía del Papa y el dogma católico mientras conserva la separación litúrgica y legal ortodoxa. Es muy representativa en Ucrania.

El nombre del sacerdote es Svyatoslav. Toma el nombre, muy común en Ucrania, de Sviatoslav I de Kiev (942-972), famoso por sus campañas militares, que provocaron la caída de dos grandes potencias de Europa oriental: Jazaria y el Primer Imperio búlgaro. Sometió también a los búlgaros del Volga, a los alanos y a otras tribus eslavas orientales, aliándose con los magiares y los pechenegos.

Svyatoslav viene de celebrar un oficio religioso en el barrio del Zaidín con la comunidad Ucraniana para proteger a sus conciudadanos. Está horrorizado. «Nunca llegamos a pensar que Rusia se iba a atrever a invadir Ucrania. Y lo han hecho». «Cuando nuestros amigos granadinos nos preguntaban por la situación siempre les respondía que era imposible una invasión». Y esta tarde de viernes, el Ejército ruso ha entrado en Kiev y hay combates casa por casa.

Su valoración de la situación es sencilla. «Estamos contra la guerra y contra todas las guerras». Y saca de la manga una frase que, al escucharla, todos asienten: «No queremos ni la guerra ni la pza de Putin». Su reivincicación es una Ucrania independiente y feliz. «Aqunque ahora, no entendemos lo que sucede ni el futuro que le espera a Ucrania», termina resignado.

Oksana es una ucraniana del Realejo, está casada con un granadino con negocio en el barrio greñúo, que lleva dos décadas ya en la ciudad de la Alhambra. Ha acudido con su retoño. Van envueltos en la bandera azul y amarilla de Ucrania y se le saltan las lágrimas de la emoción, Una emoción que siempre se viste con un destello de rabia.»La situación es absurda y es injusta», acierta a responder.

Tiene familia en Ucrania, y su prima, precisamente, vive en Kiev. Las están pasando moradas, describe. «Hablo con ella continuamente, pero justo hace un rato me ha dicho que ya me llamará cuando pueda, porque se han quedado sin luz y parece que va a durar bastantes días». Oksana, por último, denuncia la invasión de Rusia. «Nunca nos esperamos una guerra a una escala total por tierra, mar y aire».

La concentración ha sido convocada por la Red Granadina por el Refugio y la Acogida-Redgra. Esta red está integrada por colectivos y organizaciones sociales de Granada en defensa y apoyo de los Derechos de las personas migrantes y refugiadas.