Sufre un infarto y dos médicos le salvan la vida con el desfibrilador de la Fuente de las Batallas
Los masajes cardiacos y el aparato fueron esenciales; había sido colocado en la zona hace menos de cuatro meses
Cuando Marisa Herrera y David Rodríguez llegaron a Granada el pasado fin de semana con un sinfín de planes de pareja por delante no imaginaban ... que uno de ellos sería salvar una vida. Venían de su Córdoba natal a la ciudad nazarí, en la que David estudió Medicina, para desconectar unos días. El pasado sábado, 23 de octubre, volvían de cenar cuando su noche dio un giro completo: un hombre acababa de sufrir un infarto y debían ayudarle.
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«Se había caído redondo al suelo en la zona de la Fuente de las Batallas sobre las 21:30 horas. Había gente alrededor y, por suerte, otro médico se encontraba también cerca. Acababa de coger el desfibrilador y tanto él como David -residente de Nefrología en el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba- se pusieron manos a la obra», relata Marisa.
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Pasaron 20 eternos minutos desde que comenzaron a atenderle hasta que recuperó el pulso. Los dos sanitarios se turnaron durante todo ese tiempo, hasta la llegada de la ambulancia, para estabilizarlo haciéndole la reanimación cardiopulmonar (RCP). De hecho, el médico cordobés cuenta con un curso avanzado en esta materia que fue de gran ayuda. «Cuando el desfibrilador marcó que había ritmo en el corazón lo colocaron en posición de seguridad. Al llegar la ambulancia se fue con el aparato puesto porque estaba mejor monitorizado. Fue todo muy intenso», manifiesta Marisa Herrera.
Tranquilizar a su mujer
La labor de la joven fue también importante, ya que tranquilizó a la esposa del hombre, que se encontraba al borde del ataque de ansiedad. Pasó de estar tumbada en el banco, muy nerviosa, a ser capaz de contarle lo que había ocurrido. «Me dijo que venían de paseo y el hombre se desvaneció de repente. Durante los 20 minutos que duró la RCP le expliqué qué le estaban haciendo -tengo formación como celadora y estudié cómo comunicarse con familiares- e intenté calmarla. Ella me cogió las manos y me dio las gracias por ayudarla», recuerda Marisa.
Si los hechos hubieran sucedido hace más de cuatro meses el final habría sido muy distinto, ya que fue en junio cuando el Ayuntamiento instaló un desfibrilador en esta zona y otro en la plaza Isabel la Católica, en el marco de una iniciativa que busca convertir Granada en 'Ciudad Cardioprotegida'. «Son automáticos y debes colocar las pegatinas donde te indica, pero si no sabes usarlo puede ser peligroso, todos deberíamos tener conocimientos básicos. De todas formas, en este caso también el masaje cardiaco que le realizaron fue esencial para salvarle», explica la cordobesa, que regresó este lunes a Córdoba junto a su pareja después de la inesperada experiencia. «Nunca nos había pasado algo así. Nos sentimos muy bien de haber pasado por allí en aquel momento y haberle ayudado. Ojalá se recupere y todo acabe con final feliz», admite emocionada.
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El hombre fue intervenido por los cardiólogos a su llegada al Hospital Universitario Clínico San Cecilio. En estos momentos se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), pendiente de evolución.
La segunda en un mes
La historia se ha repetido apenas un mes después. A finales de septiembre, una pareja de médicos de urgencias fuera de servicio atendieron al cliente de una tienda Mercadona de la Avenida de América y le salvaron la vida gracias al desfibrilador que hay en la parada del metro de la Hípica. Le dieron dos descargas y lograron que recuperara el pulso y la respiración hasta que llegó el 061. Francisco José Jiménez, protagonista de aquella historia, recibió el alta días después. Ahora, los sanitarios del Clínico trabajan para que el hombre de las Fuente de las Batallas también pueda salir adelante.
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