'Código Infarto' en el Mercadona de La Hípica de Granada
Una pareja de medicos de urgencias de libranza atiende a un cliente del supermercado y activa la cadena que incluye al 061, UCI y todos los sanitarios del PTS para salvarle la vida
Francis abrió los ojos y se encontraba en la UCIdel Hospital del PTS. Lo último que recordaba era que había pasado a recoger unos libros de texto de la librería Picasso de la calle Obispo Hurtado y que tenía que ir al Mercadona de La Hípica a comprar arroz y muslitos de pollos para 'Nino', su querido perro con el que pasea a diario. Ahora, descansa al sol con toda su familia por los jardines del hospital sano y salvo a la espera de que le den el alta, lo que ocurrirá según lo previsto hoy mismo. Entre medias hay una historia que tiene todos los componentes del drama y la tragedia, pero también de la epopeya y la épica. Los protagonistas son todos los sanitarios del Hospital del PTS que se activaron para actuar profesionalmente ante un Código Infarto que ocurrió la semana pasada en una tienda Mercadona de la Avenida de América. Fue una carrera de relevos en la que el premio fue salvar una vida.
El paciente
Francisco José Jiménez Mingorance: trabajador de Inagra de 54 años
«En casa me llaman Francis, de Francisco. En el trabajo Mingo, de Mingorance, o 'Carpintero', porque me viene de mi padre. Cuando estábamos los dos trabajando yo era 'el Virutillas'. Ahora soy conductor en Inagra. Una vez que ha pasado todo y que recuerdas lo que recuerdas, porque tengo tres días de mi vida perdidos, te da por pensar. Y, pues no sé, me acordaba de mis padres, de mi hermana que está ahí detrás, y sobre todo de mis dos niños, porque a mi mujer la he tenido aquí al lado, pero a mis niños no les veía. Los podía haber perdido.». «Solo me acuerdo de recoger los libros en la librería Picasso en la calle Obispo Hurtado. Por la mañana había sacado al perrillo, Nino, a pasear y a tomar café. Luego fui a por los libros, que estaban reservados. A continuación tenía que ir al Mercadona de la Hípica en la Avenida de América para comprar arroz y unos muslitos de pollos para Nino. Pero no me acuerdo de nada». «Me desperté en la UCI del PTS. Me explicaron que me había dado un infarto, uno gordo, que estuve quince minutos que no estaba aquí. Imagínate cómo se queda uno». «Llegaron entonces los dos dioses, porque son dos dioses. No habrá nunca agradecimiento suficiente. Me los presentaron. Son los dos médicos del Mercadona que me atendieron. ¿Usted que diría que son? Dios y su mujer, los dos dioses».
Los médicos de libranza
Silvia Rodríguez y Carlos Aparicio: salían del turno de Urgencias
«Estábamos de libranza, fuimos al Mercadona y en la línea de caja nos encontramos una persona tirada en el suelo. Al acercarnos a él vimos que estaba en parada cardiorrespiratoria. Empezamos con las maniobras de reanimación, que son muy importantes al inicio de una parada. Es importante que todo el mundo sepa actuar ante esta situación porque nos puede pasar a cualquiera. Por eso es tan importante la formación. Empezamos a hacerle RCP, la jefa del Mercadona se dedicó a llamar para activar el servicio de emergencias y un chico que también estaba de compras fue corriendo a la parada del metro de la Hípica donde hay un desfibrilador, y así pudimos sacar a esta persona de la parada, porque estaba en un ritmo que si no tuviéramos el desfibrilador probablemente no hubiera salido». «La diferencia aquel día es que en el hospital contamos con un equipo completo, UCI, enfermería, auxiliares, pero estábamos solos. Gracias a que los dos, estamos casados, somos además instructores en soporte vital avanzado, el tema de la reanimación lo tenemos fresco y además nos apasiona. Le dimos dos descargas y logramos que recuperara el pulso y la respiración hasta que ya llegó el 061».
La ambulancia del 061
José Antonio Morales, enfermero: la experiencia y la rapidez
«El día lo recuerdo porque tuvimos bastantes avisos. Este fue el cuarto. Tuvimos suerte porque fue todo muy rápido. Estábamos dentro de la ambulancia y muy cerca de La Hípica. Cuando llegamos fue estresante, ya que había mucha gente muy nerviosa. Pero como estamos acostumbrados a estas situaciones fue todo bien, sobre todo, gracias a la actuación de estos dos médicos de Urgencias». El paciente tenía pulso gracias a las dos descargas, tenía respiración trabajosa y le pusimos un dispositivo, lo monitorizamos, le hicimos un electrocardiograma y confirmó que era un infarto. En ese momento se puso en marcha la cadena asistencial para que cuando llegáramos al Hospital del PTSestuviera todo preparado. Todo fue rápido».
La carrera contra el tiempo
El jefe de la UCI-Cardiología, José Manuel Soto Blanco
«En la UCI del PTS, cuando se produce un infarto hiperagudo como este caso, somos los encargados de recibir al paciente junto con los hemodinamistas. El paciente llegó con bajo nivel de conciencia, lo intubamos y conectamos a ventilación mecánica. Al instante intervinieron los hemodinamistas (cardiólogos) para abrir la arteria y en un tiempo récord de unos siete minutos realizaron la intervención de urgencia». «Lo importante es que son patologías 'tiempodependientes' –infarto cerebral, infarto miocardio, trombosis pulmonar–, en las que el pronóstico está muy muy condicionado a que el diagnóstico y el tratamiento se realicen muy deprisa. Por eso es fundamental que tengamos un hospital como este del PTS, que tiene hasta un helipuerto en la terraza, que permite atender a pacientes con infartos hiperagudos que vienen de sitios muy lejanos, que son atendidos en un tiempo dentro de los parámetros del protocolo Código Infarto».
Los que operan
Juan Caballero, cardiólogo y jefe de Hemodinámica
«La cardiología isquémica sigue siendo la principal causa de mortalidad. En concreto, el infarto por una obstrucción súbita de una arteria del corazón sigue siendo la principal causa de que los pacientes fallezcan. Afortunadamente, existe un protocolo llamado Código Infarto, que en este tipo de pacientes se atienden de forma coordinada por todos los medios». «El día de nuestro paciente, primero fue atendido de forma heroica por nuestros compañeros que estaban de compras en el supermercado, realizaron las maniobras de RCP, activaron al 061 y ellos a nosotros para abrir lo antes posible la arteria que estaba obstruida y que había ocasionado el infarto. Esto es lo fundamental, tener los criterios claros, actuar de forma rápida y coordinada y abrir la arteria lo antes posible».
Cuidados en planta
José Vicente Martín, enfermero de Cardiología
«El paciente vino de UCI estable y consciente. Lo recibimos, diseñamos el plan de cuidados, y le damos la medicación prescrita y aplicando todos los cuidados de enfermería. Probablemente, qué alegría, se vaya ya de alta».
Los imprescindibles
Los auxiliares y celadores: 24 horas al día con los enfermos
«Y vosotros también, que os habéis pasado las 24 horas con mi marido», le dice la esposa de Francis a la celadora que empuja su silla de ruedas. Es lo que tiene este equipo del PTS, engrasado cual máquina, exacto como el engranaje de un reloj. Aquí todas las piezas son fundamentales, imprescindibles, desde el cardiólogo al conductor de la ambulancia, desde el intensivista al enfermero, al auxiliar y al celador. Es el día a día del Hospital Universitario Clínico San Cecilio.
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