La nueva FP arranca en Granada con la duda de si habrá empresas para todos los alumnos

Ahora esta formación combinada entre el instituto y la empresa se extiende a todos los alumnos de Primero que serán aproximadamente 16.500 este curso. El número de estudiantes a los que habrá que buscar hueco en empresas se ha multiplicado por cinco y a estos 'novatos' habrá que sumar los que sigan con su formación dual en los segundos. Este aumento sustancial de la necesidad de buscar puestos de trabajo temporales para los estudiantes trae de cabeza a los profesores, que aún no saben si el tejido empresarial provincial dará cabida a este aluvión de becarios.

La formación dual comienza a partir del segundo trimestre en primer curso y los centros están haciendo las programaciones y ultimando la temporalización de las prácticas para los dos cursos académicos. Los alumnos tendrán que estar al menos 500 horas en las empresas y los centros idean cómo repartirlas.

Según la delegación de Desarrollo Educativo, en la captación de empresas están trabajando y proporcionando contactos entre centros y empresas los cinco dinamizadores que ha puesto la Junta en Granada, equipos directivos, jefes de departamentos y profesorado que imparte clase en ciclos formativos.

Además se están organizando diversos encuentros de forma sectorial para acercar la formación dual a las empresas. El director del instituto público Hermenegildo Lanz, Miguel López Armenteros, tirará de experiencia, ya que es uno de los centros de la provincia que más trabajaba ya con FP Dual.

«A las empresas les pedimos ahora un compromiso más fuerte para coger a alumnos en prácticas, pero a la vez les decimos que este es el futuro. Antes se hacían prácticas una vez que el alumno había superado los módulos. Y ahora la empresa forma parte del proceso formativo y los evalúa. Nosotros apelamos a que es su futuro. Si usted quiere trabajadores cualificados, ya que siempre hay quejas porque no hay profesionales en el mercado, ahora tiene que ayudar a formarlos», apunta el director, que ve positiva la ley y opina que debería ir acompañada de una orientación laboral más solvente desde el colegio.

«A las empresas estamos convenciéndolas y muchas de ellas ya lo están. El problema es que hay una gran cantidad de sectores. Por ejemplo, el tecnológico que es al que nosotros nos dedicamos, el de la construcción o de la industria son medianamente fácil de convencer. Argumentamos que si nos ayudan a formar al alumnado van a tener una buena cantera», expresa el director del Hermenegildo Lanz.

López Armenteros hace la lectura de cómo se regulará el mercado cuando se ajusten los ciclos formativos a la demanda real de las empresas. Para los que no encuentren hueco «la normativa permite hacer prácticas en organismos equiparados, que podrían ser incluso otros centros educativos, pero esto, aunque pueda suponer una solución ante la falta de empresas, reduciría la calidad de la enseñanza».

Los requisitos para empezar las prácticas son tener al menos 16 años y superar una formación en prevención de riesgos laborales. «Si trabajamos en un ecosistema común todos saldremos beneficiados», concluye el director del instituto granadino, que confía en la colaboración que brindarán las empresas.

Lo de que los alumnos vayan a empresas siendo aún menores creará complicaciones de desplazamiento si su residencia está en poblaciones pequeñas donde no haya empresas del sector.

También le temen los centros a la falta de madurez que pueden presentar alumnos tan jóvenes. Por eso se hará una selección entre centro y empresa en la que se medirá cosas tan importantes para un trabajo como la implicación o la puntualidad. El miedo de algunos centros es perder la buena relación y la confianza que depositan en ellos las empresas si envían a alumnos sin las suficientes competencias profesionales. La nueva normativa estatal no se cuestiona pero sí la aplicación precipitada. En la parte positiva, entienden los profesores que servirá para demostrar la importancia que tiene la FP ahora y que llega en un momento álgido de esta formación.

Para Gerardo Palomares, jefe de departamento de Actividades Agrarias del instituto Federico García Lorca de Churriana, el problema es que el tejido empresarial del sector de los ciclos de este centro «no puede absorber un incremento de más del doble del alumnado realizando formación en centros de trabajo». Además, añade que el proceso se está haciendo sin un marco legislativo claro y preciso, y que el tiempo y los recursos de los que disponen son insuficientes. Esta es la visión personal de este profesor que ha ideado un sistema de 'tutelaje' en las empresas, en las que estructurará los tiempos para que un alumno de Segundo pueda cuidar de la integración de otro de primer curso.

Para Emilia Santos, representante de la parte de Educación del CSIF, la nueva FP «está convirtiendo en los profesores más en comerciales que en docentes». Santos apunta que la nueva normativa, «aplicada de manera precipitada y caótica» no ofrece garantías a la hora de las prácticas «ni para las empresas, ni para los centros ni para los alumnos».

Desde CCOO critican que la regulación para la FP dual sea inexistente y que los docentes «estén desorientados». «Aún no se sabe cómo pueden implicarse las empresas, hay muchas incertidumbres y vemos que hay cierta actitud, por parte de la administración, para que la pública no oferte el mejor de los servicios», se queja Juan Manuel Latorre, representante de Educación. «En FP el ritmo de crecimiento de la privada frente a las plazas públicas supone, para muchas familias trabajadoras, la renuncia a la formación o el endeudamiento».

Los directores de institutos, a través de su asociación Adián, han manifestado que las empresas deberían tener una serie de incentivos para que fuese atractivo acoger a esos alumnos. Estos denuncian las dificultades que están teniendo a la hora de encontrar huecos para los alumnos en las entidades. Por eso plantean ofrecer deducciones fiscales a las empresas que colaboren en la formación dual, entre otras medidas. El delegado de Adián en Granada, José Manuel Franco, manifiesta que también será un problema la falta de preparación del alumnado. «El hecho de extenderla a todos puede conllevar falta de madurez y que se vean involucrados en situaciones que no puedan resolver y generen conflictos con las empresas poniendo en riesgo la continuidad de los convenios», asevera Franco.

Las familias echan de menos más plazas en la FP pública ya que consideran que «el despliegue de ciclos concedidos a la privada es abrumador». «Ni que decir tiene que estos centros privados están pagando a empresas para que cojan a su alumnado para hacer las prácticas mientras los públicos encuentran muchas dificultades para encontrar compañías que colaboren con la dual», manifiesta Rosa Funes, presidenta de Fampa Alhambra. «La FP pública tendrá los días contados si seguimos así. Eso sí, la Básica, para el alumnado más problemático, no la quiere la privada», se queja Funes.