Céntimos, pesetas, euros y chavicos
Memorias de Ida y Vuelta ·
Poco queda hoy de un Día de la Cruz que fue la jornada familiar por excelencia de las niñas y niños granadinos | Un grupo de greñúos ya sesentones recuerdan cómo antaño saltaban las tapias del cementerio para distraer las mejores flores para la Santa Cruz1968. Massiel acaba de ganar Eurovisión el 6 de abril. En el universo mental de la España de aquellos años sesenta tan solo un nombre ... podía competir con la estrella del 'La la la'. Se trataba de Rosa. De Rosa Zumárraga Zunzunegui, una bilbaína que, también en el mes de abril, había ganado el concurso número uno de Televisión Española: 'Un millón para el mejor', presentado por Joaquín Prat.
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La megaestrella del momento, y encima millonaria, fue la elegida por los responsables de turismo de Granada para promocionar el Día de la Cruz de aquel año. El periódico IDEAL recogía en sus páginas la celebración bajo el título: «Una desconocida Granada –colorista, alegre y comunicativa, lanzada a las calles en una explosión de sana alegría popular».
En el interior, se explicaba: «Granada ha celebrado, un año más, el Día de la Cruz de Mayo, tras la restauración de esta fiesta popular y muy granadina que tanto éxito ha tenido y que este año no sólo lo ha mantenido, sino que incluso ha superado. Y ya era difícil. La verdad es que Granada nunca se ha caracterizado por ser una ciudad abierta, comunicativa, propicia a lanzares a la calle y palmotear ingenuamente, en una explosión de alegría popular«.
«Pero, he aquí, proseguía, que lo que no ha hecho nunca, lo hace en la fiesta de la Cruz de Mayo. Desde luego por aquí, que somos muy poco folclóricos, a pesar de ser andaluces, parece que no sabemos cantar otra cosa en 'calé' que el 'Porrompompero', pero a pesar de ese monotema que escuchábamos ayer por todos lados, merecía la pena ver a toda una ciudad lanzada a la calle, con multitud de niñas y jovencitas con sus trajes de gitanas o simplemente un clavel en las bellas cabezas de las granadinas». Como se aprecia, nada que ver con lo que hoy en día es la celebración de las cruces.
1969. Tras el éxito cosechado la edición anterior, Granada vuelve a tirar la casa por la ventana. De momento, el concurso de cruces depara una noticia que con los años se convertiría en costumbre, hasta la edición de este año. Hace cincuenta años, la cruz de la Plaza Larga obtuvo el primer premio, dotado con veinte mil pesetas por el Ayuntamiento. Este periódico publicó hace dos días que –medio siglo después–, la Cruz de plaza Larga no se levantará. Y eso que la presidenta, el año pasado, afirmó: «Si no ganamos el concurso, lloramos todas»
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Sin la cruz de Plaza Larga
Pero en 1969 Granada brillaba con su Día de la Cruz. Y los responsables eligieron como madrina al personaje más popular del momento, también conectado directamente con la televisión. Se tratabade una jovencísima Laura Valenzuela, la musa de Joaquín Prats y la cara más conocida de TVE. Causó furor.
«Un duro para cada uno»
Mientras 'La Chica del Millón' o Laura Valenzuela paseaban en 1968 y 1969 por las calles de Granada, dos chaveas greñúos recorrían el Realejo a toda mecha. Alfonso, nacido en la calle Santiago en 1959, estudiaba en el colegio Ave María Vistillas de la calle Molinos. Su compinche Antonio Francisco, del mismo año, estudiaba en el División Azul, que era como se llamaba entonces el actual colegio José Hurtado, también en la calle Molinos.
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«Salíamos corriendo del colegio al mediodía y tirábamos para los 'charlés' –se refiere a los Hotelitos de Belén– a mangar las rosas que colgaban de las tapias. Y también por la Huerta del Cordero. Todos los chaveas nos reuníamos en el bar de mi padre –calle Santiago esquina Callejón del Señor– y montábamos una parihuela, y encima la cruz con todas las flores que habíamos distraído».
Entonces, salían «por todas las calles del Realejo y pedíamos un chavico para la santa cruz. Estábamos mis amigos Paquito Hernández, Jorge Bellido, los Ferrer, los niños de Martínez Burgos, Vicente y Rafael. Teníamos entre siete y nueve años y nos sacábamos como un duro para cada uno. Con ese duro teníamos para hacer virguerías», recuerda el actual propietario del bar Antonio, en la calle Santiago. Eran céntimos, pesetas, duros, luego euros, pero siempre serán chavicos el Día de la Cruz.
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Antonio Francisco confirma la versión de Alfonso y añade otro puñado de detalles: «Acabábamos con los brazos completamente arañados de saltar las tapias del cementerio y acudir a robar las flores de las tumbas para la Santa Cruz. Y también en Santa Cruz la Real, que había unas flores blancas y otras moradas muy bonitas para engalanar la cruz». «Y, sí, cuatro o cinco pesetas sí que nos sacábamos».
José Manuel, de 1971, otro greñúo, recuerda el Día de la Cruz «como el día de los niños y las niñas y las familias, siempre buen ambiente, bailando y convidándonos. Ya no queda casi nada de todo eso». Y lo resume: «Todo se lo llevó por delante el botellón».
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Cruces de mayo en Granada
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