Tiroteo en el 'callejón de la muerte' de Granada
«Han intentado quitarme la marihuana y he venido a defender lo mío»Disparos, plantaciones de marihuana o acusaciones de chivatazos engloban un enfrentamiento entre dos familias en el barrio de La Paz
Disparos, intentos de okupación, plantaciones de marihuana, un vehículo destrozado o acusaciones de chivatazos. El último tiroteo en el barrio de La Paz, en el ... corazón del distrito Norte, tiene varios ingredientes que invitan a pensar que la calma no va a regresar pronto a aquellas calles. Mientras la investigación policial avanza, IDEAL ha podido conocer más detalles sobre lo ocurrido el pasado domingo, 16 de febrero. Todo sucedió a plena luz del día.
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Lo que sabemos con seguridad es que se produjo un enfrentamiento entre dos familias con rencillas previas. Se efectuaron varias detonaciones que no causaron heridos. El suceso acabó con un detenido por amenazas graves y por un delito contra la salud pública, al tener en su poder más de un centenar de plantas de marihuana. Le incautaron una escopeta, pero, al parecer, aquel día no se había usado. Por otro lado, las versiones de implicados y testigos son, en parte, contradictorias.
Fuentes próximas a la investigación explican a este periódico que los hechos se produjeron sobre las 11.30 horas de aquel domingo. Tras recibir el aviso, varios agentes de la Policía Nacional se encontraron con una «turba de personas» en actitud «violenta y alterada». Daban voces y dejaban claro que se acababa de producir un tiroteo. Además, había evidencias sobre el terreno. En la pared de una de las viviendas se veía claramente el impacto que había causado una bala. Tal y como constató después la Policía Científica, eran siete casquillos de arma corta y tres de arma larga. Procedían de varias pistolas y escopetas distintas.
En este punto, la Policía Nacional detectó a cierta distancia a un hombre con un arma larga semiescondida bajo el brazo, que huyó del lugar. Algunos de los presentes optaron por esconderse en sus domicilios ante la llegada de las autoridades, mientras que otros se agruparon. Dado que los agentes estaban empezando a ser acorralados, solicitaron la presencia de la Policía Local de Granada, que llegó rápidamente al conocido como 'callejón de la muerte', tramo que conecta las calles Ortiz de Villajos y Sor Barranco. La multitud, al parecer, tenía la intención de «linchar» a uno de los presuntos autores de los disparos. La Policía Local logró alejarlos.
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Empuñando el arma
Los agentes de ambos cuerpos procedieron a entrar en el bloque en el que se escondía ese supuesto tiroteador. Consiguieron que abriera la puerta. Empuñaba el arma y estaba apuntando al suelo. Se la arrebataron rápidamente. «Han intentado quitarme la marihuana y he venido a defender lo mío», declaró. En efecto, en aquella vivienda había cultivadas más de un centenar de plantas de marihuana, tal y como comprobaron los agentes con la autorización de los moradores. El hombre fue detenido por un delito contra la salud pública y por amenazas graves. Las mismas fuentes consultadas precisan que uno de los dos clanes enfrentados pretendía quedarse con la vivienda del otro y las plantas de marihuana.
Sobre el terreno, implicados y testigos ofrecieron versiones distintas sobre lo sucedido. Algunos hablaban de que el origen del conflicto está en un presunto chivatazo por el cual la Guardia Civil le incautó las plantas de marihuana al clan contrario, generando tensiones para ajustar las cuentas pendientes. Hablan de que al menos tres personas portaban armas aquella mañana. Uno de los objetivos, al parecer, era un vehículo en el que en aquel momento había una ocupante. Los propios agentes comprobaron cómo un coche aparcado en las inmediaciones había sufrido serios daños. Otros mencionan intentos de okupación previos de una de las familias para quedarse con la vivienda de la contraria.
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Cordón policial y pasamontañas
Tal y como adelantó IDEAL, aquel día varias decenas de personas salieron a comprobar qué había ocurrido, algunos vestidos con pijamas y batas. En el lugar se concentraron varios vehículos policiales con agentes para controlar una situación que podía empeorar. El lugar fue acordonado. Los curiosos se agolpaban detrás a la espera de descubrir algún detalle. Algunos testigos se dirigieron a los agentes para hablar con ellos. Varios policías portaban pasamontañas para proteger su intimidad. Un rato después del suceso llegó la Policía Científica, que inspeccionó el terreno y recabó pruebas.
Se vivieron momentos tensos. En un video al que tuvo acceso este periódico se oía gritar a una mujer. Con la marcha de ambos cuerpos policiales y la persona detenida, la calma regresó poco a poco al barrio, pero testigos del suceso coinciden en que este tiroteo no es un hecho aislado.
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