Incendio en Juncaril: «Se ha quemado todo, qué le vamos a hacer»

Emergencias 112 Andalucía recibió varios avisos sobre un aparatoso incendio en el polígono Juncaril, en la calle Almuñécar, sobre las 6.10 horas. Los servicios de emergencias activaron al consorcio de Bomberos, el cuerpo de Bomberos de la capital, los servicios sanitarios, Guardia Civil y la Policía Local de Albolote. Las tareas de extinción se demoraron varias horas por la virulencia del material que había en el interior de la edificación industrial. La nave afectada prendió con facilidad, los bomberos no dieron por extinguido el fuego hasta las 10.00 horas. En la calle olía a neumático quemado. La cartelería del taller que se ha quemado es de color negro tizón y los jirones de un rótulo chamuscado cuelgan por toda la fachada.

A las afueras esperaba el propietario de la nave. José relataba a IDEAL que trabaja en el campo a 40 kilómetros de Granada cuando le empezó a sonar el móvil. Era un conocido para advertirle del fuego. «Es una faena, pero bueno. La tengo alquilada al hombre que abrió el taller y espero que los seguros se hagan cargo de todo. Tendremos que ponernos con el papeleo, las denuncias y hablar con otros afectados», dice con cierto desasosiego en el cuerpo.

Sentado en la sombra uno de los dos trabajadores que tiene el taller aguardaba instrucciones. «Un amigo me ha dicho que pasó por la zona y vio un poco de humo a las cuatro de la mañana. He llegado a las ocho para abrir el taller y me he contrado a la Guardia Civil y a los bomberos aquí», explicaba. A esa hora, el polígono comenzó a recobrar vida con la llegada de multitud de trabajadores. «Pensaba que era por un accidente hasta que me fijado en la nave», señalaba el empleado, que solo llevaba ocho meses trabajando. «No sé cómo se ha podido producir, es un taller mecánico que nos encargamos de reparaciones y tampoco tenemos mucha maquinaria eléctrica, solo un destornillador y poco más. Trabajamos de 8 a 16.00 horas», añadía. «Había BMW y algún vehículo de valor», concluía.

A la zona se desplazó también el propietario de un vehículo. Lo había comprado hace apenas unos días. «Es una Renault Kangoo de lo que ya no queda nada. Justo había encontrado un motor que le servía. Se ha quemado, qué le vamos a hacer», reflexionaba. Afortunadamente, no hubo que lamentar daños personales, aunque las naves que colindan, especialmente una de repuesto, se vio afectada con el 'salto' del fuego.