La alcaldesa de Granada, Marifrán Carazo, abraza a la edil de Economía, Rosario Pallarés, tras aprobarse los presupuestos. PEPE MARÍN

Granada empieza a ver la luz al final del túnel una década después

Los últimos informes de Intervención confirman la evolución positiva de las arcas municipales en una ciudad que cumple todos los puntos del plan de ajuste por primera vez

Lunes, 2 de junio 2025, 00:15

El 30 de marzo de 2012, la corporación municipal aprobó un plan de ajuste con el objetivo de hacer frente al 'agujero' que la crisis ... del ladrillo provocó en las arcas granadinas. La ola que cuatro años dejó al país al borde de la intervención impactó aún con más fuerza si cabe sobre una ciudad que había vivido el 'boom' a todo trapo. De la noche a la mañana, la construcción se paralizó y, con ella, los ingresos que alimentaban las inversiones.

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Más de una década después de aquella aciaga votación, Granada empieza a ver la luz al final del túnel. Así lo reflejan los últimos informes de Intervención, que dibujan una realidad en la que el Ayuntamiento cumple absolutamente todos los compromisos que mantiene con el Ministerio de Hacienda en relación con el plan de ajuste. Indicadores como el endeudamiento, el periodo medio de pago a proveedores o la estabilidad están dentro de los márgenes reclamados.

La documentación, que fue aprobada en el último pleno y obra en poder de este periódico, muestra que por primera vez en todo este periodo el Consistorio está pagando en tiempo y forma, está reforzando la plantilla municipal y está dando pasos para devolver la tesorería –los fondos con los que contaría la administración local si pagase todo lo que debe y recibiese todo lo que se le adeuda– a números positivos. La mejora es tal que, incluso, se está permitiendo el lujo de pedir créditos para llevar a cabo inversiones, algo impensable hasta hace muy poco.

Hasta el tono de los informes de la Intervención es distinto. Lejos de las advertencias de mandatos anteriores, los últimos escritos confirman la evolución positiva y, como única nota discordante, apenas hace reparo en la necesidad de reforzar el personal de la tesorería y mejorar las aplicaciones informáticas.

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Esfuerzo sostenido

Aunque el avance de los últimos meses es notable, una mirada a la evolución de los principales indicadores revela que se trata de un eslabón más en una cadena de esfuerzos sostenidos por los tres últimos equipos de gobierno. Fue en el primer mandato del socialista Paco Cuenca cuando se empezaron a dar los primeros pasos relevantes para reordenar la situación. El área que entonces comandaba Baldomero Oliver afrontó más de 40 millones de euros en sentencias en contra y modificó el plan de ajuste para poner freno al endeudamiento, que llegó a los 300 millones de euros. El edil, sin embargo, no pudo sacar adelante presupuestos, ni estabilizar el tiempo medio de pago de facturas, aunque trató por todos los medios de llenar las arcas mediante la venta de activos de la antigua Emuvyssa.

El testigo lo recogió el bipartito de PP y Cs, que ahondó en la senda de la responsabilidad iniciada previamente. Con Luis González en Economía y José Antonio Huertas en Hacienda aquel gobierno puso en marcha iniciativas para mejorar los tiempos de pago y los ingresos, además de reducir gastos con la renovación de contratos. Pese a que se seguían sin cumplir muchos de los indicadores, la ciudad se mantuvo en la dirección adecuada hasta el punto de que pudo renovar las cuentas por primera vez en un lustro gracias a un histórico acuerdo con el PSOE.

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El segundo mandato de Paco Cuenca, tras la ruptura del bipartito, terminó de apuntalar la mejora. Los esfuerzos de ediles como José Antonio Corpas y Raquel Ruz se encaminaron a reducir la deuda. Aunque la tesorería seguía en números negativos, el periodo medio de pago empezó a bajar notablemente. La gran aportación se produjo al final del mandato, cuando la corporación votó una renovación del plan de ajuste que permitió insuflar oxígeno en las cuentas y levantó el veto a las contrataciones.

Sin reparos

Así se llegó al inicio del mandato, con descuadres en las liquidaciones de las cuentas –un problema repetido desde los años de Torres Hurtado–, pero con un camino más despejado que una década atrás. La hoja de ruta de la popular Marifrán Carazo quedó clara desde el inicio: afianzar la mejora mediante el aumento de los ingresos, la contención en el gasto y la estabilidad presupuestaria.

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Como recordó días atrás la regidora en el balance de mandato, el área de Economía que dirige Rosario Pallarés ha sido capaz en dos años de actualizar los presupuestos asegurando además un superávit por encima de lo previsto. Asimismo, ha puesto en marcha varias medidas de revisión de expedientes y tasas que han permitido inyectar alrededor de 5 millones con los que no se contaba. A su favor también ha jugado la mejora de los fondos recibidos por la participación en los ingresos del Estado, que han batido record.

El resultado, como reflejan los informes, está ahí. Se paga más y mejor, el endeudamiento está dentro de los límites marcados por el plan de ajuste y la tesorería podría volver a números positivos mucho antes de lo previsto gracias a la contención impulsada por la concejalía. Las ventas de activos de la antigua Emuvyssa también se han disparado. Todos estos factores han permitido al equipo de Carazo impulsar el primer plan municipal de obras con fondos propios en más de una década.

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El equipo de gobierno se encamina ahora hacia unas cuentas en las que puede hacer realidad el compromiso de bajar las tasas y, además, activar incentivos fiscales para afrontar problemas como el de la vivienda. Este domingo, el portavoz municipal, Jorge Saavedra, celebraba los datos conseguidos y avanzaba un futuro esperanzador para los ciudadanos. «La gestión está siendo la adecuada y está dando sus frutos, lo que se traslada a la mejora que poco a poco los granadinos van a ir viendo en los servicios públicos que le ofrecemos, que es lo importante». Es la luz al final del túnel que, al fin, empieza a vislumbrar la ciudad.

Más herramientas informáticas y personal, los únicos reparos

Los últimos informes de Intervención avalan la evolución positiva de las arcas municipales, aunque aún queda parte del camino por recorrer hasta la normalidad. Como reflejan los documentos, a los que ha tenido acceso este periódico, la falta de personal y la mejora de las aplicaciones informáticas que los funcionarios emplean en su día a día siguen siendo aspectos a mejorar. La última revisión a la tesorería refleja que hace falta personal de apoyo a los integrantes que conforman el área, así como la contratación de un habilitado nacional. Además, la Intervención señala a la necesidad de implementar mejoras en la herramienta informática que se emplea para poder acceder a información como el pago de intereses de demora.

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