Hasta 90 días de espera y falta de personal para instalar placas solares en Granada
La fiebre por las instalaciones de autoconsumo eléctrico está impulsando a las compañías del sector, que también sufren apuros por la ausencia de stock y la necesidad de mano de obra
El empresario Rafa López Molino es de los que a estas alturas del verano no se ha podido ir ni un día de vacaciones. Su ... firma con sede en Cúllar Vega, Solar Europe, una de las mayores especialistas granadinas en autoconsumo solar para empresas, viviendas y regadíos, no da abasto. Van a cerrar este 2022 con setenta grandes obras industriales ejecutadas y unas cien viviendas, con aproximadamente 50.000 kilowatios de potencia.
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El boom de las instalaciones fotovoltaicas impulsa a esta empresa, que ha multilplicado por 2,5 la facturación del pasado año y superará los diez millones de euros. «Estamos a tope, la demanda sigue creciendo porque los precios de las tarifas eléctricas siguen altos y parte de la solución son las instalaciones de autoconsumo para que la gente genere su propia energía», esgrime López Molino. La empresa está sufriendo, como el resto del sector, los problemas de falta de profesionales y suministros ante la demanda disparada.
«El ritmo de instalación es menor de lo que la demanda realmente requiere porque hay una escasez de suministros que está generando un cuello de botella. La mayoría de los equipos son de fabricación asiática y hay una rotura de stock mundial. Las instalaciones más pequeñas se pueden conseguir en 30 días pero por encima de mil metros de tejado son mínimo entre 60 y 90 días de espera», esgrime. En su caso, la fidelidad de sus proveedores les está permitiendo reducir los tiempos, pero igualmente «tienes que someterte al stock de los almacenes y poner lo que hay, no las marcas o modelos que pides».
«A los buenos nos los quitamos»
La segunda gran dificultad, una vez conseguido el material, es ver quién lo instala. «No encontramos profesionales. Si quieres personal cualificado tienes que competir en el mercado», esgrime López Molino. En su sector, al igual otros con crecimientos disparados como el tecnológico, «a los buenos nos los quitamos unos a otros a golpe de talonario».
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La crisis de materiales también ha subido precios de las instalaciones entre un 10 y un 12% pero la inversión sigue siendo rentable. Es más, los clientes ya no esperan a que les concedan ayudas para acometerla. «Antes ponían las placas si les daban la subvención, ahora las ayudas ya no son un condicionante, la gente no espera», concluye.
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