«Ómicron provoca cansancio y problemas de garganta, pero no pérdida de olfato ni gusto»
Joan Carles March, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, destaca la necesidad de reforzar la vigilancia y el rastreo para minimizar el progreso de la nueva variante de la covid-19
Chema Ruiz España
GRANADA
Martes, 7 de diciembre 2021, 19:59
El mundo entero atiende con inquietud a la propagación de la variante Ómicron de la covid-19. Su impacto en Sudáfrica, donde fue identificada, mantiene ... en alerta al resto de países del globo, que ya monitorizan la incursión de esta nueva forma del coronavirus en sus límites. «Por lo que sabemos, puede ocupar el espacio de la Delta en los próximos meses. Eso, sin duda alguna, genera preocupación», señala a IDEAL Joan Carles March, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública. «Tiene mucha complejidad de estructura organizativa. Tiene 50 mutaciones sobre la forma de Wuhan, 32 alrededor de la proteína S… Suma mutaciones que nunca se habían visto juntas», profundiza. Unas particularidades que suponen variaciones, tanto en el panorama nacional -ya se han detectado los primeros casos- como en el impacto de la enfermedad sobre el organismo.
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«Todo esto viene de lo que está pasando con las vacunas: estamos inmunizando a una población española, en estos momento con la tercera dosis ya a partir de los 60 años, y resulta que hay países con unas tasas de vacunación muy bajas», lamenta el también miembro del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada, quien tiene claro que «cuanto menos vacunación haya, más se favorece que aparezcan nuevas variantes». Ómicron emergió en esta tesitura en Gauteng y no ha tardado en alterar el camino hacia la nueva normalidad. «No tenemos toda la información aún para poder decir cuánta contagiosidad tiene, cuán transmisible es. Por lo que se sabe de Sudáfrica, parece que está generando cambios en el abordaje de la enfermedad, porque está habiendo un número de casos importante, y eso significa que, de alguna forma, hay una mayor contagiosidad», matiza.
La detección de contagios en el interior de países europeos, como ya ha sucedido en España, «habla de una infección comunitaria», concluye March. «Eso obliga a estar pendiente. Por un lado, hay que hacer más secuenciación de los casos, conocer más a la variante, sin duda alguna. Además, hay que hacer un mayor rastreo. No podemos tener una nueva variante sin tener un buen rastreo de los contagios que hay ligados a ella», indica. En este sentido, resalta la necesidad de que los afectados por Ómicron y sus contactos hagan cuarentena, además de seguir vacunando. «En estos momentos, no se sabe bien cómo puede afectar a las vacunas. Puede ser que baje la protección, aunque es verdad que las vacunas, con respecto a las personas no inmunizadas, tienen mucho mayor protección», subraya.
Cambio en la sintomatología
De un modo u otro, lo que sí se está apreciando es un cambio en la sintomatología. «Lo que más destaca de la variante Ómicron es cansancio generalizado, una fatiga muy marcada. También genera problemas de garganta, una sensación de problemas de picor y dolor en la garganta muy importantes. Pero también genera otra cuestión, y es que el olfato y el gusto, que era otro de los problemas importantes que tenían la variante Delta, la Alfa o, incluso, la de Wuhan, pues no se pierden aquí», sintetiza Joan Carles March, quien no olvida que «hay cuestiones muy diversas en función de cada persona. «Hay gente que hablaba de que no había tanta fiebre y gente que se ha hablado que tenía fiebre alta», ejemplifica en esta línea.
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Los casos que han aparecido en el país hasta la fecha no plantean indicios de que exista un incremento de la gravedad del cuadro tras la infección con esta forma de la covid-19. «Lo que sabemos es que las vacunas sí parece que protegen ante la Ómicron grave. Hay que seguir investigando y sabiendo, hay que valorar los casos que hay en España y en Europa, porque también las variantes, a veces, actúan de forma diferente en función de los países, de la vacunación existente», advierte, para seguidamente sostener que «hay que intentar saber si, como se prevé, esta variante afectará a la contagiosidad». Sin embargo, la llegada de esta forma de la enfermedad no hace más que sumarse a la situación existente, compleja a los ojos de Joan Carles March.
«El gran problema que tenemos ahora en España no es Ómicron, sino que es la Delta. En este momento, tenemos una subida de contagios muy importante, que ya veíamos venir en el mes de noviembre y que en Andalucía ha llegado en la última semana. Hay comunidades autónomas que tienen unas cifras muy muy altas. A estas, lo que hace la Ómicron es generar una mayor problemática: tenemos problemas existentes con la variante actual, la Delta, y que se amplían además porque aparece una nueva variante que genera otras complicaciones añadidas», resume. Por ello, remarca como esencial llevar a cabo «una buena detección y vigilancia». «Tiene que ser un elemento muy importante; vigilancia de los casos y rastreo, también ligado a eso», desarrolla, para agregar la insistencia en la inmunización.
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«Esto implica vacunar con tercera dosis para aumentar la inmunidad, que sabemos que baja a partir de unos determinados meses, vacunar a las personas que no se han vacunado todavía y también, probablemente, vacunar a los niños de 5 a 11 años, que no sabemos aún cómo puede afectarles Ómicron», ahonda. La idea, en definitiva, sería controlar la propagación de esta variante. «Minimizar el número de contagios es un elemento fundamental», sentencia, tras lo que, en este mismo sentido, exteriorizó su «preocupación» por las fiestas navideñas. «Son muy importantes la ventilación, la mascarilla, la vacunación, el pasaporte covid, menos aglomeraciones, menos comidas navideñas con gente que no estás habitualmente e, incluso, poder plantear el hecho de hacer algún test de antígenos», enumera.
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