JAVIER MARTÍN

«Después de unas vacaciones forzosas, respiramos al ver la terraza llena»

Los vecinos de la Costa y la Alpujarra aprovechan la apertura del comercio para hacer sus primeras compras navideñas y acuden «con ganas» a los bares

Martes, 24 de noviembre 2020, 10:47

Granada late a dos ritmos distintos. Mientras en la capital las calles tienen un hilo de vida por las restricciones y el cierre de ... establecimientos no esenciales que mantiene la Junta de Andalucía, la Costa y la Alpujarra se despiertan con la apertura de comercios, bares y restaurantes. Eso sí, los establecimientos que estrenan hoy estas libertades podrán hacerlo sólo hasta las 18 horas, aunque en el caso de los locales de hostelería se podrá mantener la recogida de pedidos hasta las 21. 30. En Motril, los vecinos han aprovechado que los bares se han puesto en marcha desde la hora del desayuno para tomarse el café en su sitio de confianza. Mesas llenas en las terrazas de algunos establecimientos como el Nota 22, que ha levantado la persiana para servir los primeros cafés a las 8.00 horas.

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«Las vacaciones forzadas no gustan a nadie. Hemos estado deseando que llegará este momento y confiamos en que después de este año tan desastroso nos vaya bien. 2020 será para olvidar. No sabes la alegría que me da ver el apoyo de los clientes de siempre y la terraza llena», dice José Salguero, propietario. En una de las mesas, María y Ezequiel apuran un descafeinado. «Lo tenía nervioso en casa sin poder salir al bar. Un paseo por las mañanas y nuestro desayuno en la calle nos da la vida«, asegura la jubilada.

En una tienda de complementos, Parfois, Jésica Bailón, propietaria de la franquicia, respira aliviada. Pensaba que el cierre se alargaría. Hoy han vuelto abrir. Aunque mantuvieron la venta online, confiesa que no es lo mismo. «Este Black Friday y las primeras compras de la Navidad serán cruciales para los negocios«, apunta..

Aunque no todos los bares levantarán la persiana. Algunos restaurantes y chiringuitos, llenos de incertidumbre, esperarán al fin de semana o a la nueva temporada. En las principales calles comerciales, las tiendas ya trabajan con ritmo. Muchos vecinos han aprovechado el día de hoy para hacer compras atrasadas. Entre ellos, Marta Cerro, que, con los descuentos ya listos en algunos locales, avanza sus compras navideñas. «He comprado un jersey para mi madre. Se lo pondré bajo el árbol. No he querido dejarlo para el último momento porque con la pandemia nunca se sabe cómo estaremos en dos semanas», destaca mientras cruza con prisa la calle Ancha.

En la Alpujarra, el regreso no ha sido como los empresarios esperaban. «La vuelta ha sido triste. Somos una zona tutística y estamos aguantando el tirón como en todos lados. Los negocios alimentación y textil si han abierto, pero a la restauración no le compensa sin el turismo. De los casi 20 bares que hay en el pueblo, al menos tres se han quedado cerrados», explica Ana Mari Rosillo, portavoz de los comerciantes y hosteleros de Lanjarón. «La responsabiliad es nuestra. Los contagios no se dan en bares o tiendas, son en ambientes privados y si no tenemos conciencia el problema continuará hasta que haya vacuna», lamenta.

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La imagen de avenidas con persianas bajadas, largas colas frente a los supermecado, tristeza y luces apagadas en los escaparates contrasta ahora con unas calles concurridas que recuperan cierta normalidad. Empresarios y trabajadores rezan para no tener que parar una vez más. Esperan olvidar este fatídico año y confían en no tener que cruzarse otra vez de brazos.

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