La homicida confesa de Motril mató a su novia un día antes de entregarse y borró bastantes pruebas

Los hechos objetivos demuestran que entre las posibilidades barajadas por la homicida confesa no estaba la de reconocer el crimen, al menos, en un principio. Los agentes de PolicíaCientífica de Motril se encontraron a la víctima envuelta en una manta con restos de sangre en el cortijo delCamino de Pataura donde ambas residían en régimen de alquiler, aunque también se percataron de que habían borrado numerosas pruebas, quizá demasiadas, porque el interior del cortijo olía muy fuerte a lejía y los signos de haber limpiado a fondo eran visibles. Estos indicios claros denotan que la homicida no tuvo claro desde el principio qué hacer, si confesar los hechos o esconderlos.

La dificultad para extraer pruebas del crimen en aras de demostrar lo realmente ocurrido en el interior de la casa número 10 delCamino de Pataura obligó ayer a desplazarse desde Madrid a una unidad de Policía Nacional, concretamente del área de Científica, especializada en extraer pruebas muy específicas de aquellos sitios donde aparentemente no hay nada o han sido borradas.

Los agentes comenzaron a trabajar pasadas las dos de la tarde en el cortijo, una zona que acordonaron para evitar el paso de personas ajenas a la investigación.La vivienda estaba precintado desde el pasado martes 13 de abril cuando los investigadores encontraron el cadáver de la víctima con varias puñaladas por el cuerpo y con restos de sangre aún sobre las 15.00 horas. La inspección ocular se prolongó ayer durante toda la tarde, mientras los agentes de la Policía Nacional de Motril aseguraban y vigilaban el perímetro. El objetivo era recoger el mayor número de pruebas posibles sobre el homicidio ejecutado el lunes.

Personas allegadas a la víctima confesaron ayer a IDEAL la intención de la joven de 18 años de romper la relación sentimental que mantenía con la homicida y todo apunta a que ese fue el desencadenante de la discusión previa que acabó con la muerte por apuñalamiento de la chica, criada en el barrio de El Varadero.

La homicida confesa continúa detenida en dependencias de la Policía Nacional desde la tarde del martes cuando acudió a confesar lo sucedido. Los investigadores policiales trabajan a todo tren para completar el atestado del crimen y pasarlo junto a la detenida al juzgado de guardia de Motril durante la jornada de hoy o como muy tarde mañana.La brigada de Policía Judicial encargada del caso tiene 72 horas, que empezaron a contar desde que la mujer se presentó en la comisaría, para entregar a la detenida. La arrestada, también de Motril y 34 años, carece de antecedentes penales y policiales previos a estos hechos tal y como ha podido saber este periódico.

Repulsa al crimen

El Ayuntamiento condenó los hechos y guardó un minuto de silencio en señal de duelo. La alcaldesa, Luisa García Chamorro, visiblemente afectada dirigió unas palabras en recuerdo de la víctima y trasladó sus condolencias a la familia. «Con todo lo que nos ha pasado por la pandemia, estamos viviendo el momento más duro y triste de estos años de mandato. La pérdida de una vida en manos de otra persona es un acto que tenemos que denunciar. Estamos consternados. Se trata de un suceso que ha tocado a un barrio humilde y de gente trabajadora como es el barrio de Varadero- Santa Adela. Dos familias están hoy [por ayer ] rotas, una porque han perdido a una hija y la otra porque es la presunta asesina. Condenamos cualquier tipo de violencia, aunque no podamos calificarlo de violencia doméstica todavía porque la investigación está bajo secreto de sumario. Nuestro recuerdo está con Marina y con Araceli, las dos últimas víctimas de Motril. Trabajaremos a fondo para erradicar estos males en nuestra ciudad», manifestaba la alcaldesa a los medios congregados ayer frente a la sede consistorial.