La Costa de Granada prevé la mejor cosecha de subtropicales de los últimos cinco años

Por primera vez en mucho tiempo, hay optimismo, y según sus previsiones, este año se duplicará la producción de los subtropicales en comparación con la campaña pasada. Según los datos que manejan la Junta Central de Usuarios de Río Verde, Seco y Jate, y la organización agraria COAG, podrían volver a ver cifras como las de hace cinco años, cuando el campo vivió una de sus mejores épocas. En una temporada normal, el litoral granadino produce unas 100.000 toneladas de frutas subtropicales, entre chirimoyas, aguacates y mangos. La chirimoya suele representar la mitad de esa cifra, el aguacate unas 25.000 toneladas , el mango unas 15.000. y el resto pertenece a la emergente fruta de dragón.

El mango, más grande y mejor

Este año, el cultivo que más está sorprendiendo a los agricultores es el mango. En la campaña pasada se recogieron 5 millones de kilos, pero ahora se espera alcanzar las 10.000 toneladas. «Los árboles han respondido muy bien al clima de esta primavera. Ha llovido cuando tenía que llover, las temperaturas han sido suaves y eso ha hecho que el fruto crezca antes y mejor», explica Juan Camacho, responsable de subtropicales de COAG Granada. A estas alturas del verano, los mangos ya están bien formados y sólo queda la recta final de su desarrollo para cogerlos. Las primeras variedades, como la 'Irwin', empezarán a recogerse a principios de septiembre.

Pero no solo el mango es la fruta que más alegrías está dando a los agricultores. En esa misma línea se encuentra el aguacate que, aunque no tanto como el mango, espera mejorar con respecto al año pasado, cuando tuvo una de las peores campañas de los últimos años cuando la producción cayó un 70%, según los datos de los propios agricultores. La fruta era pequeña, había muy poca cantidad y los árboles estaban claramente agotados por la falta de agua y por el uso continuo de agua de mala calidad, explican desde COAG.

Este año la situación es otra: la fruta está engordando y si todo va bien, se empezará a recoger en noviembre, comenzando por la variedad conocida como 'Bacon'. Aun así, desde COAG avisan de que la floración «no ha sido buena del todo». La planta no ha conseguido polinizarse bien, en parte por la presencia de un hongo que afecta a las flores y también porque los árboles todavía están débiles tras tantos años de estrés hídrico. Además, según señala Juan Camacho, la planta está mejorando en el aspecto vegetativo.

«Aunque va a haber una ligera recuperación por las lluvias de primavera, las olas de calor y el mal estado vegetativo de las plantas debido a la sequía arrastrada, dificultan llegar a niveles de hace cinco años», explica Juan Camacho.

La estrella de la Costa es la chirimoya y también pinta bien este año. Se calcula que se han recogido unos 50 millones de kilos, según Joaquín Montes, presidente de la Junta Central de Usuarios. Se trata de una fruta muy exclusiva, cuyo 95% de la producción se localiza en los municipios de Almuñécar, Salobreña y Motril, con la variedad 'Fino de Jete'. El chirimoyo fue uno de los cultivos que mejor aguantó el año pasado, sobre todo en el final de la campaña. «Hubo algunos problemas, los árboles que no producían, frutos que se caían antes de tiempo... pero al final las pérdidas no fueron tan graves como se temía», señalan los agricultores. Desde COAG señalan que la temporada se ha desarrollado con total normalidad.

Canalizaciones ¡ya!

A pesar de las lluvias y la buena campaña que se augura este año, los agricultores no pueden olvidar el estrés hídrico que sufre la zona de Almuñécar y La Herradura, coincidiendo con el valle de río Verde, río Seco y río Jate.

«La seguridad que nos darían las tuberías de Rules para aguantar el agua y no tener que utilizar los pozos es esencial», destaca Maximino Prados, presidente de la Comunidad de Regantes del Bajo Guadalfeo.

Además, añade: «este año hemos tenido suerte con las lluvias, pero es imprescindible que estén las canalizaciones cuanto antes para aguantar un periodo largo de sequía».

Lo que ha pasado esta primavera ha sido clave para los cultivos de la Costa. Tras años seguidos sin agua, con pozos colapsados y cultivos a punto de desaparecer, por fin ha llegado algo de alivio. Las lluvias han sido como una bendición y han salvado árboles que ya se daban por perdidos.