Archivada la queja de un juez por la rápida concesión del tercer grado a un reo de la 'maría'
La fiscalía descarta un delito prevaricación y que se trate de una suspensión de la pena al margen de la legalidad
El pasado mes de abril, el juez de lo Penal 1, Manuel Piñar, se quejó formalmente ante la fiscalía de la concesión del tercer grado penitenciario a un preso de Albolote ... , J. G., condenado por cultivar marihuana, sin que hubiera cumplido un cuarto de la condena. El magistrado plasmó en un escrito tanto su indignación como su preocupación ante el hecho de que este reo, condenado hasta 2024 estuviese ya en la calle con una pulsera telemática. IDEAL ha podido saber que la fiscalía ya le ha contestado y descarta que se haya cometido un delito de prevaricación.
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Según fuentes del ministerio público, las diligencias de investigación penal a las que dio lugar la queja del magistrado han sido archivadas. El juez entendía que se trataba de una suerte de suspensión de la pena al margen de la legalidad, pero la Fiscalía Provincial de Granada ha concluido que «los hechos no son constitutivos de delito» , tras serle derivado el asunto por la Fiscalía Superior de Andalucía.
El caso que motivó la queja lo protagonizaba un señor mayor al que descubrieron una plantación de 'maría' en una nave. Se le impusieron tres años y un mes de encierro. Entró en el penal el 2 de noviembre de 2020 y, en marzo pasado, con motivo de un embargo que le iba a ser notificado en la cárcel, fue cuando el juzgador descubrió que a este recluso se le había concedido ya el tercer grado.
Las fuentes penitenciarias consultadas indicaron que es la Junta de Tratamiento del centro la que propone la clasificación, que luego es o no otorgada por la secretaría general de Instituciones Penitenciarias. Esa decisión solo puede ser recurrida por el propio recluso y por la fiscalía, según las mismas fuentes. Y ahí es donde se enmarcó la protesta de este magistrado, que consideraba en su queja que con este caso concreto se estaba mandando un mensaje de impunidad a las mafias que mueven los hilos de la 'maría' en Granada.
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Sin embargo, la fiscalía resalta que la revisión de la clasificación del grado de un interno es competencia de la Administración Penitenciaria y concluye que «no es cierto» que la concesión del tercer grado exija el cumplimiento previo de al menos un cuarto de la condena.
Otras fuentes del caso consultadas por este diario puntualizaron que el condenado, J. G., no es ningún 'narco' ni pertenece a las mafias de la marihuana. Además, coincidieron con la fiscalía en que en su caso «no se ha cometido irregularidad alguna ni es extraño que con las circunstancias que tiene le hayan concedido dicho beneficio penitenciario».
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El recluso había cultivado 109 plantas en una nave de aperos
Las resoluciones del caso consultadas por este periódico revelan que este interno, J. G., habita en un pueblo de la provincia y que fue procesado, juzgado y condenado por tener un cultivo intensivo en una nave de aperos. En total le fueron intervenidas 109 plantas de cannabis sativa «destinadas al tráfico ilegal». El cultivo fue detamantelado el 29 de septiembre de 2017, durante un registro debidamente autorizado. Las plantas arrojaron un peso de casi 29 kilos, un índice en Tetrahidrocannabidol del 13,3 % y un valor superior a los 400.000 euros.
Por lo visto, el acusado, sin antecedentes, admitió que la nave era suya y que allí había plantado aquellas semillas sin saber muy bien lo que era ni lo que iba a germinar. La idea era coger los cogollos de la marihuana para hacer «bálsamos con aloe vera y alcohol». El juez Manuel Piñar le impuso entonces, el 23 de octubre de 2019, una multa de 150.000 euros por un delito contra la salud pública, así como una pena de tres años y un mes de prisión, castigo que fue ratificado posteriormente, el 6 de marzo del año pasado, por la Audiencia Provincial de Granada.
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