Los amigos de lo ajeno no respetan lo sagrado
Iglesias y parroquias están en la diana de ciertos delincuentes, que buscan joyas, dinero y objetos que puedan revender fácilmente
Normalmente no sustraen objetos de gran valor económico, pero el daño sentimental que causan es considerable. «Al menos no han profanado el sagrario, que era ... lo que me preocupaba», contaba a IDEAL el párroco de una de las iglesias que este año han sufrido robos. Han sido aproximadamente ocho los espacios sagrados en los que han actuado los delincuentes este 2025. Algunos han sido esclarecidos, pero lo cierto es que es complicado. En muchas ocasiones no hay cámaras de seguridad y los amigos de lo ajeno se afanan por no dejar huellas.
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La Guardia Civil y la Policía Nacional investigan diversos robos en iglesias y parroquias granadinas ocurridos este año. En cuanto al perfil de los arrestados, fuentes policiales indican que la mayoría suelen ser delincuentes habituales a los que no les importa dónde actuar con tal de llevarse objetos que puedan revender fácilmente. Buscan dinero en efectivos, joyas o televisiones; la motivación es económica. En otros casos, precisan, se producen hurtos por oportunidad, es decir, personas que a priori no tienen la intención de cometerlos, pero encuentran una situación en la que lo ven viable y actúan. Otro tipo de perfil, el más sofisticado, es aquel coleccionista que desea tener en su poder algún tipo de reliquia religiosa, o que tiene rencillas personales y busca venganza con el robo. Son extremadamente cautos, lo que dificulta identificarlos.
Este año, según los casos esclarecidos, el más repetido ha sido el primer perfil, el de los delincuentes habituales con motivación económica. Debemos remontarnos al mes de enero para encontrar el primero de estos casos. La Guardia Civil detuvo a un hombre de 48 años de edad, y a sus dos hijos de 24 y 18, como presuntos autores de tres robos con fuerza en dos iglesias. Primero accedieron a la de Pulianas, forzaron la puerta de la sacristía y se apoderaron de un televisor. Volvieron quince días después y cogieron las joyas de la Virgen. También arrancaron de la pared el buzón de ofrenda con dinero en su interior, sustrajeron la recaudación del lampadario, un ordenador portátil y una guitarra.
Asaltaron poco después la iglesia de Jun, donde se apoderaron de la televisión que había en el salón que utiliza el párroco para la catequesis. También se llevaron un sobre que había en la sacristía con 450 euros. Las inspecciones oculares y el visionado de las cámaras de seguridad permitieron localizar a los supuestos autores.
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Unos meses después, en abril, la Policía Nacional capturó a un hombre por robar en una iglesia de Granada. Además de revolver estancias y abrir cajones, fracturó la vitrina de la urna de la Virgen y se llevó diferentes objetos, como cargadores de teléfonos, un ordenador portátil, un micrófono, gafas y material de despacho y catequesis. El hombre acumulaba entonces ocho detenciones policiales previas, las tres últimas por hechos de la misma naturaleza.
Virgen de los Escolapios
Hay que remontarse a Semana Santa para encontrar uno de los casos más mediáticos de este año, el robo de las joyas de la Virgen de los Escolapios. Desapareció el puñal que porta la Virgen cada Viernes Santo, la cruz Fidelitas del Ejército del Aire, una medalla de San Juan Pablo II, el rosario de su XXV aniversario con emblemas vaticanos, la emblemática avioneta dorada, recuerdo de su especial vínculo con el Ejército del Aire, y varias medallas y cadenas. Lo más curioso del suceso es que el supuesto autor, tras sustraer las joyas, dejó en la mano de la Virgen una cadena que no era de la hermandad.
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Desde los Escolapios han barajado siempre varias teorías sobre el posible responsable. Hablaban de «fetichismo», puesto que «fue a por cosas muy concretas y conocía bien la parroquia». También valoraron la idea de que fuera un coleccionista de vírgenes. Sin embargo, el caso terminó cerrándose sin culpables. Tras buscar posibles huellas del autor, no se pudo conseguir ningún resultado de ADN; quien lo hizo fue tan prudente que no dejó rastro.
En verano se produjeron tres sucesos de este tipo en un corto periodo de tiempo que aún están investigándose por parte de la Guardia Civil. La parroquia de la Anunciación de Benamaurel denunció actos vandálicos. Los ladrones destrozaron la puerta del Camarín de la Virgen y robaron las joyas que portaba la imagen, cuya vestimenta amaneció «revuelta». También se llevaron las joyas del ajuar, principalmente anillos, medallas y broches.
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«La ruptura de la intimidad sagrada del Camarín, la violencia empleada en los accesos y mobiliario, el ultraje a objetos de culto y la profanación del espacio más venerado por los benamaurelenses, constituyen un atentado que hiere profundamente el alma de la comunidad. Es un profundo golpe a los sentimientos, la fe y la memoria colectiva de todo un pueblo», denunció la parroquia. No se han producido detenciones de momento.
El mismo día del robo en Benamaurel se produjo otro de similares características en la iglesia de San Antonio de Padua de Almontaras, localidad perteneciente al municipio de Castril. Igualmente, en la iglesia de Ferreira hubo un acto parecido un par de meses atrás. Tampoco en estos casos se han producido arrestos.
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18 joyas sustraídas
El último de estas características tuvo lugar a finales de octubre. La hermandad del Rosario en sus Misterios Dolorosos comunicó la sustracción de diversas joyas entregadas temporalmente por devotos para adornar la imagen de Nuestra Señora del Rosario, ubicada en la iglesia de Santa Cruz la Real (Santo Domingo). En total fueron 18 alhajas sustraídas, que no forman parte del ajuar patrimonial de la hermandad, sino que corresponden a cesiones temporales realizadas por fieles con motivo de las ofrendas llevadas a cabo el domingo.
La Policía Nacional tiene en su poder las imágenes grabadas por tres cámaras de seguridad instaladas en la iglesia de Santo Domingo. Según se puede ver en las imágenes, son al menos dos personas, a cara descubierta, las que acceden al templo y se llevan varias piezas que vestía la Virgen del Rosario. La Policía Nacional ha confirmado que por el momento no hay detenidos, aunque continúan trabajando para esclarecer el último robo en el que los amigos de lo ajeno no han respetado lo sagrado.
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