La Alhambra estudia cómo vender más entradas tras batir su récord
Analiza los flujos para dividir los espacios y que puedan entrar más visitantes sin dañar el monumento
La Alhambra, que sufrió un bache lógico en la pandemia, ha recuperado sus datos de visitantes de 2019, un año récord para el turismo, en ... el que el monumento nazarí rozó su techo. Por los palacios alhambreños solo pueden pasar al año 2.763.500 personas, es decir, 300 cada media hora. Y no hay más. Es un monumento sensible, al que hay que cuidar especialmente de desmanes durante el recorrido ya que las columnas en las que está prohibido apoyarse jalonan el paseo.
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En este momento histórico se dan juntas dos circunstancias. Una, que la Alhambra vende cada vez con más antelación, por lo que crece la demanda, y dos, que es el momento de plantearse sus grandes cambios estructurales, que quedarán recogidos en el plan director, del que ya se dan los primeros pasos para su redacción.
Desde el Patronato alhambreño saben que es tiempo de sentar las bases, de diseñar la Alhambra del futuro, de conservar la historia con la integración de las nuevas tecnologías. Y se han puesto manos a la obra.
El 1 de septiembre de este año había vendidas –para octubre y el resto de meses– un 47,3% más entradas que el mismo día de 2024 y un 118% más que en ese mismo momento de 2023.
Según la lectura que hace el director del Patronato, Rodrigo Ruiz-Jiménez, se trata de una tendencia de desestacionalización del turismo, que en la Alhambra se está notando con fuerza.
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El actual aforo de visitantes anuales se estableció hace 26 años. En todo ese tiempo, las tendencias han cambiado y el monumento lo han conservado en buenas condiciones, junto con las obras continuas de rehabilitación. Con esta misma premisa de cuidar el patrimonio alhambreño por encima de todo, en la actualidad se están realizando dos estudios para saber si podrían venderse más entradas en un plan que lleva aparejada la segmentación de los visitantes.
El director de la Alhambra explica que uno de los estudios analizará la carga que puede soportar el monumento. Qué capacidad de visitantes puede absorber por metro cuadrado con el mismo nivel de desgaste que ahora. Este análisis está en manos de un equipo en el que está Libertad Troitiño, doctora del departamento de Geografía de la Universidad Complutense de Madrid, que ya trabajó con su padre, Miguel Ángel Troitiño, en aquel estudio matriz –vigente– de 1999.
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En el análisis que ahora se prepara se podrán abrir ventanas nuevas, como no tratar a los espacios con la misma medida de aforo y poder segmentar la visita para que los palacios nazaríes no tengan por qué ser un todo indivisible.
Este estudio se complementará con otro que se centrará en el flujo de los visitantes, es decir, cómo se comportan dentro del monumento. El informe detallará cuánto tiempo están los turistas en un patio concreto, dónde se detienen o qué buscan cuando recorren la Alhambra. Para este segundo documento se empleará tecnología puntera, ya que se hará con un simulador digital.
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Como el Empire State
La misma consultora internacional de San Francisco que le sigue los pasos a los visitantes del Empire State, escudriñará los movimientos de los turistas alhambreños para diseñar perfiles y determinar cómo influyen las modas en el recorrido por el espacio nazarí. El estudio tiene el respaldo económico de la World Monuments Fund. «La gente quiere colaborar con la Alhambra, están encantados de trabajar con nosotros», apunta Ruiz-Jiménez.
Los resultados de ambos estudios se volcarán en el plan director, que recogerá la forma que tendrá la Alhambra de adaptarse a los nuevos tiempos. Aunque lo de aumentar el cupo es algo todavía incierto, que requerirá además mucho debate, lo que sí se llevará a cabo con más facilidad es la segmentación de los turistas. Con los datos en la mano se podrá pensar en realizar nuevos recorridos, más cortos, más largos, más explicados o simplemente exprés para sacar unas fotos. También se podrán distribuir a los visitantes por horas como colocar a los colegios en una franja concreta y tener otros momentos del día de mayor sosiego, para visitantes que requieran de más calma en su visita.
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Los documentos dirán si es posible aumentar el aforo sin perder de vista que es un monumento que requiere de un gran cuidado para que se mantenga así de joven.
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