Alergia al frío: causas, síntomas y tratamientos

El principal problema de la urticaria a frigore, como se le conoce en términos médicos, es que puede estar infradiagnosticada porque sus síntomas habituales se pueden confundir con otras otras alergias físicas (como dermografismo, urticaria por presión y colinérgica). Además, como cuentan los expertos, en los casos más comunes y frecuentes, las reacciones desaparecen a los pocos minutos.

Con estos síntomas, es difícil detectar la alergia al frío para comenzar con un seguimiento y tratamiento. Pero cuidado, porque sus síntomas pueden ir desde una simple rojez en la piel hasta la pérdida de conocimiento en casos más extremos.

El alergólogo de Granada Rafael Mayorgas Castoya, que ha sido reconocido recientemente por Doctoralia entre los mejor valorados a nivel nacional, cuenta que en la actualidad lleva el caso de casi un centenar de pacientes en su consulta. Eso son unas 80 o 90 personas que estos días tienen que llevar un riguroso cuidado, cuando los termómetros han llegado a registrar hasta -8 grados, como ha ocurrido en Baza esta semana.

Mayorgas explica que las primeras reacciones aparecen en la piel a los pocos minutos de entrar en contacto con el frío. Eso implica la exposición a bajas temperaturas, al viento frío o al agua fría, pero también pueden aparecer síntomas tras la ingesta de alimentos o bebidas frías. Pero, ¿cómo afecta en el día a día de una persona? «Algunos pacientes, sobre todo aquellos con síntomas sistémicos, tienen una importante afectación de la calidad de vida», asegura Mª Ángeles Lara Jiménez, del Servicio de Alergología del Hospital Universitario Clínico San Cecilio de Granada. Esta especialista en Alergología cuenta que hay pacientes que sufren dificultades para salir a la calle en días de viento, al mojarse con gotas de lluvia, cuando entran un día de calor en un centro comercial con aire acondicionado o por ejemplo, permanecer en clase en invierno con las ventanas abiertas, como ocurría durante la pandemia. Por otra parte, su pueden ver limitadas las actividades de ocio y complica, por ejemplo, lo de subir a las pistas de Sierra Nevada.

Se suele diagnosticar con el 'test del cubito de hielo', que consiste en aplicar hielo en el antebrazo durante cinco minutos, y observar a los 10 minutos si se produce algún tipo de reacción. Además, existen otras pruebas en las que se expone al antebrazo a diferentes temperaturas para evaluar dónde se encuentra el umbral de resistencia al frío del paciente.

Con el termómetro registrando varios grados bajo cero se habla de la alergia al frío, pero estos expertos recuerdan que el mismo problema lo sufren los pacientes en verano. Sumergirse en el mar o una piscina, tomar un helado o refrescarse con una bebida helada también puede desencadenar episodios con broncoespasmos o síncopes en los casos más extremos.

Mayorgas trata con naturalidad esta alergia y explica que lo principal es evitar la exposición a las bajas temperaturas, evitar cambios bruscos de temperaturas y el uso de bufandas y gorros. En casos más acentuados también será necesario tomar algún antihistamínico, puesto que «esta alergia lo que implica es una liberación de histamina en el torrente sanguíneo desencadenada por el frío», explica este alergólogo. Por su parte, la doctora Lara Jiménez, expone que si el paciente refiere urticaria a diario, por no poder evitar la exposición al aire frío en su ambiente laboral o actividad habitual, «se recomienda la profilaxis con antihistamínico oral de segunda generación no sedativo a la dosis normal o hasta cuatro veces la dosis normal para el control de la urticaria».

Y si los episodios que ha presentado el paciente afectan de forma sistémica con broncoespasmo o síncope, «el paciente debe llevar siempre consigo su autoinyector de adrenalina para su administración inmediata».