Las aguas regeneradas en las depuradoras granadinas podrían servir para el riego de cultivos

La sequía es otro problema más que sigue sin solución en la provincia de Granada. Tras el balance del curso agrícola 2022-2023 presentado este miércoles por la Asociación de Jóvenes Agricultores de Granada (Asaja), el gerente de la Comunidad de Regantes de la Acequia Gorda, Gerardo Aranda, ha hecho especial hincapié en este asunto. Según él, «que llueva o que no llueva no queda en manos de nadie, pero sí queda en manos de la administración hidrológica la posibilidad de incrementar la capacidad de embalse de la provincia».

A esta medida planteada para paliar la falta de agua, Aranda ha añadido que la disponibilidad de agua subterránea se haga por un reparto razonable y que las infraestructuras hidráulicas pendientes se acometan. Entre las mismas, ha destacado la necesidad de modernización de las dos depuradoras que abastecen a Granada capital y su área metropolitana, las estaciones Oeste y Sur. Las previsiones indican que «Granada va a perder, a partir del año que viene, una capacidad de depuración y regeneración de agua de 72 hectómetros cúbicos», lo equivalente al cuarto pantano más grande de la provincia.

Resulta que, a partir de 2024, aumentará por tres la disponibilidad de agua regenerada con estas dos depuradoras, ya que la Junta de Andalucía, que controla su actividad, ha incrementado su capacidad de filtración. De aquí a 2025, pasarán de 26 hectómetros cúbicos a 72. Actualmente, sin embargo, ambas tienen un régimen secundario, por lo que las aguas que se filtran en las mismas no pueden emplearse para regar el campo desde la entrada en vigor de la nueva ley el pasado mes de julio.

Ante esta situación, los agricultores exigen la ejecución del régimen terciario, que supondría la filtración de bacterias y, por lo tanto, permitiría aprovechar esas aguas para el riego de diversos cultivos. «Tenemos que aprovechar toda el agua que se regenere para cuidar el campo. Podrían regarse entre doce y veinte mil hectáreas -ha insistido Aranda-. Solo necesitamos una inversión algo superior a los cinco millones de euros por parte de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y la concesión del uso de ese agua».

De esta manera, se garantizaría el abastecimiento de Granada y su área metropolitana y se contaría con agua suficiente para incrementar la superficie de riego en la Vega y en el margen izquierdo del Genil. Además, «no podemos tirar el agua después de un solo ciclo de utilización, hay que regenerarla y aprovecharla para cuidar cultivos de riego como el aguacate». Aunque aprovechar el cien por cien de esas aguas no parece que vaya a ser una posibilidad hasta dentro de mucho, ya que «cuando llegaron los fondos Next Generation el sector quedó exento y entre la Confederación y Sanidad no hay más que problemas».

«No hemos conseguido todavía que nos den la concesión para regar con aguas regeneradas en nuestros cultivos. En el campo no se puede aplicar una normativa pensada desde los despachos. Lo pedimos porque sabemos que vienen años malos«, ha insistido el gerente de la Comunidad de Regantes.