El quiosco de chuches que acabó convertido en discoteca

Lo que se investiga es el Ayuntamiento cedió a cambio de una concesión una zona verde y, donde estaba previsto un quiosco, se terminó levantando una discoteca. La defensa tanto del gobierno municipal como de la promotora ha sido que todo se realizó con los permisos pertinentes. En enero de 2014, la fiscalía recibió un informe pericial de la Junta que constataba actuaciones no ajustadas a derecho. «La actuación mediante plataformas en un terreno de gran pendiente ha devenido en que las únicas zonas accesibles e idóneas para el paseo o la estancia se hayan ocupado con las distintas construcciones que, además, a través de vallados, han procedido a una privatización del espacio público».

«Fines lucrativos»

La consecuencia fue que en lugar de un quiosco de venta de golosinas, como se contempló en 2006, se hizo una discoteca. «La instalación de una sala de fiestas no encuentra justificación como apoyo del parque -que debería estar dedicado al ocio familiar-, (...) además de que el horario de funcionamiento de una discoteca es incompatible con el horario de utilización de un parque. (...) En resumen, los usos materializados (...) no sirven de apoyo a los fines principales y propios de la zona verde, sino que se apoyan en el parque para el cumplimiento de sus propios fines lucrativos».

Con ese informe, más las pesquisas de la Guardia Civil, la fiscalía presentó en febrero de 2014 una denuncia contra la cúpula de Urbanismo -cinco altos cargos- y un promotor.

Al margen de la acusación que representan los letrados Manuel Sanchís y José Martín Olmo, al caso se sumaron después como acusación el PSOE; el promotor de Parque Nevada, Tomás Olivo; y el partido VOX, que presentó otra querella dirigida directamente contra el alcalde.

Dos años después, la instrucción sigue y empieza a tener las primeras implicaciones políticas.