'Espejo Público' desvela los «horrores de la sala blanca» en un colegio y conmociona a España

Profesionales del centro protestan con pancartas colgadas en la puerta del centro este viernes

CHRISTIAN LLANO

Viernes, 20 de abril 2018, 13:32

La denuncia pública de Mónica, la madre del niño de 8 años con autismo que presuntamente fue víctima de malos tratos en el colegio de ... educación especial Santiago Ramón y Cajal de Getafe, ha destapado otros dos casos que claman contra situaciones similares. Por ahora solo se han presentado dos denuncias, mientras que una madre aún no lo ha hecho formalmente. Por su parte, los trabajadores del centro se han manifestado durante la mañana de este viernes con pancartas en la puerta del centro para pedir «respeto» para ellos y «para nuestros niños». Dicen estar «unidos ante las mentiras». Hoy se han enfrentado versiones de padres que aseguran que sus hijos han sido víctimas de tales prácticas, pero hay quienes defienden a los profesionales del centro, «hasta que no se demuestren lo contrario».

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En un comunicado que se hará público en próximas horas, el centro asegura que el caso del pequeño de 8 años, de quien han trascendido las grabaciones, «solo permaneció escolarizado 34 días en total» y desmienten la versión de la madre al afirmar que «nunca les hicieron saber la quejas y los miedos» que les llevó a introducir una grabadora en la indumentaria del menor. Así lo ha informado este viernes el programa 'Espejo Público', de Antena 3.

Según se aclara desde plató, las grabaciones fueron realizadas en noviembre. A posteriori se procedió a la apertura de un expediente para inspeccionar el caso el pasado 4 de diciembre. Sin embargo, el expediente informativo no fue iniciado por la Comunidad de Madrid hasta este pasado miércoles 18 de abril.

En su recogida de testimonios, el programa que presenta Susanna Griso trasladó el relato de otros padres que afirmaban haber comprobado el rechazo de sus hijos «al ir al colegio». Muchos hablan de la «habitación blanca». «Yo tenía trabajadores en el colegio que decían que no les extrañaba que el niño no quisiera bajar del autobús por lo que le esperaba dentro», denuncia la madre de un menor de 13 años que padece un síndrome polimalformativo. «Pregunté por la sala blanca y me dijeron que era un lugar donde los metían ahí para que se relajara», explica.

La sala blanca

En las pancartas desplegadas esta mañana por los profesionales del centro destacó un mensaje expuesto por una madre: «Os doy mi apoyo hasta demostrar lo contrario». Lo escribió Amalia, una madre que pertenece al AMPA del centro, quien atendió a las cámaras del programa para ofrecer su relato y, de paso, denunciar el acoso vivido por los profesionales y otros miembros de la asociación.

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«Estoy contenta con el centro. No pongo en duda la palabra de los padres, pero doy el apoyo a todos los profesionales que, a día de hoy, se portan fenomenal con los niños. Yo vengo de otro centro donde sí he tenido problemas de vejaciones y sé lo que es pasar por eso. Es un infierno. Una pesadilla», comenta.

Sobre la famosa sala blanca, Amalia habla de «una sala multisensorial donde hay una cama de agua con música y una columna de burbujas para que los niños bajen el nivel de ansiedad». «Con mi hija lo han hecho y a ella le encanta. Siempre que la han metido, me lo han comunicado», sostiene. Eso sí, se muestra conforme en que se sancione y se expulse a las culpables de la situación denunciada «si se demuestra que es verdad».

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En referencia a su testimonio habló Irene, la madre de otro niño que habló «de otra sala» diferente a la comentada por Amalia. Ella había solicitado el cambio de centro para su hijo en enero, antes de que trascendiera todo este caso. Denuncia que se trata de una habitación «no acondicionada», con una «colchoneta en el suelo» y «que no tiene ni ventana». «A principios de año me encontré a mi hijo en esa sala encerrado, con llave, solo, mientras varias profesionales le miraban desde una rejilla cómo se desquiciaba», clama. Mónica reconoció en su momento que empezó a sospechar cuando su hijo les decía que no le agarraran del cuello.

También afirma que su pareja vivió una situación comprometida una vez que tuvo que personarse en el centro para recoger al niño, que atravesaba una situación de ansiedad. «Vio cómo cinco auxiliares le bloqueaban contra el suelo, y delante, la directora. Nos decían que el niño necesitaba una medicación inmediata», explica.

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Finalmente intervino Adela, secretaria general de la Asociación Afanya TGD, que aglutina las necesidades para los padres de los niños con autismo. Confirmó que con anterioridad hubo quejas de padres que fueron recibidas por su agrupación. «Hubo un asunto de una socia nuestra, madre de un niño que va a ese colegio y que contempló un supuesto caso de maltrato. Lo puso en conocimiento de la Dirección, pero pretendieron taparlo. Se llevó a cabo una investigación, pero, al no haber pruebas ahí quedó todo», relata.

La portavoz reconoce haber llorado cuando escucharon los audios captados por la grabadora portada por el hijo de Mónica. Además, explica que los niños con alto grado de autismo tienen una cosa en común y es que «nunca mienten». «Si les tomas el pelo, les haces una broma, no saben distinguirlo. Para ellos es tremendo», sentencia.

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