María Pérez posa con su álbum de la pandemia en el Estadio de la Juventud, donde entrena. JAVIER MARTÍN
Vidas cambiadas

La atleta que tuvo que 'confinar' su sueño olímpico

María Pérez ·

Estaba a poco más de cuatro meses de cumplir su sueño: competir en unos Juegos Olímpicos. Sin embargo, la pandemia lo pospuso un año y María Pérez aprendió a disfrutar de la vida de otra forma. Ahora, con motivación renovada, quiere brindar una medalla en Tokio a todos los que han sufrido

Viernes, 12 de marzo 2021

María Pérez tenía previsto cumplir el sueño de su vida en 2020. Se había clasificado con brillantez para los Juegos Olímpicos de Tokio en verano ... y se preparaba para la cita como la mejor marchadora de 20 kilómetros del continente, campeona europea en 2018 y finalista en el Mundial de Doha en 2019. No vivía al margen del avance del coronavirus en el mundo, pero ella tenía un reto deportivo en el horizonte y debía prepararse para ello. Nunca se le pasó por la cabeza que fuese a pasar dos meses confinada en su propia casa, pero hizo de tripas corazón y comprendió que en el mundo estaba ocurriendo algo que trascendía a su sueño.

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Además de la angustia y la preocupación por las cifras de contagios, María Pérez vivió con mucha ansiedad las primeras semanas del encierro domiciliario ya que los Juegos Olímpicos seguían en pie y atletas de otros países sí contaban con permisos especiales para entrenar en la calle. «Prefería no haberme clasificado, no quería ir de cualquier manera. Veía irse al traste mi mayor sueño desde que empecé a marchar con quince años», admite. Se compró una cinta para correr en casa y mantener algo de forma, pero no tardó en sentirse aliviada. «El día que los pospusieron a 2021 fue el más feliz de mi vida», reconoce ahora.

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La marchadora colaboró con Cruz Roja desde el confinamiento domiciliario con encuentros virtuales sobre circuitos de gimnasia y, en la desescalada, recorrió las calles para prestar su ayuda y conocer la realidad de las personas sin techo. El primer día que pudo salir a pasear con libertad le faltó tiempo para echar a correr. «El cuerpo me lo pedía», justifica. También quiso abrazar a su entrenador Jacinto Garzón el primer día que pudieron reencontrarse para entrenar en Guadix, pero cumplieron con las medidas del protocolo.

María Pérez retomó su sueño olímpico con una «motivación extra». «Sé que puedo hacer felices a muchas personas a través de mis alegrías deportivas», apunta. De hecho el fondo de pantalla de su teléfono presenta las medallas de Tokio, que tiene entre ceja y ceja. Ya volvió por la puerta grande en el Campeonato de España de 35 kilómetros marcha, una distancia inaudita para ella. No se había planteado completarla, pero consiguió el récord nacional. «La pandemia me ha hecho consciente de lo feliz que soy con nada, apenas con ver a mi familia por videollamada», comparte. Sueña con ser campeona olímpica ya no solo por ella, sino por quienes le rodean.

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