Unicaja Costa de Almería, al tran-tran

Y los partidos que quedan para que concluya la fase regular –cuatro antes de la Copa, ante Tarragona y Grupo Herce Soria, en casa, y ante San Roque y Conectabalear CV Manacor, fuera– y tres para después con las que concluirá la fase regular –Cisneros Alter Tenerife y CV Guaguas, en casa, y Arenal Emeve, fuera–. deben servir para no menos interesantes retos.

La Copa, primero

Los cuatro primeros son preparatorios para la Copa del Rey, sin olvidar que los playoffs estarán a la vuelta de la esquina y una mejor posición en la tabla clasificatoria puede hacer un cruce menos difícil. Pero para ello debe 'aprender a competir', que lo ha hecho en contadas ocasiones en lo que va de temporada. De hecho, las tres victorias en el tie-break denotan una estabilidad inexistente en la lectura de los partidos, que son los ganados a Melilla Ciudad del Deporte y Pamesa Teruel, en el Moisés Ruiz y ante Instercap Asisa Tarragona SPSP, a domicilio.

El partido ante Melilla Ciudad del Deporte estaba 'ganado'. Los almerienses se impusieron cómodamente en las dos primeras mangas, 'se dejó ir' en la tercera, pero en la cuarta desperdició un 16-9 o un 19-15. En el tie-break logró maquillar la situación. En Tarragona, tras ganar fácil la primera manga, dejó escapar un 7-12, en el segundo set para acabar perdiéndolo y, tras imponerse en la tercera manga, perdió la cuarta, en la que llegó a ir ganando 17-19 y puede que en esa fase de partido sea más complicado no tener errores cuando se vive continuamente con ellos en la 'mochila'. Ante Pamesa Teruel perdió los dos primeros sets –en el segundo tuvo un 15-11 a favor–.

Más dádivas

Sin embargo, no son esos los únicos partidos sobre los que sobrevuela el lamento de un mal rendimiento. Ante Léleman Conqueridor duelen las dos derrotas encajadas. La primera, en el Pabellón Moisés Ruiz, con un 19-14 o un 20-15 en la primera manga, y un 20-15 en la segunda. Ambos se perdieron. El sábado, en el último partido disputado, hubo más 'regularidad', pero con errores que, sin ser puntos directos, sí que dieron continuidad al juego de Léleman Conqueridor, subido a la ola buena.

Ante los valencianos se 'aprendió', pero dando ventaja. El equipo estuvo en el partido en las dos primeras mangas. La segunda la perdió por una mala construcción en el juego. De 35 ataques, fueron puntos 14, hubo un error y seis ataques murieron en el bloqueo del conjunto de Marcos Dreyer, perdiéndolo por un exiguo 25-23. La tercera manga, por ejemplo, con un 86% de recepción positiva, el rendimiento en ataque no fue positivo. Consiguió el 41% de ataque, con 15 balones defendidos por un equipo universitario que no encontró oposición en bloqueo –sólo uno– y que firmó con 56% en ataque, con sólo doce balones controlados por los jugadores blanquiverdes.

Este partido, lo mismo que el primero disputado en el Moisés Ruiz, tienen aspectos a asimilar porque Léleman Conqueridor será el rival de los almerienses en la Copa del Rey a disputar en Zaragoza. Entender y asimilar conceptos será vital para un equipo almeriense que para entonces deberá tener opuesto –sea Alaka'Todd u otro– porque si no llega está claro que Pablo Ruiz tendrá que hacer, como ya hace, 'juegos malabares' para confeccionar un equipo que pueda pensar, con los pies en el suelo, en la posibilidad de aspirar a estar en una final, de Copa porque es la primera en el tiempo, o de la Superliga Masculina, más adelante.