Las múltiples caras de FicZone, el orgullo friki de Granada

¿Quiénes son? Es imposible hablar de todos porque son muchísimo, pero aquí tienen una muestra que sirve para visualizar el resto del iceberg.

Rita tiene 21 años y es la supervisora de información de Ficzone. «Básicamente me encargo de ayudar a la gente, de decirles cómo llegar a donde quieren ir», dice sonriente. Ella entró en Ficzone, por primera vez, hace seis años. «Una amiga estaba dentro y me dijo que era guay. Me vine y al principio lo pasé mal porque todos los que conocía estaban lejos… Por suerte siempre había alguien que te echaba una mano y, con el cariño con el que nos han tratado Luis Martos y el resto de los organizadores, hace que te quedes, la verdad. Esto es una pasada». Ficzone cuenta con un nutrido grupo de voluntarios que son los glóbulos rojos del evento, atendiendo en stands, organizando talleres y ayudando a los visitantes. Rita, que estudia técnico de emergencias sanitarias, desea «que esto siga igual». «Es llegar a Ficzone y te sube el ánimo, te cambia todo», termina.

A Nacho Fajardo todo el mundo le llama Popcha. «Es que somos muchos Nachos», bromea. Tiene 23 años, estudió un ciclo medio de Informática y uno superior de Comunicación Audiovisual, y es el 'social media' de Ficzone. «Gestiono las redes sociales del evento, con un equipo». Popcha forma parte de la organización desde hace cuatro años, aunque entró como voluntario en 2014. «Era la primera vez que se organizaba un evento de videojuegos en Granada y, como me hacía ilusión, escribí un correo al evento para ayudar en lo que pudiera. Quería sumar». ¿Cuál es su deseo de cumpleaños? «Otros diez años más –sonríe, apostado en la entrada de Fermasa, disparando con su móvil–. Cuando entré no podía imaginar el fenómeno en que se iba a convertir Ficzone, ahora prácticamente todo el mundo lo conoce».

Sergio Herrera, de 46 años, estuvo en el primer Ficzone. «Quise colaborar de alguna manera, así que me puse a desarrollar actividades y talleres sobre juegos de mesa. Ahora, diez años después, vengo con mi propia editorial». Efectivamente, el granadino es creador, desarrollador y editor de juegos de mesa con su empresa Mixingames. Suyos son, por ejemplo, los divertidísimos 'Fast Food Battle', 'La caza de la calabaza' y 'La juguetería'. «Estoy orgulloso de estar en Ficzone un año más –sigue, sentado en una de las mesas de Meeple Factory, la zona dedicada a los juegos de mesa–. Aquí he visto desarrollar mi propia línea de juego, mi propia vida». Por el décimo aniversario, Herrera espera que siga «tan bonito y que se sepa que en Andalucía tenemos un evento importante, que no todo está en Madrid y Barcelona».

Uno de los pilares de Ficzone son las asociaciones culturales, que aportan el colorido y la variedad. Una de ellas es Maquinistas del Tiempo, una asociación cultural sin ánimo de lucro que difunde el 'steampunk'. «Es ciencia ficción en la época victoriana. Para hacernos una idea:si los Picapiedra mezcla los años 50 con la edad de piedra, el 'steampunk' mezcla el futuro con la sociedad de finales del siglo XVIII». Habla Ariadna Hernández, su presidenta, una bilbaína de 43 años que lleva en Granada desde que tenía 18. «Soy restauradora de obras de arte», indica. «En Ficzone montamos photocalls temáticos con mucho atrezo y organizamos actividades para todas las edades. Mediante el 'steampunk' difundimos cultura y explicamos la historia». Hernández asegura que este es su evento favorito del año y que, con Crossover, se apuntan «a lo que sea».

En Granada Gaming, la zona dedicada a los videojuegos, hay un protagonista muy local: Arctic Gaming, el club de e–sport de Granada. Luis García es el responsable de este equipo profesional de videojuegos: «Venimos a interactuar con la comunidad que nos sigue y a dar a conocer la marca al resto de Granada. A lo largo del año vamos a muchos eventos, pero Granada Gaming es como jugar en casa». García considera que el cambio generacional está haciendo que los videojuegos dejen de ser «un contenido de nicho» para abrirse al gran público. «Los niños nacen con pantallas y cada día que pasa es un día en que la industria del videojuego ganamos un año de vida. Eso hace que cada vez haya más profesionales del campo y que la industria crezca, algo que hacemos desde Granada intentamos impulsar».

Gabiro Rojas es de Jaén, tiene 23 años y estudia en la Escuela Val del Omar. Rojas ha ganado el premio de cómic de Ficzone con la obra 'The Door', una maravillosa historia sobre un mentalista con poderes sobrenaturales que desea ser una persona normal. «Estoy muy contento –dice–. Mi sueño es trabajar en las grandes editoriales americanas y dibujar un tebeo de Constantine o de Hellboy». Ayer, precisamente, Gabiro conoció en persona a Gabriel H. Walta, que hace poco anunció que hará un tomo de Hellboy. «Le enseñé mi libreta y me dijo que podía llegar a hacer cosas grandes. Fue alucinante». El primer Ficzone de Gabiro fue cuando tenía 15 años y ya entonces lo que más le gustó fue el trasiego de artistas. «Es inspirador estar en un sitio así, en un ambiente tan tolerante. Antes se veía raro ser friki. Ahora todos los raros estamos aquí, en la gloria».

Eduardo Espinosa viste un traje morado, camisa naranja y pelo verde. Él, como Spike, el protagonista del anime 'Cowboy Bebop', sabe divertirse en cualquier situación. A sus 35 años, es jefe de tráfico y jefe de flota de una de las empresas subcontratadas por Amazon, en Málaga. «Me dedico a gestionar carreteras, a que los conductores salgan de forma segura». Hace mucho tiempo organizó una exposición y un concurso de cosplay en su ciudad que fue todo un éxito. Sergio González, uno de los creadores de Ficzone, le fichó nada más terminar. «Y aquí estoy, desde la primera edición, encargado de la zona de cosplay y del escenario principal». Su deseo es «que nunca llueva en Ficzone». «Parece broma, pero es que el peor año que hemos pasado fue el que llovió. Lo pasamos fatal y para los cosplayers era infernal».

Ficzone, desde el principio, conjuga las inquietudes culturales y artísticas con una apuesta decidida por la integración y la solidaridad. Así, entre los voluntarios hay varios miembros de la asociación Borderline, dedicada a ayudar a personas con discapacidad intelectual. «Yo tengo una discapacidad del 34%», explica José Antonio Fernández, que está preparando las oposiciones a celador y colaborando en un curso de la UGR. «Llevo cinco años de voluntario y me llevo estupendamente con Nacho, Luis, Sergio y con todo el mundo. Estoy en la zona de photocall, ayudando siempre». De hecho, lo de ayudar es la seña de identidad de José Antonio, ya sea en Ficzone, donde comparte sus pasiones, como en Borderline. «Ojalá sigan cumpliendo años, lo hacen de maravilla», se despide, antes de volver a su puesto.

El callejón de artistas de Ficzone es como su gran avenida, su seña de identidad. Allí habitan todo tipo de creadores que, año tras año, vuelven cargados con sus obras. Alberto Sánchez, de 27 primaveras, acaba de llegar del Festival de Angulem, la mayor feria de profesionales del cómic de Europa. «He presentado mis trabajos y me he entrevistado con editoriales de Francia y de Estados Unidos. A ver si suena la flauta, la verdad es que no pinta mal…», advierte cómplice. Sánchez, licenciado en Bellas Artes, fue voluntario de Ficzone durante sus años de estudiante en la UGR. Ahora, al vivir en Priego de Córdoba, su ciudad natal, optó por venir con un stand de artista. «Traigo ilustraciones, pegatinas, obras originales… y hasta el dossier que presenté en Angulem», dice, conforme un nuevo grupo de curiosos se acerca a su puesto.

Ficzone ha crecido a pasos de gigante y por sus diez ediciones han pasado todo tipo de invitados ilustres, nacionales e internacionales: actores, dibujantes, guionistas, desarrolladores de videojuegos… Las granadinas Laura Moreno e Irene Díaz son Xian Nu Studio, referencia absoluta del manga español y protagonistas de una de las conferencias de esta edición. Son las autoras de 'Chan Prin', un manga que acaba de publicar su sexto tomo y que ha ido evolucionando a la par que Ficzone. «Da gusto venir, es como estar en casa –dice Irene–. Venimos desde el inicio, no hemos faltado nunca. Es maravilloso ver cómo algo que empezó pequeñito ha terminado siendo algo tan grande. Se nota que está hecho con cariño por gente que le encanta lo que hace». «Sí, por frikis –apunta Laura, entre risas–. ¡Frikis a mucha honra! De frikis para frikis».