El ritmo tropical de Juan Luis Guerra pone a bailar pies y corazón por igual
El cantautor dominicano ofrece una velada de bachata, salsa y merengue en un recorrido por su trayectoria musical de cuatro décadas
Jesús Jiménez
Jaén
Viernes, 18 de julio 2025, 08:42
Cuando te miro y no me miras / se me sube la bilirrubina. ¿Quién no ha bailado estos versos alguna vez, ya fuera en una boda, ... en una verbena o un karaoke? Los jienenes tuvieron la oportunidad de escuchar ayer, en el estadio de La Victoria, esta y muchos otras canciones de la voz de su autor, Juan Luis Guerra.
El autor dominicano saltó al escenario dispuesto a ofrecer una noche de ritmos tropicales, un espectáculo donde mostró su talento y voz en una mezcla de bachata, merengue y salsa.
Ya fueran solos, en pareja o en grupo, los espectadores no pudieron dejar de mover los pies en casi ningún momento, alentados por un Juan Luis Guerra en su salsa, nunca mejor dicho, que mostraba una energía tan habitual en él que ha dejado de asombrarnos.
Y es que el artista, que atesora nada menos que 31 Grammys Latino, tuvo para todos: desde los que querían canciones romántica, con su excitantes 'Burbujas de amor' o 'Bachata Rosa', hasta los más nostálgicos, que no pudieron esconder su emoción al escuchar los primeros acordes de 'Visa para un sueño'.
Uno de los momentos más emotivos de la velada fue cuando se dispuso a interpretar el tema que lo lanzó a la cima de la que nunca se ha bajado: 'Ojalá que llueva café'. Un canto al deseo de justicia social y a las necesidades que sufre el pueblo trabajador, sobre todo en los entornos rurales.
Sobre el escenario quedó claro lo que diferencia a Juan Luis Guerra de los actuales cantantes latinos. En una época donde el trap y reggaeton dominan el panorama musical latino, aunque las canciones son cada vez más efímeras, el dominicano continúa siendo imperecedero, inagotable, con una horda de seguidores dispuestos a pedirle siempre la penúltima.
Así, de canción en canción, de baile en baile fue transcurriendo una velada mágica que sus fans de la ciudad del Santo Reino no olvidarán jamás. Un triunfo del cantautor, que demostró que no es necesario exhibir una espectacular coreografía o un deslumbrante juego de luces, sino que con la intimidad de la voz y la conexión con el público se pueden generan sentimientos más profundos.
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